Al elegir el color con el que vamos a pintar la casa o una habitación, generalmente nos guiamos por gustos personales o modas, pero pocas personas saben que ciertos tonos tienen diferentes efectos sobre la manera en que nos comportamos.
Si nuestro cuarto es verde, amarillo, rojo o azul, no descansaremos de la misma manera. Hoy, vamos a contarte cuáles son los efectos que tienen los diferentes colores sobre nuestro ánimo, ello según la llamada psicología del color.
Si quieres relajarte o pintar un lugar para descansar, los colores verde, rosa, azul, blanco y lavanda son las mejores opciones, pero cada uno está recomendado para diferentes espacios.
Si quieres dormir, las habitaciones en verde o rosa son el ideal. Para trabajar tranquilo el azul es el mejor, ya que además de relajar, aumenta la productividad.
En espacios comunes, donde quieras que haya un clima de paz, el lavanda es el mejor tono a utilizar.
Si la habitación es pequeña y quieres dedicarla a actividades tranquilas, el blanco es tu color, ya que además de calmar da la sensación de ampliar espacios.
Hay dos tonos que se recomiendan para espacios comunes y que estimulan la actividad: amarillo y rojo.
El amarillo, es recomendado para pintar la cocina. Se trata de un color que aumenta el metabolismo del cuerpo y nos hace sentir energéticos. Eso si, no vayas a pintar un dormitorio de amarillo, ya que te costará conciliar el sueño. Se ha comprobado que los bebés lloran más cuando están en habitaciones de color amarillo.
El rojo, estimula todos nuestros sentidos y, si el comedor de casa está pintado en dicho color, aumentará nuestra sensación de apetito. Si seguimos por el lado de comer, el azul también es un color recomendado para el cuarto donde consumimos alimentos.
Los colores que nunca deben ir en ciertas habitaciones
Amarillo: Olvídate de pintar el dormitorio de amarillo, eso si quieres descansar bien por las noches, sobre todo en el caso de bebés y niños pequeños.
Rojo: Un color estimulante, que no es recomendado para el escritorio o lugar de estudio o trabajo, ya que evita que te puedas concentrar bien. Lo mismo se aplica a los tonos anaranjados.
Ya sabes, antes de elegir los tonos con los que vas a pintar tu hogar, considera bien la función que tendrá cada espacio y, con la guía adecuada y coordinando los diferentes colores, tendremos no sólo un lugar bonito para vivir, sino que también espacios que se ajusten a nuestras percepciones sensoriales.
Fuente: ojocientifico.com
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