El físico italiano Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta certificó el descubrimiento de la pila eléctrica, suscitando la controversia entre los que defendían la producción de corriente mediante tejido animal y los que eran partidarios de la electricidad metálica. Todo comenzó cuando uno de sus amigos, Luigi Galvani, observó en 1780 que el contacto entre el músculo de una rana y dos metales distintos creaba una corriente eléctrica.
El inventor desarrolló la idea con diferentes experimentos, hasta que descubrió que la parte animal no era necesaria para la producción de electricidad. En 1800 tuvo lugar la primera demostración de su pila voltaica -formada por una serie de pares de discos, electrodos, de cinc y cobre-, que dio la razón a la tesis de Alessandro Volta. Tras varias muestras del aparato frente a la ‘Royal Society’ de Londres, el descubrimiento -mucho más aparatoso que en la actualidad- fue aprobado. Un año más tarde, viajaría a París para demostrar a Napoleón las características de su invento, de primera mano. Entusiasmado por el proyecto, el jefe de estado lo nombró conde y senador del reino de Normandía, otorgándole además la medalla de oro al mérito científico.
Volta, además, inventó el electróforo, que generaba electricidad estática. En 1779, había sido nombrado profesor titular de la cátedra de física experimental en la Universidad de Pavía, y, posteriormente, ocuparía el puesto de director de la facultad de filosofía de la Universidad de Padua.
En 1881, en su honor, la unidad de fuerza electromotriz del Sistema Internacional de Unidades pasó a llamarse voltio.
Foto: Pilas o baterías eléctricas Shutterstock
--
--