En 1954 se jugó la Copa del Mundo en Suiza, siendo la primera en Europa luego de la Segunda Guerra Mundial. Alemania vivía en pleno auge una crisis que se dio tras los acontecimientos bélicos, y regresaba a un Mundial luego de haber sido vetada en la edición de 1950. En la final del torneo protagonizarían el «Milagro de Berna», un partido que fue fundamental para la reconstrucción del país.
El «Equipo de oro»
Para entender este hecho se tiene que conocer quiénes eran los «Magiares mágicos», apodo que recibió la selección húngara en la década de los 50.
El 14 de mayo de 1950, Austria venció a Hungría por un marcador de 5-3; luego de este encuentro, el equipo húngaro empezó su etapa dorada, la cual los situaría como una de las mejores selecciones de la historia al conseguir un invicto de 33 partidos y cuatro años, lo que los catapultó a la eternidad.
En 1952, Hungría gana la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki. En 1953, es el primer equipo no británico en ganarle a Inglaterra en el Estadio de Wembley; hacia 1954, le propinan a esta selección la peor derrota de su historia, un 7-1.
De cara a la Copa del Mundo de 1954, realizada en Suiza, Hungría llegaba con un plantel con figuras como Czibor, Kocsis o Puskás; además de la condición de gran favorita para alzar el trofeo.
La crisis alemana
Luego de la Segunda Guerra Mundial, Alemania se vio sumergida en una crisis que abarcó cada aspecto de la nación teutona. El bloque del este y el oeste se vieron marginados ante los ojos del mundo, y por medio de tratados, trabas y exclusiones se vio cómo se iba aislando a la tierra que había albergado al nazismo.
Ni el bloque oriental ni el occidental pudieron participar en la Copa del Mundo de 1950, esto tras haber sido vetadas por la FIFA. Para la edición de 1954, Alemania del Oeste pudo jugar el torneo; aunque llegó sin ningún tipo de favoritismo y en medio de las sombras de la guerra que todavía acechaban su espalda.
Suiza 1954
En 1950 fue cuando se jugó el primer Mundial post Segunda Guerra Mundial, realizado en América gracias a la destrucción que tuvo el conflicto bélico en territorio europeo. En 1954, Suiza organizó el torneo en lo que fue el regreso de la copa al viejo continente.
Alemania Federal, Checoslovaquia, Hungría, Suiza, Austria, Corea del Sur, Inglaterra, Turquía, Bélgica, Escocia, Italia, Uruguay, Brasil, Francia, México y Yugoslavia fueron los participantes.
En los cuartos de final se enfrentaron Hungría, Uruguay, Alemania Federal y Austria contra Brasil, Inglaterra, Yugoslavia y Suiza, respectivamente; los primeros mencionados avanzaron a las semis.
Hungría derrotó a Uruguay, vigente campeón, y Alemania Occidental hizo lo propio con Austria, por lo que estos dos equipos se verían las caras en la final del campeonato.
El «Milagro de Berna»
El 03 de julio de 1954, en el estadio Wankdorf de Berna, Alemania Federal y Hungría jugaron la final del Mundial y uno de esos partidos que fueron un parteaguas en la historia.
Fue la segunda vez en el torneo que estas dos selecciones se enfrentaron, siendo la primera vez en la fase de grupos, cuando los húngaros humillaron a los alemanes por un marcador de 8-3.
Para este partido, el «Equipo de oro» de Hungría tenía una racha de 37 partidos y más de cuatro años sin derrotas. Durante el mundial, los «Magiares mágicos» habían sido una aplanadora, y antes de los 10 minutos de la final, ya iban ganando 2-0 con goles de Puskás (6’) y Czibor (8’). Para este momento, los húngaros llegaron a un récord de 27 tantos anotados en el torneo, marca que hoy día ninguna selección ha logrado igualar.
Antes de los 20 minutos de partido, Alemania había logrado el empate gracias a las anotaciones de Morlock (10’) y Rahn (18’); en el minuto 84, este último firmó su doblete y la remontada alemana, la cual significó una sorpresa gigantesca que se denominó como un auténtico milagro.
Trascendencia del encuentro
Luego del partido, hubo varios aspectos que cambiaron en Alemania. En lo que se refiere al fútbol, la victoria sembró un entusiasmo innato por este deporte, provocando un efecto dominó que termina con Alemania como una de las selecciones más fuertes de la historia.
Los teutones son los máximos ganadores de la Eurocopa (tres títulos), poseen seis medallas olímpicas en la categoría masculina, ganaron una Copa Confederaciones y cuatro Mundiales de fútbol; además de ser la nación con más presencia en finales y semifinales en este torneo.
En lo que se refiere al ámbito social, el «Milagro de Berna» sirvió para levantar al país de la depresión posterior a la Segunda Guerra Mundial. El encuentro marcó un hito en el patriotismo alemán, y sirvió para que las personas en dicha nación recobrasen el entusiasmo y la autoestima perdidos con la guerra.
Otro milagro se ha vinculado con este hecho. El «Milagro económico alemán» fue el paso que dio Alemania de estar en crisis a ser una potencia económica a nivel mundial, y el «Milagro de Berna» fue uno de los factores que ayudó a que esto pasara.
Por último se tiene la película homónima de 2003. La cinta narra los acontecimientos desde el punto de vista de un chico de 12 años que vivía en un barrio obrero, representando así la encarnación del sentimiento alemán en dicha época.
Por: Luis Alejandro Mejías / @luis.amt / Culturizando
Con información de El País / El Espectador / FIFA
--
--