Según los egipcios, el alma renace tras la muerte, así que, imaginemos que nos momifican y tenemos la expectativa de despertar en forma de espíritu. Algo nos tendrá que indicar hacia dónde ir, y precisamente eso es básicamente El Libro de los Muertos, algo que se conoce como libro, pero propiamente es un conjunto de hojas de papiro ilustradas con el que el muerto se guía en su viaje al más allá (estas ilustraciones también pueden encontrarse pintadas en las paredes de la cámara sepulcral).
Pero no hablamos de unas simples anotaciones, sino que hablamos de un papiro de grandes dimensiones, escrito en hierático, es decir, con el lenguaje de los jeroglíficos egipcios. De hecho se trata de un papiro de un coste tan elevado que sólo accedían a él los egipcios más adinerados, o como mucho, los escribas, que ya que iban a morir, se escribían uno para sí mismos. Hablamos de que uno de estos papiros costaba tanto como el sueldo de todo un año de un obrero.
Por tanto, no había sólo un Libro de los Muertos, sino que cada muerto tenía su propio libro, con el que de hecho, era enterrado. Y tampoco había un papiro canónico que reglase a los demás, ya que el contenido se adaptaba más o menos al fallecido, de hecho, la propia persona, si se ocupaba él mismo de preparar su libro antes de morir, podía incluir los rezos o instrucciones que pensaba le serían más útiles en su viaje.
Hasta el periodo Saíta (Dinastía XXVI) este tipo de documento no se dotó de un orden establecido, sin embargo, a partir de entonces se establecieron algo así como “capítulos”.
– En el primer tramo de capítulos, se describía la muerte del fallecido y cómo volvía a la vida una vez que éste había entrado en el infierno.
– El segundo tramo de capítulos se explicaba del origen de los dioses, y de cómo el muerto debía revivir para volver a nacer como el sol lo hace cuando amanece.
– El tercer tramo era el más largo y que más capítulos componía, y es que llevaba todo el peso de “la historia” ya que es cuando el difunto viaja por los cielos y luego vuelve a descender al inframundo para presentarse a Osiris con éxito.
– El cuarto y último tramo de capítulos contiene todo lo que pasa tras pasar las pruebas de Osiris. Se habla de amuletos, comida, lugares, y lo más importante, cómo el fallecido ocupa su lugar entre los dioses.
Pero una vez explicado este orden, no podemos dejar de nombrar al Libro de los Muertos más conocido, quizás por su existencia, se usa el término “Libro” en singular, como si sólo existiera uno. Y es que hablamos del más grande e importante de todos, el papiro de Ani.
Elaborado en torno al año 1300 a.C. y con 25 metros de longitud total, es uno de los papiros más grandes que se conservan, que por supuesto, encontramos en el Museo Británico.
Escrito por 3 escribas diferentes narra el viaje de Ani (un escriba de alto cargo) y su mujer Tutu. Algunos estudios corroboran que en la ilustración del papiro participó el propio Ani. En su mayoría detalla el viaje de ambos para superar el juicio de Osiris, que hemos nombrado antes.
Se trata de uno de los libros más importantes de la Humanidad y además fue referente de la religión egipcia durante más de 3.000 años. ¿Por qué esta relevancia? Hay que tener en cuenta que se trata de dibujos con todo lujo de detalles y una historia que cuenta el origen de muchas deidades, lo que le hace el Libro de los Muertos por excelencia.
Fuente: vacazionaviajes.com | wikipedia
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