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En el carro: Es Imperial, no Chrysler Imperial

En el carro: Es Imperial, no Chrysler Imperial

En la entrega anterior de En el Carro, Michel Rodriguez nos hablaba sobre el Imperial de 1964, un automóvil fabricado por una marca tan subestimada, que su propia casa matriz la subestimó al punto de hacer que desapareciera, es tan subestimada que pocos conocen su historia y por ende creen que siempre fue un modelo de Chrysler y no es así. Aquí conoceremos porqué es Imperial, no Chrysler Imperial.

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¿Marca Imperial o modelo Imperial?

Esta es una confusión que existe incluso entre algunas personas versadas en el tema automotriz, lo cierto es que hay carros marca Imperial y carros marca Chrysler modelo Imperial porque la Chrysler Corporation usó el nombre de ambas formas. El primer uso del nombre Imperial en Chrysler se da en 1926 y se usó como el nombre de un modelo de automóvil de Chrysler, el Chrysler Imperial que fue el automóvil más lujoso de la marca Chrysler y así se mantuvo durante la década de los 30 y 40, figurando no sólo como uno de los automóviles más prestigiosos en EEUU, sino también en otros países. Después de la 2da Guerra Mundial Chrysler reutiliza el nombre como Crown Imperial, un exclusivo y lujoso automóvil de la marca Chrysler y que llegaba a competir con los Cadillac, Lincoln y Packard por el segmento de carros de lujo. El nombre Imperial fue asociándose a exclusividad y lujo, lo que es más Chrysler hacía publicidad alusiva a los Chrysler Imperial como “El Mejor carro de América”.

Pero los Chrysler Crown Imperial, al igual que el resto de los automóviles de la corporación, tenían un diseño atrasado con respecto al resto de la industria automotriz, y ese fue un mal del que Chrysler siempre padeció, de hecho los automóviles Cadillac siempre estuvieron asociados a “dinero vanguardista”, adinerados que están al día con todo y con visión de futuro, mientras que Chrysler estaba asociado al “Dinero viejo”, millonarios de la vieja guardia, conservadores y para nada ostentosos

No es sino hasta 1949, cuando Chrysler contrata a Virgil Exner, una solución a una situación desesperante para Chrysler, que se visualizaba cada vez más como una automotriz para la 3era edad. Los cambios en los diseños no se hacen esperar y ahora los automóviles de Chrysler tiene un aspecto más moderno y el Chrysler Crown Imperial es un competidor más a tono con los tiempos con Cadillac, la marca a destronar. Exner también crearía una serie de Concept Cars que usarían líneas que resultarían más acordes para mediados de los 50, también, jugando con la palabra Imperial y el 17 de noviembre de 1954 Virgil Exner presenta la nueva línea de automóviles de Chrysler para 1955, bajo el concepto “Forward Look”, un concepto de diseño que se basa en dar la impresión de que el automóvil se mueve, aunque está detenido.

La marca Imperial

 A partir de éste párrafo hablaré de Chrysler como Corporación, como “Casa Matriz” y no como marca, porque en 1955, aprovechando las nueva líneas de diseño de Exner y el por el deseo de seguir dándole más y más fuerza a la idea de que el nombre Imperial está asociado a lujo y prestigio, se decide crear la División Imperial de la Chrysler Corporation, entonces es a partir de 1955 que el nombre Imperial se convierte en una marca de la Corporación Chrysler, que ahora se compone de las marcas Dodge, Plymouth, DeSoto, Chrysler y ahora Imperial, formando como una especie de “escalera” en la que un cliente de la Corporación Chrysler iría “ascendiendo” a medida que compraba la gama de carros de esa escalera, con el más económico Dodge al inicio e Imperial en la cima.

En pocas palabras, el nivel de exclusividad al que se asociaba el nombre Imperial era tan alto que de esa forma, que el siguiente pasó lógico era darle valor como marca propia de superlujo, separándose de la flota de automóviles de la marca Chrysler. Y para dejarlo claro, el 2 de febrero de 1955 emitieron un comunicado dirigido a la red de concesionarios de Chrysler y las oficinas de registro de todos los Estados Unidos, haciendo saber de la existencia de la marca Imperial.

Los primeros modelos de Imperial se compartían el frontal con el Chrysler 300 de 1955 y se ofrecen en sólo 2 versiones uno con carrocería 2 y 4 puertas llamado Imperial C69 y y el más largo y lujoso llamado Crown Imperial C70 (El mismo nombre usado en la era “Chrysler Imperial”). Pero la novedad implica también ajustes y uno de esos ajustes era la fabricación de las limosinas por la misma planta, resulta que un análisis hecho en Chrysler y reportado en un memorándum interno de mayo de 1956, revelaba que hacer todas las herramientas y toda la infraestructura requerida para la limosina Crown Imperial de 1957, tenía in costo de inversión de 3.3 millones de US$ y perdiendo dinero en cada una de las 398 limosinas Imperial hechas entre 1955 y 1956, se decidió subcontratar al carrocero italiano Ghia para que las fabricara.

Aún así el mejor momento de Imperial llega en 1957, cuando gracias al diseño de Exner con la ayuda de Bill Brownlie y Cliff Voss, los automóviles de Imperial, logran establecer el record de ventas de la marca, 37.593 unidades vendidas, gracias a avances como la barra de torsión, dirección asistida, frenos hidráulicos asistidos y opciones como aire acondicionado, calefacción, y radio con antena eléctrica y la posibilidad de seleccionar emisoras por un pedal.

El éxito del Imperial de 1957 dio la confianza de que “Habría Imperial para rato”, lo que hizo suponer que la demanda aumentaría y eso saturaría la planta de ensamblaje de Chrysler, en donde se ensamblaban los Imperial, así que se decide asignar una planta exclusiva para la División Imperial, una planta de 92.903 mts2, con una plantilla de 2000 empleados, 32 estaciones de control de calidad y una capacidad de producción de 27 automóviles por hora, con innovaciones como una pista de prueba para cada carro, un espacio de pruebas de agua para cada carro y un sistema de aire acondicionado para todo el interior de la planta con sistemas de soplado de aire para evitar que el aire se saliera de las instalaciones, innovaciones en las que Imperial marcaba las pautas a seguir. Además se reorganizan los nombres de modelos de Imperial en el Crown y la limosina ahora pasaría a llamarse LeBaron.

Imperial de 1957.

Pero después de 1957 vino el declive, los automóviles se quedaron rezagados en el tiempo en términos de diseño, y las ventas bajaron tanto para 1961, la Chrysler Corporation, matriz de Imperial, nuevamente estaba en problemas financieros, con un historial de pérdidas que tenía un record en 1958 de 40 millones de US$, en ese contexto aparece un nuevo Presidente de la corporación, Lynn Townsend, egresado de la Universidad de Michigan en 1941 en la mención Administración de empresas, quien llega de inmediato a aplicar un plan de austeridad que lo lleva a cerrar un edificio completo de Chrysler, despidiendo a 7000 ejecutivos y por supuesto, al enterarse de la existencia de la planta de Imperial, la consideró un exceso y en ese mismo año de 1961, Townsend cierra la planta e Imperial perdía la exclusividad de su propia planta, algo que solamente tenía Cadillac, la marca de lujo de General Motors.

Si bien la “movida” de Townsend ayudó a ahorrar unos 100 millones de US$ en costos operativos, no hubo grandes planes para Imperial, de hecho, Chrysler enfocaba ahora sus “musculos” bastante maltrechos por querer ahorrar en todo, en Plymouth, en el Plymouth Valiant, pensando que para los 60 la demanda de carros de lujo descendería y que los carros compactos y económicos serían el gran ingreso de dinero, pero se equivocaron en ese pronóstico. Por si fuera poco, para 1960-61 las líneas de diseño de Virgil Exner estaban obsoletas, en una época en la que las grandes colas de los automóviles iban haciéndose más pequeñas, Exner todavía buscaba crear diseños con aletas, haciendo a Chrysler caer en el mismo karma de siempre: Diseños obsoletos.

En 1961 Exner se va (o “lo van”) y llega Elwood Engel, quien llega con ideas frescas, y no es sino hasta 1963 que “pone sus manos” en diseños de Imperial, generando como producto final la línea de Imperials desde 1964 y hasta 1969, que se caracterizan por ser de líneas limpias y sin colas, basadas, al ser el mismo creador, en las líneas del Lincoln Continental de 1961, su idea era crear unas líneas que pudiesen mantenerse en el tiempo, haciendo pequeños refrescamientos. El resultado más exitoso es el Imperial de 1964 con 23.285 unidades vendidas, lo más cercano en años al record de 37.000 unidades de 1957.

En esta misma época aparecen una gran cantidad de opciones que refuerzan el status de exclusividad de los Imperial como los sistemas de aire acondicionado mejorados, y el trabajo puesto en la comodidad, silencio del habitáculo y aislamiento del habitáculo de vibraciones de la vía, pero en 1967 aparece la opción más llamativa, el “Mobile Director”, que por un costo de 597 convertía al Imperial Crown Coupe en una pequeña oficina, con una mesa plegable en el asiento trasero, y el asiento del co-piloto podía rotar en 180° para quedar viendo hacia el asiento trasero, allí estaría la secretaria trabajando o tomando dictados del jefe sentado en la parte trasera.

El Fin

Pero nada de eso sirvió, las ventas seguían bajando y en 1969 los Imperial ya pierden su plataforma propia, ahora compartirían plataforma, piezas y partes con otros automóviles de la marca Chrysler, digamos que 1969-1970 es el inicio de la etapa en la que los autos de la marca Imperial eran un automóvil marca Chrysler excesivamente maquillado, de aquí en adelante, el declive de Imperial se va haciendo notorio y más después de la crisis petrolera de 1973, nadie quería autos grandes y sedientos de la ahora carísima gasolina, razón por la cual, al debutar el Imperial de 1974 nadie lo tomó en serio. Este último golpe al “orgullo” de Imperial lleva a Lynn Townsend a decidir descontinuar la marca Imperial, así el ultimo automóvil marca Imperial, un LeBaron negro hard top, con el número de chasis YM43-T5C-182947 salía de la línea de ensamblaje el 12 de junio de 1975. En ese último año Imperial vendió sólo 8830 automóviles.

Pero había otro problema: La gente de Mercadeo. Resulta que en Chrysler jamás se hizo un gran esfuerzo por crearle una identidad a la marca Imperial, no habían concesionarios Imperial, como si los había de la competencia, Cadillac o Lincoln, en el caso de Chrysler los Imperial simplemente se colaban entre los Chrysler, Dodge, DeSoto o Plymouth que se vendieran en el concesionario, razón por la cual existe la confusión entre los automóviles marca Imperial y Chrysler Imperial, que por cierto, reaparecen luego de la desaparición de la marca Imperial, igual que el nombre LeBaron, que ahora se adjudicaba como modelo de la marca Chrysler, pero con logotipos e insignias de la extinta marca Imperial… incomprensible mescolanza, la mescolanza que hizo y todavía hace que muchísima gente, incluso conocedora del mundo automotriz se refiera a los automóviles de la marca Imperial como Chrysler Imperial, que sería lo mismo que decir “General Motors Cadillac” o “Ford Lincoln”.

Un nuevo intento de renacer la marca se da entre 1981 y 1983, pero no con mucho éxito, con un único automóvil de la marca Imperial montado sobre la plataforma J, la misma del Chrysler Cordoba y el Dodge Mirada, pero entre problemas varios con la mecánica y las críticas que decían que el diseño de la parte trasera se copió del Cadillac Seville de 1979, la marca Imperial vivió de nuevo por 3 años.

Sin resumimos el uso del nombre Imperial en Chrysler podemos decir que sería algo así: Modelo de auto (1926-1955), marca de auto (1955-1975), nuevamente marca de auto (1981-1983) y de nuevo modelo de auto (1990-1993). Aquí cabe analizar y preguntarse, no cómo esperaba la Chrysler Corporation que la marca Imperial tuviera éxito entre tanta confusión con el uso del nombre, sino ¿Cómo hizo para que el nombre permaneciera por tanto tiempo en el mercado? Lo cierto es que los automóviles Imperial son hoy símbolo de status y hasta de cultura automotriz, son el tipo de automóvil que el dueño no compra como forma de inversión, sino para disfrutarlo, porque implica tener un automóvil con una historia confusa, pero que sin dudas el conductor conoce y con gusto le contará a quien se lo pregunte. 

El problema de falta de identidad se da desde el inicio en que en un stand Chrysler se muestra al Imperial de 1955.

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