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Los mejores pósters del cine mudo

Los mejores pósters del cine mudo

Un buen póster ha sido siempre el mejor reclamo para conseguir llevar la gente al cine. Es por ello que dedicaremos esta serie para rendirle un homenaje a esta parte importante del séptimo arte. En esta primera entrega, haremos un recorrido por los mejores pósters del cine mudo.

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Un perro andaluz (1929)

El debut de Luis Buñuel en uno de los cortometrajes (rodado mano a mano con Salvador Dalí) más fascinantes y turbadores de la historia del cine. Adscrito al surrealismo más extremo, sus dieciseis minutos de duración albergan imágenes imperecederas como ese ojo sajado en dos por una cuchilla, o esa mano de cuya palma brota un hormiguero. Su presupuesto fue de 25.000 pesetas que fueron aportadas por la propia madre de Buñuel.

La quimera del oro (1925)

No puede entenderse la hsitoria de la comedia cinematográfica sin la figura de Charles Chaplin. Sus cortos destilan humor puro, pero sus largometrajes son una mezcla de diversión y drama, y en algunos de ellos, como El chico, se rastrea la influencia de Charles Dickens. Probablemnte sea La quimera del oro su filme má emblemático dado que es el más puramte cómico, y en el que las pinceladas dramáticas están contadas los dedos de la mano.

El filme es por otra parte una fiel recreación en lo que se refiere a la reconsturcción histórica de la fiebre del oro en Alaska a principios del siglo XX. Un contexto que le sirve a Chaplin para realizar algunas de sus escenas más memorables, como el baile de los panecillos o aquella en la que su compañero de aventuras, enloquecido por el hambre, le imagina convertido en un giganteaco pollo. El filme es además la muestra palpable del talento perfeccionista de Chaplin quien, al no convencerle el material que había filmado, volvió a rodar casi toda la película por segunda vez.

Metrópolis (1927)

Probablemente, el filme de ciencia ficción más importante del siglo XX. Una fábula distópica dirigida por el maestro alemán Fritz Lang. Ambientada en una ciudad ultrafuturista, narra como un joven perteneciente a la clase privilegiada descubre la existencia de una masa obrera explotada que vive en el subsuelo de la ciudad. El filme está claramente influenciado por la ideología marxista, ya que su tema es la lucha de clases, aunque no puede considerarse una película estrictamente socialista ya que el mensaje final también critica la lucha revolucionaria. La película destaca por sus magistrales decorados que han influído en multitud de películas posteriores, como Blade runner. y también por la presencia del inquietante y hermoso robot femenino llamado María, sni duda uno de los androides más famosos de la historia del cine.

El gabinete del doctor Caligari (1920)

Uno de los títulos fundacionales del cine expresionista alemán. La película narra la historia de un malvado médico que utiliza a un sonámbulo para cometer asesinatos. El filme destaca por su estética sombría y alucinada, con unos decorados asombrosos que reproducen edificios de ángulos imposibles y en los que incluso las luces y las sombras están pintadas. El filme está considerado también el primero que incluyó «la vuelta de tuerca final», un giro de guión asombroso e inesperado que transforma en el desenlace todo el significado de la película.

El jorobado de Notre Dame (1923)

Lon Chaney fue el hombre que revolucionó la concepción d ela figura del actor en los años del cine mudo. Especializado en realizar asombrosas caracterizaciones físicas, sus dotes camaleónicas le valieron el apodo de «el hombre de las mil caras». Desde El fantasma de la ópera al zíngaro sin brazos de Garras humanas, Chaney compuso película a película una magistral galería de seres monstruoso y deformes. Pero probablemente sea el Quasimodo de El jorobado de Notre Dame su papel más recordado. El propio actor se encargó de crear el maquillaje y de diseñar un traje especial de 32 kilos de peso que le hacía parecer jorobado.

Les vampyres (1915)

Con este filme el francés Louis Feuillade inventó el concepto de serie. Se trata de una película dividida en diez partes en torno a una banda de delincuentes llamados «los vampiros», que se visten de forma extravagante para realizar sus delitos. El filme tuvo problemas con la censura ya que glorificaba la vida criminal. Además el hecho de que muchos de sus actores fueran llamados a filas obligó a reemplazarlos por otros o, directamente, a modificar el guión eliminando a sus personajes. Pero lo importante es que con esta cinta el concepto de serial quedó plenamente definido, ya que cada entrega terminaba con una situación de máxima intriga que captaba la atención del espectador y le hacía regresar al cine para ver el sigueinte episodio. Además, su peculiar herorína, irma Vepp, interpretada por la acrriz Musidora, resultó ser una mujer sexualmente liberada y muy adelantada para el cine de su época.

El maquinista de la General (1926)

Junto con Charles Chaplin, el segundo gran pilar de la comedia cinematçográfica en los años del cine mudo fue Buster Keaton. Mientras Chaplin ofrecía un recital de muecas y movimiento corporal en cada una de sus películas, Keaton se especializó en interpretar a un personaje permanemtemente serio e inexpresivo. Sus largometrajes no alcanzan la perfección de los de Chaplin, pero aún así aportan (aparte d euna gran diversión) innumerables innovaciones al género de la comedia. Personalmente, considero que el mejor es El moderno Sherlock Holmes, uno de los primeros filmes en mezclar realidad y fantasía, en el que Keaton encarna al proyeccionista de un cine que inesperadamente se convierte en el protagonista de la película que se está exhibiendo. Pero la más popular es El maquinista de la General. Filme que mezcla humor y acción en una historia ambientada en la guerra de secesión.

El viento (1928)

Victor Sjöström fue el primer gran maestro del cine sueco, y el inspirador de cineastas posteriores como Ingmar Bergman. Pero, curiosamente, la que está considerada su mejor película, la realizó en Estados Unidos. A medio camino entre el western y el melodrama, El viento narra la historia de una desvalida joven (Lilliam Gish, la máxima estrella femenina del cine mudo) que va a vivir con su primo a una de las más inhóspitas regiones de Texas. Aparte de sufrir el acoso de un tipo sin escrúpulos, la heroína se sentirá progresivamente angustiada por el peor enemigo que nadie pueda imaginar: un desagradable viento que nunca deja de soplar y que acaba vovlendo locos tanto a los humanos como a los animales. Es una película muda pero la fuerza de sus imágenes hace que uno tenga la sensación de estar escuchando realmente el ulular del viento.

Rey de reyes (1927)

Un crítico aseguró que las películas religiosas de Cecil B. De Mille podrían definirse mediante la ecuación: Biblia más efectos especiales. La afirmación es válida especialmente para Los diez mandamientos (1958), de la que ya había realizado una versión muda. Pero su película más importantes en los años del cine silente es esta en la que realiza una minuciosa recreación de Los Evangelios sentando las bases de lo que será el cine biblico hollywoodiense. Curiosamente, el gusto por la violencia extrema y el sexo perverso, tan característicos del cine de B. De Mille están ausentes en esta película, de la cual Nicholas Ray realizaría un magnífico remake en los años 60.

El acorazado Potemkin (1925)

Hay películas sobre las que resulta difícil decir algo que no se haya dicho ya. Y esta es una de ellas. Dentro del cine de propaganda que se realizó en la Unión Soviética, el cineasta S. M. Einsestein se convirtió en el director más importante del régimen ya que, más allá del contenido panfletario de los filmes, sus películas son auténtica sobras de arte. Es difícil decidir cual es mejor, si Octubre, La huelga… Pero , sin duda, el Potemkin es la más emblemática y famosa de todas. su argumento se basa en un hecho real, la sublevación de la tripulación de un acorazado, en el que los marineros están hartos de sufrir las humillaciones de los oficiales, que incluso les hacen comer carne podrida. El filme es a la vez tan épico como emotivo y encarna, además, a la perfección el espíritu del cine socialista, ya que no existe un protagonistas estricto del filme, sinó que ese protagonismo es encarnado por todo un colectivo. Además, si el noerteamericano Griffith fue el crwedor del montaje de secuencias en paralelo, el ruso Einsestein lo fue del uso del inserto. En ese sentido, la secuencia de la matanza de las escaleras de Odesa puede calificarse como el abc del arte del montaje cinematográfico.

Nosferatu (1922)

La primera adaptación cinematográfica de Drácula, dirigida por el alemán F. W. Murnau. Se le cambió el título a la historia por problemas con los derechos de la novela con los herederos de Bram Stoker. Nosferatu es la piedra fundacional del cine de terror y una de las obras claves del expresionismo alemán. Un filme sombrío y tétrico, cuyo aire macabro es realzado pgros cinematográficos, es una pieza de culto para los amantes del ocultismo ya que la película fue producida por una extraña logia y, según se dice, está plagada de detalles que remiten a una simbología paranormal.

El cantante del jazz (1929)

El primer filme sonoro de la historia. Protagonizado por Al Johnson, un artista blanco del mundo de las variedades que se hizo famoso por interpretar sus números con la cara pintada de negro. Ambientado en la comunidad judía de Nueva York, es un discreto melodrama con canciones sobre un muchacho que, al querer dedicarse al mundo del espectáculo, tiene que enfrentarse a la férrea tradición familiar. Como en aquella época nadie creía que el cine sonoro fuera realmente a tener éxito, la mayor parte del filme es muda y solo entra el sonido cuando el protagonista canta sus canciones, volviendo el silencio al término de las mismas.

Con información de  quo.es

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