Un error que pasó desapercibido para miles
En 1961, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) vivió uno de los momentos más embarazosos de su historia: la obra Le Bateau de Henri Matisse estuvo colgada al revés durante 47 días. Lo sorprendente no fue solo el error, sino que pasó completamente inadvertido para los curadores, críticos, visitantes e incluso para Pierre Matisse, hijo del artista y reconocido marchante de arte.
¿Qué es Le Bateau?
Le Bateau (El Barco) es una obra creada por Henri Matisse en 1953, durante los últimos años de su vida. Es un collage compuesto por recortes de papel pintados con gouache, representando un barco y su reflejo en el agua. Con líneas simples y formas minimalistas, la pieza juega con la simetría entre el barco y su reflejo, lo que contribuyó a la confusión sobre su orientación correcta.
El descubrimiento de Genevieve Habert
A pesar de que durante 47 días más de 116.000 personas visitaron la exposición «Las últimas obras de Henri Matisse» en el MoMA, solo una persona notó el error e 4 de diciembre de 1961: Genevieve Habert, una corredora de bolsa. Habert, admiradora del trabajo de Matisse, quedó intrigada por la disposición inusual de Le Bateau. Le parecía extraño que el reflejo del barco fuera más detallado que el propio barco.
Tras varias visitas al museo y una comparación con el catálogo oficial de la exposición, Habert confirmó sus sospechas: la obra estaba colgada al revés. Cuando intentó informar al personal del museo, recibió respuestas desalentadoras. Un guardia incluso le dijo: «Usted no sabe qué está arriba y qué está abajo, y nosotros tampoco.»
La corrección del error
Frustrada por la falta de acción del museo, Habert contactó al periódico The New York Times. El 5 de diciembre de 1961, el diario publicó la historia, pero para entonces el MoMA ya había corregido el error. Monroe Wheeler, director de exposiciones del museo, se mostró avergonzado y calificó el incidente como «simple descuido».
Alicia Legg, asistente curatorial responsable de la instalación, explicó que una etiqueta mal colocada en la parte trasera del marco y agujeros previos en los tornillos llevaron a la confusión. Curiosamente, también había agujeros en la orientación correcta, lo que indica que Le Bateau había sido colgado correctamente en algún momento anterior.
Un legado curioso en la historia del arte
A pesar del error inicial, Le Bateau ahora forma parte permanente de la colección del MoMA y se exhibe correctamente orientado. Este incidente no solo resalta lo fácil que es cometer errores humanos incluso en instituciones prestigiosas, sino también cómo las obras minimalistas pueden desafiar nuestras percepciones visuales.
No es la única vez que un museo ha enfrentado confusiones similares. En 2015, el Museo Whitney exhibió intencionalmente un cuadro de Jackson Pollock en una orientación diferente a la habitual. Sin embargo, en este caso fue una decisión deliberada basada en fotografías históricas.
¿Qué podemos aprender?
La historia de Le Bateau nos invita a reflexionar sobre cómo percibimos el arte y cuán atentos somos a los detalles. También nos recuerda que incluso los expertos pueden cometer errores y que a veces es necesaria una mirada fresca para notar lo evidente. ¿Quién sabe cuántas otras obras podrían estar mal exhibidas sin que nos demos cuenta?
El arte como espejo humano
Le Bateau no solo es un testimonio del genio creativo de Matisse, sino también un recordatorio encantadoramente humano sobre nuestra falibilidad. Este episodio combina humor involuntario con una lección valiosa: siempre hay espacio para cuestionar lo establecido y observar con mayor atención. Así como Genevieve Habert lo hizo hace más de seis décadas.
Con información de: masterworksfineart / artnet / nytimes
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