Por Pónganse a Leer | “Un dictador, accede y se sostiene en el poder, sin elecciones ni voto popular, lo hace mediante el uso de la fuerza y el poder de las armas. El tirano, por su lado abusa del poder político, y lo utiliza para controlar la economía y gobernar de manera totalitaria sin limitaciones legales, actuando de forma cruel.” …
Las dictaduras y las tiranías
Es importante tener claro la diferencia entre los dos términos, porque cuando hablamos de política, especialmente de políticos y regímenes autoritarios, solemos confundir los dos conceptos como si fueran uno solo.
Dice José Fernández Santillán, en un artículo titulado “Confusión entre tiranía, dictadura y despotismo”, publicado en la página del diario crónica de México, que el más antiguo de estos conceptos es la tiranía, que viene de la antigua Grecia como una forma de gobierno, y atendía dos criterios: ¿quién gobierna? ¿cómo gobierna? Primero, pueden gobernar: uno solo, pocos o muchos. Segundo, se puede gobernar bien o mal. Para distinguir el buen gobierno del mal gobierno hay dos criterios: 1) si gobierna de acuerdo con la ley (eunomía)) o sin respetar la ley (disnomía); 2) si se ejerce el poder para el interés de todos o tan sólo para el interés de una parte.
Hoy en día, los tiranos llegan al poder por vías legales, mediante la victoria en unas elecciones democráticas, o por la fuerza, a través de golpes de Estado, yo conozco unos cuantos, y suelen ser populistas y demagogos, que aprovechan el poder para mandar a voluntad, sin ningún tipo de respeto por las leyes.
Ahora, la dictadura tiene una connotación negativa actualmente, pero el mismo José Fernández Santillán dice que, en la república romana la dictadura era una institución constitucionalmente establecida. Los romanos, recurrían a ella en situaciones de emergencia como una rebelión o una guerra, entonces se nombraba al dictador para que en uso de poderes extraordinarios hiciera frente al bochinche.
Actualmente, entendemos que una dictadura es una forma de gobierno en la que un solo individuo, o un grupo pequeño de ellos, sostiene el poder absoluto sobre el Estado de manera indefinida y sin limitaciones constitucionales reales. Esto implica que el poder político se ejerce de manera autoritaria, vertical, sin espacio para el debate ni el disenso político, y tampoco para el ejercicio de la democracia.
En ambos casos estamos hablando de sistemas complejos y terribles para la población de esos pueblos que los padecen, porque esto es como una enfermedad, esto se padece.
Ahora, nos vamos a pasear por algunos tiranos y dictadores que les dio por escribir.
Dictadores y tiranos con delirios de escritores
No todo en el ejercicio del poder cuando se es un dictador o un tirano, es andar controlando a todo el mundo, dictando sentencias de muerte, de expropiación o de persecución a la disidencia, estos caballeros, porque en su mayoría son hombres, también dejaron por escritos sus ideas, echando mano de la literatura, y fueron más lejos, tuvieron la osadía publicar sus obras.
Las obras de los dictadores y/o tiranos, no suelen tener mucha calidad literaria, pero la verdad es que, con los años, se hicieron populares, porque o bien obligaron a todo el mundo a poseerlas y leerlas o bien porque la gente curiosa como Pedro Julio, se acercan a ellas para acercarse también a la figura de estos sátrapas, y entenderles un poquito, o intentarlo al menos, porque es que esos escritos se han convertido en documentos históricos, y reflejo de las personalidades de sus autores.
Daniel Terrasa, en el artículo “Dictadores que soñaron con ser escritores”, en el blog Humilde lector, dice que hay tres grandes grupos: Primero están los que escribieron libros y luego se convirtieron en dictadores. Luego, los que escribieron libros para convertirse en dictadores. Y finalmente, los que escribieron libros porque ya eran dictadores.
Entre los primeros encontramos al Duce de Italia, Benito Mussolini, que en 1904 escribió un ensayo filosófico de 47 páginas titulado “El hombre y la divinidad: Dios no existe”, aquí Benito reflexiona sobre la fe y el ateísmo. Un día, Mussolini se enfrascó en una discusión pública con Alfredo Taglialatela, un protestante italiano, en el calor del debate, se paró sobre una mesa y lanzó un desafío a Dios, dijo “si Dios existe, que me mate dentro de los siguientes cinco minutos”, como no murió en ese momento, ni corto ni perezoso transcribió la arenga que profirió ese día.
Pero no solo escribió ensayos, también incursionó en el género de la novela, con “Claudia Particella: La amante del Cardenal”, una novela histórica, publicada por partes en el diario Il Popolo, que salió en 57 episodios consecutivos entre el 20 de enero y el 11 de mayo de 1910, en la que narra la historia del cardenal Carlo Emanuele Madruzzo, que fue un obispo católico italiano, príncipe-obispo de Trento desde 1629 hasta 1658, y su romance con la protagonista.
En la obra, se cuenta el romance del Cardenal con Claudia, que se acaba cuando se hace público, el Papa impidió el matrimonio del Cardenal, generando una serie de eventos que terminaron con el envenenamiento de la amante y el Cardenal cayendo en desgracia por mano de la furia de los nobles locales.
Mussolini, escribió esta obra antes de llegar el poder evidentemente, en esa época estaba peleado con la Iglesia, así que, a través de su pluma, denunció las conductas inmorales y reprobables de varios líderes católicos. Cuando se publicó saltaron las críticas, y cuando él se reconcilió con la Iglesia y se hizo con el poder, entonces la novela desapareció.
El caso del segundo grupo, esos dictadores que escribieron libros para convertirse en dictadores, encontramos a un tirano en toda regla, el führer Adolf Hitler.
Muchos habrán escuchado y otros habrán leído el famoso libro escrito por este señor, Mein Kampf, Mi lucha.
Hitler escribió la obra mientras cumplía condena por fallido putsch de Munich de 1923. Empezó como un panfleto que por cierto en el momento de su publicación, fue un fracaso total en ventas, pero luego del ascenso al poder de Hitler, se convirtió en el libro de cabecera del III Reich, en una biblia del nacionalsocialismo.
Mi lucha, está dividida en dos partes, la primera parte fue escrita en 1924 y la segunda en 1926. Con claro y marcado carácter autobiográfico, en la que se van mezclando hechos reales vividos por el autor, su personalidad y el espíritu que debía tener el hombre constructor del III Reich. Porque es que, en Mi lucha, se sientan las bases de una nueva forma de Estado y una nueva concepción de gobierno para Alemania.
Hay que mencionar en favor de Hitler que, en su momento, le contó a su abogado que si él hubiera sabido que se iba a convertir en canciller no lo hubiera escrito, porque él no era escritor. Mira tú, al menos hubo un dejo de decencia en el hombre.
Ahora en el tercer grupo, es donde encontramos más exponentes, tristemente célebres no solo por los bodrios que escribieron, sino también por el daño que causaron, estos son los dictadores que escribieron libros siendo ya dictadores.
Empecemos con el “Libro Rojo de Mao”, que en 1964 el gobierno de la República Popular China publicó, para que todos pudieran tener acceso a las citas y discursos pronunciados por Mao Zedong, el líder y presidente del Partido Comunista de China en ese momento.
El libro se hizo popular y pronto se le conoció como el “Pequeño Libro Rojo”, porque la edición de bolsillo era un librito de color rojo, porque todo el mundo debía llevar el libro a todas partes, en China la lectura del libro es obligatoria en las escuelas.
Desde su publicación en 1964 hasta nuestros días, se han impreso más de 900 millones de ejemplares, es el segundo libro más publicado en la historia, solo por detrás de la Biblia.
El libro tiene 33 capítulos, que recogen 427 citas; que pueden ser unas frasecitas cortas o párrafos enteros y varias cuartillas, los nombres de los capítulos son, por ejemplo: el 4 El tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo; el 6 El imperialismo y todos los reaccionarios son tigres de papel; el 7 Atreverse a luchar y a conquistar la victoria; o los capítulos 20 y 21 que se titulan Construir nuestro país con laboriosidad y economía, y Apoyarse en los propios esfuerzos y trabajar duro, respectivamente.
En toda regla, es un libro de adoctrinamiento político.
Otro libro con nombre de color, pero menos famoso, es el “Libro Verde” del coronel Gadafi.
Gadafi presentó el “Libro Verde”, en abril de 1973, mientras daba un discurso al norte de Libia. La idea era presentar un mensaje dirigido a todo el mundo, porque este caballero pretendía validar su visión y su ideología política en todas partes. Aunque el libro se publicó oficialmente en 1975.
Este es un libro político, que en que se exponen las ideas del pensamiento político de Muamar Gadafi, al más puro estilo de Mao, y se fue extendiendo a través de los comités populares, que el gobierno de Gadafi instituyó en Libia.
En “Libro Verde”, Gadafi rechaza la democracia liberal moderna europea, porque tú sabes eso es mucha libertad para la gente, y aparte promueve una especie de democracia directa basada en los llamados «comités populares de base».
El objetivo del “Libro Verde” era, sentar las bases de la naciente revolución y dar herramientas para que los libios construyeran, una nueva sociedad en lo político y lo económico.
El libro está compuesto de tres partes, en la primera, aborda la solución del problema de la democracia: «El poder del pueblo». Aquí Gadafi deja su visión sobre los diferentes componentes políticos, como: las asambleas parlamentarias, los partidos políticos, las leyes, el referéndum, los congresos populares y la prensa. Presenta una solución teórica definitiva a estas cuestiones. Antes de ir desgranando cada elemento.
En la segunda parte, habla de la solución del problema económico: «El socialismo». Imagínate tú, que miedo con este hombre, Gadafi creía que la libertad del hombre estaba incompleta mientras sus necesidades dependiesen de otros, porque esas necesidades podían conducir a los hombres a esclavizar a otros hombres, entonces el propone una solución definitiva, abolir el salario y así liberar al hombre de su esclavitud. Así como se liberaron sus hijos del lujo.
Y finalmente, en la tercera parte, que son las bases sociales de la Tercera Teoría Universal, el tipo se mete en una variedad de saraos que da como piquiña, por ejemplo, se dedica a definir la nación y llega más lejos y se mete con la familia, y la educación.
Otro dictador que también escribió su libro fue el cubano Fidel Castro, lo hizo en clave de autodefensa, la obra se llama “La historia me absolverá”. Aquí Fidel hace un alegato, el que utilizó en 1953 ante el tribunal que lo juzgaba por rebelión, por los fallidos asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Una vez en el poder, el discurso se convirtió en libro y lectura obligatoria en escuelas. Un texto supuestamente lleno de buenas intenciones que finalmente no tuvieron su reflejo en la realidad.
Según Fidel en el libro, la Cuba de ese momento, era víctima de seis males, seis problemas fundamentales: el primero es el problema de la tierra; el segundo, el problema de la industrialización; el tercero, el problema de la vivienda; el cuarto el problema del desempleo; el quinto, el problema de la educación y el sexto, el problema de la salud.
Fidel se deshace en halagos para José Martí, al que llama “padre de la independencia de Cuba”, sin embargo, a Batista lo pone como un tirano, un monstrum horrendum, dice Fidel que Batista es un tipo sin entrañas, que fue capaz de traicionar al país para derrocar a Ramón Grau.
Otra obra de corte romántico, es “Zabiba y el rey” de Sadam Husein, aunque él la firmó con la forma tradicional árabe para conservar el anonimato de “Él que lo escribió”, el libro se vendió como pan caliente no por su calidad, sino por su autor.
La obra es una novela rosa, lanzada en el año 2000, y sus personajes simbolizan la resistencia del pueblo iraquí ante el invasor estadounidense.
Narra una historia de amor, en la que un poderoso gobernante del Irak medieval se vuelve loco por una hermosa mujer, Zabiba, pero Zabiba estaba casada, con un hombre terrible, cruel y sanguinario, este triángulo amoroso es una alegoría de la situación que se vivió en Irak en la época de Sadam.
Claramente el rey es Husein, Zabiba es el pueblo iraquí; y los Estados Unidos es el pérfido esposo, que en un episodio llega hasta violar a Zabiba, esto representa la invasión estadounidense de Irak al final de la Guerra del Golfo, de hecho, Sadam va más lejos, usa como fecha de la violación el 17 de enero, el mismo día que las fuerzas de los Estados Unidos comenzaron la ofensiva en 1991. Al final de la historia, el rey muere, después de vencer al criminal y vengar el honor de Zabiba.
Otra obra de un dictador y tirano, en este caso de Turkmeistán, es “Ruhnama”, autoría de Saparmyrat Nyyazov, que fue publicada en 2001, es una mezcla entre tratado sobre moral y civismo, con poesía, con conceptos políticos, un batiburrillo de todo y de nada.
Otros que quedaron por fuera también, pero porque no los he leído, son “La Masonería” (1952), del caudillo Francisco Franco, que firmó bajo el seudónimo de Jakim Boor, o los 18.000 libros que asegura haber escrito el tirano de Corea del Norte Kim Il Sung, o los cuentos del arañero de Hugo Chávez.
Ahora nos despedimos recordando la consigna, ya la saben ustedes, Pónganse a Leer.
Imagen portada: Shutterstock
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