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¿Cómo nuestro cuerpo metaboliza el alcohol?

¿Cómo nuestro cuerpo metaboliza el alcohol?

Ingerir alcohol es una práctica común en los seres humanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 30% de los hombres y 10% de las mujeres consumen alcohol en exceso por lo menos una vez por semana. Además, casi el 80% de los jóvenes prefieren consumir bebidas alcohólicas regularmente. Normalmente se ingiere alcohol desde edades tempranas en reuniones, fiestas o en charlas con amigos. Sin embargo es importante conocer cómo actúa el organismo una vez que el alcohol es ingerido y procesado.

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Cuando el alcohol llega al estómago, avanza hasta el intestino delgado, donde pasa a la circulación sanguínea. El estómago es el primer órgano que procesa el alcohol: cerca del 20% se absorbe a través del revestimiento del estómago y el 80% es absorbido a través del intestino delgado. Una vez que el alcohol llega a la circulación sanguínea, se envía al hígado, donde debe ser asimilado.

El hígado es el encargado de convertir el alcohol en una sustancia que sea inofensiva para el cuerpo. Hay que señalar que hay una pequeña cantidad de alcohol que no llegue al hígado, ya que se excreta 5% de lo ingerido mediante la orina y 1% por la respiración.

Existen determinadas enzimas hepáticas que son las que realizan el trabajo de conversión del alcohol. La alcohol-deshidrogenasa (ADH) es la principal pero no la única. El alcohol se transforma en acetaldehído, y solo después en ácido acético, que es el metabolito o sustancia no activa y no tóxica.

El problema radica en la lentitud del hígado para transformar el alcohol, este órgano solo logra metabolizar el equivalente a una copa de vino o 300 ml de cerveza por hora. Por lo tanto, si tomamos el equivalente a 5 copas de vino, el cuerpo va a demorar, aproximadamente, cinco horas para eliminar todo ese volumen. Eso significa que después de un consumo exagerado de alcohol, buena parte del mismo se queda en el torrente sanguíneo.

El alcohol actúa en todo el organismo, pero sus efectos más visibles se dan en el cerebro, principalmente durante una intoxicación aguda. En pequeñas cantidades, el alcohol tiene acción estimulante en las neuronas, causando euforia y mayor interacción social. Conforme el nivel de alcohol se eleva, la capacidad de discernimiento se altera y pueden generarse otros problemas.

Por María Gabriela Roa | @gabyroab | Culturizando

Con información de: mdsaude.com   |   hcvadvocate.org   |   educaciencia.blogia.com

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