Cuando el automóvil del que hablaremos debutó en el Auto Show de Nueva York de 1930 con su motor V16, la Sociedad Americana de Ingeniería (SAE), lo denominó como “el logro automotriz más notable del año”, y no es para menos. La Marmon Motor Car Company fue pionera en el diseño y la ingeniería automotriz, pero además de eso, se caracterizó por hacer automóviles para los más acaudalados, aquellos con mucho dinero y también mucha discreción. Para ellos estaba disponible este automóvil, el Marmon Sixteen, la joya más exclusiva y discreta del mundo.
Marmon Motor Car Company
La empresa fue fundada en 1851, con el nombre Nordyke Marmon & Co., dedicándose inicialmente a la fabricación de piezas y partes para molinos. En 1899 la empresa estaba en su totalidad bajo el control de la familia Marmon y en 1902 deciden crear su marca automotriz, como subsidiaria de la misma empresa. Así nacía Marmon Motor Car Company.
Desde sus inicios, Marmon estuvo dedicada no solo a crear automóviles de lujo, sino los mejores, más innovadores y más confiables. Es así como crea en 1902 su primer motor V2 refrigerado por aire, su V4 en 1903 y así sucesivamente. En ese proceso, creó vehículos exclusivos, vanguardistas en términos de ingeniería, y rápidos además, siendo de hecho un Marmon (Wasp) el primer automóvil en ganar las 500 millas de Indianápolis.
“La guerra de los cilindros”
Si bien esto no fue un conflicto armado ni mucho menos una conflagración violenta, se conoce a esta “guerra” como un periodo en el que la industria automotriz se enfocó en el diseño y fabricación de los motores más grandes que se hayan producido, buscando más potencia y más suavidad en el andar, además de vanguardismo técnico. Estamos hablando de un período que, si pudiésemos ponerle tiempo, va desde 1915 hasta 1931.
En este período, el primer motor en verse destronado es el de 4 cilindros, muy bien consolidado en la industria automotriz en Estados Unidos y Europa, más aún con la presencia del Modelo T, que precisamente para 1915, tenía presencia en más del 30% del mercado automotriz mundial. Es en ese mismo año que aparece el Cadillac Type 51, con un motor V8 de 5.1 litros. Al poco tiempo, otra marca de lujo estadounidense como Packard responde con algo más contundente, el motor V12 de su nuevo Packard “Twin Six”, de hecho el primero en el mundo y que sería la gran tendencia desde 1915 y hasta mediados de los 40, tanto en marcas estadounidenses como europeas.
En ese momento histórico se desarrolla el siguiente motor más grande puesto en un automóvil de producción, el V16 y en ese mismo contexto se desarrolla nuestro protagonista.
El Marmon Sixteen
Durante la Primera Guerra Mundial, Howard Marmon, máxima autoridad en Marmon Motor Car Co. y además, Jefe del Equipo Técnico del Cuerpo de Aviación del Ejército de Estados Unidos, tuvo la oportunidad de ver y estudiar el motor aeronáutico desarrollado por Bugatti, el U16, un motor fabricado en 1916 luego de unir 4 bloques de 4 cilindros. De allí nace la pasión de Marmon por el motor V16.
Luego de la guerra, se pone a trabajar con un equipo de ingenieros en su proyecto y para 1926 ya tiene la idea clara de un nuevo motor automotriz de 16 cilindros. El motor sería una gran innovación, nace de la unión de 2 motores de 8 cilindros, con un sistema de lubricación de alta presión y electricidad de 6 voltios. Pero además tendría otro aspecto innovador, al ser un motor hecho con una inmensa mayoría de piezas y partes de aluminio. Además, al motor se incorpora una caja de velocidad con pre-selector y con sincronización entre la segunda y tercera velocidad, algo que no se había visto en automóvil alguno. El motor tendría una cilindrada de 8 litros y una potencia de 200hp.
Una joya discreta
El Sixteen, al igual que el resto de los automóviles de Marmon, no era barato. De hecho, para su debut el Sixteen costaba casi 9 veces el salario anual de un estadounidense promedio. Pero lo curioso es que lo realmente caro en este automóvil es su ingeniería, porque si algo caracteriza a los automóviles Marmon y al Marmon Sixteen es que sus líneas, diseñadas por Water Dorwing Jr. Teague, eran muy discretas. No se trataba de un automóvil vistoso. Vemos pues un automóvil de grandes dimensiones, en algunas limosinas convertibles o de techo cerrado y sólo 6 cupé, con un interior austero pero de buena calidad y una parrilla nada ostentosa, todo 100% práctico y funcional.
Esto se debe a dos motivos. El primero de ellos es que Howard Marmon era presbiteriano, una vertiente del protestantismo británico que tiene entre sus valores principales la vida sencilla y poco ostentosa. De allí que sus automóviles, en el aspecto estético eran el perfecto reflejo de sus creencias y filosofía de vida .Es por eso que el Sixteen se destaca por su ingeniería, si bien la estética no se ve tan beneficiada como en automóviles contemporáneos del mismo segmento, como Packard, Duesenberg, Cadillac, etc.
El segundo motivo es que el segmento de mercado de Marmon se ubicaba entre las grandes familias acaudaladas, pero con fortunas de historia, fortunas que venían del ramo industrial, financiero, generalmente millonarios con un estilo de vida muy conservador, que simplemente querían un automóvil confiable y de calidad, de un estatus económicamente muy elevado, pero socialmente discreto. Además existe la probabilidad de que la inmensa mayoría de los clientes de Marmon también fueran presbiterianos, siendo que los creyentes de esta vertiente religiosa en EEUU para la época, figuraban con las fortunas más grandes y el mayor nivel educativo.
El ocaso del Sixteen es el ocaso de Marmon
Marmon estaba para 1929-1930 en una situación económica severa, totalmente ajena a la Gran Depresión, lo cual retrasó el tiempo de producción y presentación del Sixteen. Además, dentro del referido contexto de la “guerra de los cilindros”, por un lado Cadillac reclutó al Ingeniero estrella de Marmon, Owen Nacker, quien en su mente llevó la idea del V16 a sus nuevos jefes; por el otro, Peerless, otro fabricante estadounidense que aspiraba llegar al “piso V16”, también contrató a otro ingeniero de Marmon, James Bohanon.
Pero había otro problema, la Gran Depresión que se desató luego del crack de Wall Street en 1929, no tuvo consecuencias inmediatas sino a partir de 1932–1933, años en los que el Sixteen estaba en producción. Esas consecuencias comenzaron a afectar muchas de esas fortunas tradicionales y que, por ser conservadoras, no supieron resistir ni sortear los embates de la Depresión. Así, las fortunas fueron desapareciendo, como también los clientes de Marmon, que tampoco pudo adaptarse a lo que las nuevas clases pudientes querían. Aquéllos con fortunas procedentes del trabajo duro, artistas, empresarios ajenos a las finanzas, querían automóviles ostentosos, juveniles y vistosos, al estilo Duesenberg, Packard, Lincoln o Cadillac. Es decir, la empresa quedó estancada entre valores muy particulares y una clase social que sucumbía en la bancarrota.
En 1933 se produce el último de los 390 Marmon Sixteen y en 1934 Marmon se fusiona con la firma de ingeniería Herrington para crear Marmon–Herrington. Con ello la empresa sobrevivía, pero nada sería igual. Los grandes y lujosos Marmon serían cosa del pasado.
¿Quién es mejor que quién?
Ante la realidad que establece que tanto Cadillac como Peerless lograron entrar a la competencia más alta de esta “guerra de cilindros” gracias a Marmon y al reclutamiento de sus empleados, muchos se preguntan: ¿quién es mejor que quién?, ¿cuál motor es mejor que cuál?, ¿quién se lleva la corona?
Lo primero que hay que decir es que si bien Peerless llevó a cabo su intento, nunca logró prosperar. De hecho, la firma fue víctima de la Depresión, así que quedó fuera de esta ecuación. Eso deja sobre la mesa solo a Cadillac y a Marmon. Sin embargo, es justo reconocer que allí hay dos coronas.
Marmon fue sin duda la pionera, pues la idea nació de Howard Marmon luego de su encuentro con el motor Bugatti U16. Por otro lado el ingeniero clave de Cadillac provino de Marmon, que además inició el desarrollo de su automóvil como producto en 1926, mientras que Cadillac lo hizo 1 año después, en 1927. Asimismo, el motor de Marmon era más revolucionario al usar aluminio, lo que lo hacía más ligero, logrando una potencia de 200hp versus los 165hp del motor de Cadillac. Si a eso sumamos la caja con pre-selector de velocidad, en términos de ingeniería Marmon se lleva la corona.
Sin embargo, si lo vemos como producto, el veredicto sería otro. Gracias al músculo económico de General Motors (y que Marmon nunca tuvo), el tiempo de desarrollo de Cadillac fue menor, tanto así como para que el primer carro con un motor V16 en el mundo fuera el Cadillac Serie 452 y no el Marmon Sixteen. Además, si bien el motor de Marmon técnicamente era más innovador y de mejor performance, la propuesta de Cadillac se produjo por mucho más tiempo (hasta 1940) y en mayor cantidad que la de Marmon.
Hoy en día un puñado de esos maravillosos pero discretos Marmon Sixteen siguen rodando, con un activo club de propietarios que hacen todo el esfuerzo para mantener sus automóviles en buen estado y funcionando, cosa que ha resultado, no sólo porque los seguimos viendo en las calles, sino porque además como piezas de colección, son bastante bien cotizadas, dicho sea de paso.
El Marmon Sixteen es parte del testimonio de una época en la que la ingeniería estaba en su era dorada, pero sobre todo representa un estilo de vida que, aunque casi inexistente y poco conocido, al igual que el automóvil, se niegan a desaparecer.
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