Los asesinatos cometidos por Jack el Destripador han pasado a la historia por su brutalidad y el misterio que rodea cada uno de los casos. Cinco homicidios se le atribuyen y por más de un siglo no se supo quién estuvo detrás de ellos. Después de 131 años, por fin su identidad es revelada.
Los asesinatos de Whitechapel
Jack el Destripador aterrorizó a la comunidad londinense de Whitechapel entre septiembre y noviembre de 1888. Sus asesinatos se hicieron famosos gracias a su brutalidad y al modus operandi de matar a solo prostitutas. Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly fueron las cinco víctimas atribuidas a Jack; todas contaron con graves -pero precisas- mutilaciones y sus órganos extirpados.
Esos no fueron los únicos homicidios que sucedieron en el barrio londinense. Otros cinco asesinatos tuvieron lugar entre abril de 1888 y febrero de 1891, pero no son relacionados de manera directa al Destripador porque distan de lo que fue su modus operandi. También está la teoría de que los cinco crímenes atribuidos a Jack no fueron hechos por la misma persona, sino que hubo varios asesinos involucrados que quisieron replicar la brutalidad de los anteriores.
Los sospechosos
La gran fama que posee Jack el Destripador, es gracias, además de la brutalidad de los asesinatos, a todo el misterio que rodea su identidad. Es el asesino en serie más famoso de la historia porque todavía se discute quién fue el monstruo detrás de los crímenes.
Pese a que nunca se capturó al asesino, sí hubo una enorme cantidad de sospechosos. La policía londinense trabajó los nombres de Montague Druitt, Aaron Kosminski, Francis Tumblety y Severin Klosowski. Por la falta de pruebas, ninguno fue hallado culpable, aunque a Klosowski se le condenó por haber envenenado a sus tres esposas.
Pese a que los crímenes se cometieron hace más de un siglo, la identidad de Jack el Destripador se mantuvo como uno de los grandes misterios de la historia y las investigaciones a su alrededor no cesaron.
Identidad revelada
En el año 2019, a 131 años después de los asesinatos, el misterio que cubría la identidad de Jack pudo haber llegado a su fin. Russell Edwards es un escritor y fanático de los asesinatos que ocurrieron en Whitechapel. Su fascinación e interés por los crímenes hicieron que comprara un chaleco que -supuestamente- fue utilizado por Catherine Eddowes en la noche que fue asesinada.
Edwards, consciente de que la prenda podría contener pruebas de ADN, decidió aliarse con Jari Louhelainen y David Miller, científicos especializados en el análisis genético, para tratar de resolver el misterio. En el chaleco se encontraron restos de sangre y semen, por lo que se decidió contactar con los descendientes de los sospechosos para comparar el ADN.
Las estudios plasmaron una coincidencia de 99% con el material genético de Aaron Kosminski, situándolo como el rostro que se escondía detrás del misterioso asesino y acabando con el enigma de quién fue Jack el Destripador.
¿Quién fue Aaron Kosminski?
Un barbero polaco que emigró a Inglaterra y vivía en Greenfield Street, a menos de 200 metros de donde fue encontrado el cuerpo de Elizabeth Stride. Esa era la información que se tenía de Aaron Kosminski cuando se le vio cerca de la escena del crimen y se le tomó por sospechoso.
Las pruebas no fueron suficientes para hallar culpable al barbero y salió en libertad luego de un par de días. En 1891 -justo cuando cesaron los asesinatos de Whitechapel-, Kosminski fue encerrado en un psiquiátrico gracias a un diagnóstico de esquizofrenia y allí se mantuvo hasta su muerte en 1919.
Con información de BBC / Muy Historia / RT / Foto: Shutterstock
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