Entrevista con: Leonardo Padrón

¿Qué es para usted la cultura?
Todo acto humano es una manifestación cultural. Es lo que mejor nos distingue de los animales. Es el discurso tangible del mundo. Es un sistema de referencias, una llave maestra que abre todas las puertas. Cómo veras, es una pregunta con muchas respuestas posibles.

¿Qué son para usted las redes sociales y cuáles considera los pro y los contra de esta nueva forma de comunicación?
Las redes sociales llegaron para cambiar radicalmente la forma de comunicación del ser humano. Nos han convertido, ahora sí, en la gran aldea global. Si pensamos en una plataforma como Twitter debemos aceptar que su existencia ha cambiado la dinámica de los medios de comunicación. Ahora cualquier ser humano está en capacidad de comunicar una noticia de forma masiva. Se democratizó la información de una manera abrumadora. Eso tiene sus bemoles. En una autopista tan libre también caben los excesos, la estupidez, altas cuotas de banalidad, la masificación de falsas verdades, los maltratos al idioma, etc.

¿Una palabra que borraría del diccionario y por qué?
Me apuro a decir una obviedad y un candor: guerra. Fonéticamente hablando, una que casi rima con la anterior: gonorrea. Y otra más: sobaco.

¿A quién reviviría y por qué?
A Jose Ignacio Cabrujas. Porque se fue antes de tiempo. Porque su ausencia es notoria. Porque la nostalgia es así. Porque era el mejor lector posible de este jeroglífico llamado Venezuela.

Con toda la libertad que da la imaginación, de poder elegir otra profesión ¿qué le gustaría?
Músico. Sin duda alguna. Es el más poderoso de todos los lenguajes creativos.

¿En qué momento supo que se dedicaría a su profesión?
Una mañana invernal, al fondo de un salón de clases en el Tenneesse Technological University, en un pueblo ínfimo llamado Cookeville, hastiado de descifrar logaritmos e integrales decreté que quería ser lector el resto de mi vida. Y quemé las naves. Y regresé a buscar ese destino. Ese momento fue mucho más importante que aquel, ya borroso aunque posterior, en el que comencé a intentar la escritura como forma de vida.

Su palabra favorita y ¿por qué?
Son muchas. Es casi un tren de palabras: luna, resplandor, espalda, talismán, deslumbramiento, relámpago. Pero hay una a la que siempre le doy la bienvenida: ternura. Cada vez escasea más en los anaqueles de la humanidad.

De poder elegir, ¿cuál sería el lugar y el tiempo en el que desearía permanecer por siempre? (o al menos por mucho)
Una ciudad del futuro que haya conquistado la serenidad (New York quizás, Praga seguro, Caracas siempre)

¿Qué hay al final de camino?
Ni idea. Es una pregunta atávica que ha hecho que el hombre haya generado todo un sistema de religiones y reservorios de fe. En mi caso, es una incertidumbre. Vislumbro, y quiero equivocarme, una larga oscuridad.

Siendo usted un imposible, ¿quién le gustaría que fuese su entrevistador?
Truman Capote, lo cual, de por sí, es un imposible. Pero igual hay excelentes opciones en el patio.

¿A quién le falta entrevistar? Y ¿qué le preguntaría?
A un costal de personajes. Fidel, Chávez, García Márquez, Serrat, Sabina, Bryce Echenique, Charly García, en fin….Cada uno amerita su propio tejido de preguntas, por supuesto.

¿A quién no entrevistaría por nada del mundo?
A nadie. Todo ser humano es una historia, una aventura distinta, un misterio por desentrañar.