Además de las millones de víctimas judías que dejó el período nazi, también hubo de origen romaní, discapacitados, testigos de Jehová, entre otros; sin embargo, hubo otra minoría que sufrió el yugo de la barbarie en primera fila y con un escaso reconocimiento, los hombres homosexuales, marcados con un triángulo rosa…
Todo comienza con el famoso –o infame- artículo 175 del código penal en Alemania, el cual estipulaba lo siguiente: “La fornicación contra natura realizada entre hombres o de personas con animales se castigará con pena de cárcel; también se podrán retirar los derechos civiles”, esta ley estuvo vigente desde 1878 hasta 1994… Sí, hasta mucho después de la caída del Tercer Reich y de la Reunificación alemana.
No obstante, a comienzos del siglo XX, siendo más específicos, durante las primeras tres décadas, el artículo no era respetado siempre, lo que permitió que algunos hombres homosexuales tuvieran vidas relativamente “normales” y que existieran lugares nocturnos para personas LGBT.
Esto dio pie que se formaran los primeros movimientos en pro de los derechos de los homosexuales, y sí, muchísimo antes de los disturbios de Stonewall.
Estas organizaciones buscaban la revocación del mencionado artículo, algo que no se logró. Pero lo que verdaderamente puso un blanco en las espaldas de los hombres homosexuales, fue la llegada del Tercer Reich…
La llegada de Hitler
Aunque el partido nacionalsocialista (nazi) no gana las elecciones parlamentarias, Adolf Hitler es escogido como el canciller por el presidente alemán, y tan solo un mes después, tras el incendio del Parlamento, Hitler toma la mayor cantidad de poder posible; al poco tiempo comienzan a existir los barbáricos campos de concentración.
Posteriormente, el político funda los grupos paramilitares conocidos como secciones de asalto, las SA, y respaldadas por el artículo 175, comienza una persecución sistemática de los hombres homosexuales. Las lesbianas, aunque también sufrían de abusos y condenas sociales, no fueron incluidas en este acoso legal auspiciado por el Gobierno.
La percusión y detención a homosexuales comienza a incrementarse, pero algunos hombres con esta orientación sexual se sentían técnicamente protegidos debido a que el jefe de las SA, Ernst Röhm, era homosexual.
Sin embargo, el nazismo hacía hincapié en lo “incorrecto” sobre la homosexualidad, ya que que era visto como algo que perjudicaba la propagación y perpetuación de la “raza aria” que fomentaba el Partido Nazi.
Debido a problemas y rupturas internas dentro de la cúpula de funcionarios nazi, el Gobierno lleva a cabo la famosa “noche de los cuchillos largos”, cuando se asesina a gran parte de los miembros del partido. En cuanto a Röhm, Hilter alega que no sabía sobre su homosexualidad, así que es detenido y posteriormente ejecutado, comenzando así desde ese punto el verdadero genocidio contra esta minoría en particular…
El triángulo rosa
Aunque en las juventudes hitlerianas sus miembros masculinos solían tener mucho contacto considerado como homoerótico, las leyes comienzan a ser cada vez más castrantes en contra de la homosexualidad, condenando incluso ciertos tipos de los abrazos; además, una sola acusación de alguien que declarara que otro hombre era homosexual, bastaba para que se le detuviera.
Al poco tiempo, los homosexuales alemanes se unían a los judíos, romaníes, discapacitados y eslavos en los campos de concentración.
Los homosexuales eran marcados con un triángulo rosa que era incluso más grande que los símbolos con que se etiquetaban a los judíos; y en caso de que se fuese homosexual y hebreo, se ponía el triángulo encima, haciendo que encajase con la estrella de David.
Dentro de los campos, los hombres con el triángulo rosado eran particularmente maltratados, tanto por los guardias como por los demás presos. Se cuenta que algunos alegaban que su símbolo se veía rosado porque era un triángulo rojo comunista que se había decolorado, o el caso de algunos que buscaban la forma de que se les diera únicamente la estrella amarilla.
Aquí se sometían, y en algunos casos “por decisión propia”, a la esterilización con las falsas promesas de un mejor trato o liberación, otros preferían ir a la guerra a ser usados como “carne de cañón” según narra el portal El Orden Mundial, esto sin mencionar todos los otros abusos y violaciones en específico que tuvieron que soportar.
Por el contrario, precisamente debido a esta persecución (como ocurre todavía en países represivos con la homosexualidad como Arabia Saudita o Irán), se sabe que en los campos de concentración los contactos entre personas del mismo sexo era común; además, muchos hombres –homosexuales o no- se veían forzados a realizar ciertos “favores” sexuales a los guardias o kapos, con el fin de conseguir un mejor trato o simplemente comida.
Finalmente cae el Reich en 1945 y el mundo se enteró (o pretendió enterarse) de las matanzas sistemáticas que estaban ocurriendo en Europa. Efectivamente hubo libertad para la mayoría de las minorías, pero no fue el caso para los hombres homosexuales, los cuales se vieron forzados a pagar condena como si los años de reclusión nazi no hubiesen sido suficientes.
Se estima que murieron alrededor de 50 mil gais en este período, pero es importante resaltar que esto no suma las víctimas de redadas, asesinatos puntuales entre otras matanzas que llevó a cabo el Tercer Reich durante su existencia.
No fue hasta 1985 que se reconoció oficialmente en Alemania a los hombres gais como víctimas del nazismo, ya que incluso cuando se hacía la menor referencia a los hechos, las multitudes gritaban insultos al respecto.
En 2002, aunque ya las mayorías de los reclusos no estaban entre nosotros, se establece una indemnización económica a las víctimas homosexuales de la barbarie, y en la actualidad existen varios monumentos en su honor alrededor del mundo. En cuanto al triángulo rosa, ese símbolo que se utilizó para demarcar a una minoría con el fin de abusarla y asesinarla, actualmente se utiliza como una insignia de la lucha por los derechos LGBT+, así que al igual que con el shoah y los porraimos, el mensaje es claro: nunca otra vez…
Con información de El Orden Mundial / Wikipedia Imagen Portada: Shutterstock
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