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Horrores Humanos: El genocidio de Ruanda

Horrores Humanos: El genocidio de Ruanda

Ruanda o Rwanda fue un protectorado alemán de 1899 a 1916. Tras la Primera Guerra Mundial se convirtió en un mandato de la Liga de las Naciones y después se transformó en un territorio fiduciario de la ONU, bajo administración Belga en ambas etapas.

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Su población está conformada por tres grupos: los hutu (Bahutu, 85% de la población), tutsi (Batutsi, 14% de la población) y los TWA que forman la población indígena.

Hasta 1950 la educación era disponible solo para los tutsi. En 1940, sin embargo, muchos tutsi de Rwanda fueron impulsados para abogar por su independencia.

El Rey Kigari V, quien había gobernado por cerca de tres decenios murió en 1959 y los tutsi etnocéntricos obtuvieron el poder. Esto contribuyó a una serie de rebeliones de los hutu, que demandaban igualdad de derechos, en las cuales decenas de miles de tutsi perecieron.

En 1961, con el apoyo de los colonos Belgas, la mayoría hutu tomó el control del gobierno, aboliendo la monarquía tutsi y declarando a Rwanda en república.

La independencia de Rwanda no fue reconocida internacionalmente hasta el primero de julio de 1962.

Más de la mitad de los Ttutsi de Rwanda huyeron del país entre 1959 y 1964. El General Juvenal Habyarimana, de la etnia hutu, tomó el poder en un Golpe de Estado en 1973 en medio de otro período de conflicto étnico.

En octubre de 1990 rwandeses exiliados opositores al régimen de Habyarimana, invadieron Rwanda con el apoyo de Uganda e iniciaron una guerra civil para derrocar al régimen.

Desde 1991 el régimen de Habyarimana había incrementado la represión a la población en una guerra de baja intensidad para acabar con la rebelión, utilizando al racismo como eje instigando y encubriendo las masacres masivas de tutsi.

Los asesinatos fueron perpetrados por grupos paramilitares. Los paramilitares hutu eran más de 30 mil, recibieron entrenamiento militar del ejército Rwandés y el apoyo/encubrimiento del régimen de Habyarimana. Pronto cerraron carreteras y revisaban a cada persona que pasaba para eliminar a los tutsi.

El gobierno creó además listas de personas que deberían ser asesinadas, identificando en ellas a los partidarios de la transición política, a los adversarios políticos, a aquellos involucrados en el movimiento de los derechos Humanos, etc. Incluso algunos hutu proclives a la reforma fueron condenados a muerte. En esas listas se incluía a la totalidad de la población tutsi.

Habyarimana fue asesinado en un sospechoso accidente aéreo sobre Kigali el 3 abril de l994, desatando una ola de violencia étnica en contra de los tutsi y los opositores al régimen. Pero había indicios de que el asesinato había sido planeado y orquestado por un hutu de línea dura que se oponía a todo arreglo con los tutsi.

El asesinato de Habyarimana terminó de consumar el genocidio.

Cronología de un genocidio

6 de abril de 1994. El avión en el que viajaban los presidentes de Ruanda, Juvenal Habyarimana, y de Burundi, Ciprian Ntayamira, fue alcanzado por dos misiles en el momento en que iba a aterrizar en el aeropuerto de Kigali, lo que ocasiona el inicio de una masacre cruel en todos los rincones de Rwanda.

7 de abril. La primera ministra Agathe Uwlingiyimana y 10 soldados belgas de las fuerzas de la ONU que la custodiaban, fueron asesinados por la guardia presidencial. A causa de esto, se ordenó la retirada de los cascos azules, dejando a la población civil sin protección. Esta situación fue aprovechada por los radicales hutus para comenzar el genocidio.

8 de abril. El Frente Patriótico Ruandés lanza un ataque en los alrededores de Kigali.

9 de abril. Se formó un gobierno interino presidido por Jean Kambanda, con la característica principal de que no incluía a ningún tutsi ni hutu moderado o de la tendencia cercana al FPR entre sus filas.

9 de abril. Bélgica y Francia, sacan del país a todos sus nacionales, sin preocuparse de los ruandeses, ni siquiera de los que trabajaban en sus empresas.

11 de abril. Un comunicado de la Cruz Roja Internacional estima que decenas de miles de ruandeses han sido asesinados en tan solo unos días. Mientras tanto, la misión de pacificación de Naciones Unidas MINUAR, permanecía muda.

14 de abril. El contingente belga se retira.

17 de abril. Lejos de Kigali y concretamente en la población de Kibuye, fue el día en el que comenzaron las labores de exterminio de la población tutsi en aquel condado. Durante los tres meses siguientes, murieron o desaparecieron alrededor de 250.000 personas. Varios miles fueron asesinadas en la iglesia de Kibuye durante una emboscada en una sola masacre.

20 de abril. Boutros Ghali, consciente de la situación en la que se encuentra toda Ruanda ordena un: «inmediato y masivo refuerzo de MINUAR para parar la contienda y las masacres, requiriendo varios miles de tropas adicionales y reforzar los poderes.

21 de abril. El Consejo de Seguridad vota de forma unánime reducir, paulatinamente, la Misión UNAMIR de 2,539 soldados a 270.

21 de abril. La Cruz Roja Internacional emite otro comunicado donde advierte de que el número de asesinados no era de decenas de miles sino cientos de miles.

4 de mayo. Boutros Ghali va más lejos y utiliza, por primera vez, el término «Genocidio» para describir lo que estaba ocurriendo en Ruanda.

19 de mayo. Un comunicado emitido por la Cruz Roja estima en 500.000 ruandeses asesinados. Sorpresivamente, ningún dirigente político internacional había utilizado todavía la palabra genocidio.

A principios del mes de junio, el FPR, que se organiza en el nordeste del país, lanza un ultimátum a todos los extranjeros residentes en Ruanda para que abandonen el país en menos de tres días al anunciar un ataque inminente. En el oeste, se crea una guerrilla tutsi llamada Ejército de Liberación de Ruanda (ALIR).

22 de junio. El Consejo de Seguridad autoriza, de forma temporal, al gobierno francés a ocuparse de establecer el orden y crear un área de seguridad en la zona sur-oeste del país.

A mediados del mes de julio, el Frente Patriótico Ruandés se apodera de Kigali obligando al gobierno hutu radical a huir del país en dirección al Zaire seguido de al menos dos millones de hutus que crearon el campo de refugiados más grande de la historia en Goma, «la ciudad de los muertos».

El 16 de abril se considera como la fecha del fin del genocidio.

Consecuencias

Se calculan entre 800.000 y 1.000.000 muertos aproximadamente, que equivaldrían al 11% del total de la población rwandés y 4/5 de los tutsis que vivían en el país -hay que contar con los tutsis de Burundi y de los países vecinos en que se habían exiliado-.

La situación económica se agravó tras el genocidio: el 70% de la población aún vive bajo el nivel de la pobreza.

A partir de 1997 se instaló una población desplazada en campos vigilado. Hasta el 2000, se calculaban 600 mil personas desplazadas. Se creó el campo de exiliados más grande en Goma, Zaire.

Hasta el 2004, 2/3 partes de la población femenina que fueron violadas son seropositivas, lo que ha influido en un aumento en el índice de personas viviendo con VIH, hasta el punto de que en Ruanda existe un mas de un 30% de la población afectadas.

La condena

El Tribunal Penal Internacional para Ruanda, fue creado por la Resolución Nº955 del 8 de noviembre de 1994 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y fue modificado el 30 de abril de 1998 por la Resolución 1165 del mismo organismo. Tiene como base una estructura similar al del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia.

Tiene su sede en la ciudad de Arusha, en Tanzania, y su presidente es Erik Møse, de Noruega. En cuanto al tiempo, son los delitos cometidos entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1994. Y en cuanto a los intervinientes, pueden ser tanto ruandeses como extranjeros que se encontraban en Ruanda al momento de cometerse los crímenes.

En este Tribunal se aplica el Artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra y al Protocolo II de 1977.

A fines de octubre de 2005, el Tribunal había ordenado la detención de más de 500 personas, de las cuales 71 habían sido puestas a su disposición. De todas ellas 6 estaban cumpliendo sentencia firme en Malí, mientras que el resto (salvo 6 que fueron liberados) se encontraba pendiente de juicio o sentencia.

Los acusados en lo que se ha llamado el proceso a los medios son Ferdinand Nahimana y Jean-Bosco Barayagwiza, que fundaron y controlaron la información en una emisora de radio, y Hasan Ngeze, un antiguo editor de un diario. Los fiscales les acusan de haber orquestado un minucioso plan destinado a multiplicar el odio étnico y para persuadir a la gente a asesinar a sus enemigos tutsis y hutus moderados. Como pruebas han presentado cerca de cincuenta mil documentos, más de seiscientas horas de grabaciones con las consignas lanzadas desde la siniestra Radio Mil Colinas y copias del diario Kangura, plagado de ilustraciones y textos racistas.

Jean Paul Akayesu, antiguo alcalde de la ciudad ruandesa de Taba, fue arrestado en Zambia el 10 de octubre de 1995 y fue transferido a la Unidad de Detención del Tribunal en Arusha el 26 de mayo de 1996. El juicio comenzó en junio de 1997 y el 2 de septiembre de 1998 la Cámara Procesal I lo encontró culpable de genocidio, incitación directa y pública a cometer genocidio y crímenes de lesa humanidad. El 2 de octubre de 1998 fue sentenciado a prisión de por vida. Akayesu cumple condena a cadena perpetua en una prisión de Malí.

Theoneste Bagosora fue encontrado culpable por un tribunal de la ONU y condenado a cadena perpetua. Fue acusado de comandar las tropas y milicias hutu Interahamwe, responsables de la masacre. Además, el tribunal consideró que Bagosora fue «responsable» del asesinato de la primera ministra Agathe Uwilingiyimana y destacados miembros de la oposición, así como de diez soldados belgas.

Además, los jueces condenaron a los oficiales Aloys Ntabakuze y Anatol Nsengiyumva por su participación en el genocidio. El acusado general Gratien Kabiligi fue puesto en libertad.

El ICTR ha sentenciado a 32 personas desde 1997. El más reciente fue el famoso cantante ruandés Simon Bikindi, quien fue condenado a 15 años de prisión por haber pronunciado un discurso en junio de 1994 en el que instó a los hutus a matar a la minoría tutsi.

Probablemente, nunca se sabrá cuántos muertos resultaron de esta pelea entre habitantes de un mismo país. Se calculan entre 500.000 y 1.000.000. Si fueron 800.000 equivaldrían al 11 % del total de la población y 80 % de los tutsis que vivían en el país. Además el genocidio y conflicto civil provocó el exilio de dos millones de ruandeses en el entonces Zaire, 480.000 en Tanzania, 200.000 en Burundi y 10.000 en Uganda, junto a más de un millón de desplazados internos. Tampoco se sabe cuántas víctimas ha provocado la venganza tutsi. Aunque se habla del «otro genocidio», parece que no es en absoluto comparable. Como sea, esta terrible historia de lucha étnica, pareciera no haber llegado del todo a su fin.

Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.

Fuentes: africamemorias |  monografias | Wikipedia

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