Por Michael Nissnick | En 1895, el mismo año de la invención oficial del cine por los hermanos Lumiére, Lear Kirchner y un religioso apellidado Basile rodaron en un salón de París la primera película sobre Jesucristo de la que se tiene noticia, iniciando así la construcción de una catedral cinematográfica que ya abarca más de ciento sesenta títulos. Junto con Drácula, Napoleón y Sherlock Holmes, Cristo es el personaje (real o ficticio) más representado en la historia del Séptimo Arte.
Jesús de Nazaret ha tenido muchas aproximaciones en la pantalla, desde versiones devotas calcadas al milímetro de los textos bíblicos hasta revisiones iconoclastas del personaje, por lo general no exentas de polémica y escándalo. Y junto a cintas de las que apenas vale la pena recordar el nombre (las más, hay que admitirlo), no faltan un buen puñado de títulos icónicos y disfrutables, entre ellos más de una obra maestra. La llegada de la Semana Santa ofrece una buena excusa para pasar revista a catorce de los títulos más destacados de dicha filmografía.
“LA VIDA Y PASIÓN DE JESUCRISTO” (1907)
Dirigido por Ferdinand Zecca para la productora francesa Pathé, este film de 45 minutos resume las características formales de las primeras películas sobre Cristo: sucesión de escenas fijas compuestas como cuadros vivientes, escaso o nulo movimiento de cámara, poses teatrales y efectos visuales rudimentarios. Incluso fue coloreada a mano fotograma a fotograma, labor que tomó un año entero. La cinta supuso un gran éxito de público y se utilizó en África y Asia como instrumento de evangelización.
“INTOLERANCIA” (1916)
D W Griffith (1875-1948) es considerado “el padre del cine moderno” pues a él se debe en buena medida la consolidación del lenguaje cinematográfico actual. Tras las fuertes acusaciones de racismo que recibió su película “El Nacimiento de una nación” (1915), Griffith emprendió un ambicioso proyecto que reflejara los desastres del fanatismo y el odio humanos a través de cuatro episodios históricos: la caída de Babilonia en el siglo VI Antes de Cristo, la crucifixión de Jesús (interpretado por Howard Gaye), la matanza de protestantes franceses en el siglo XVI y la ejecución de un inocente en el siglo XX. El resultado fue “Intolerancia”, una cinta de tres horas de duración, miles de extras, impresionantes decorados y un montaje radical para la época. Aunque fracasó en taquilla, hoy se la considera una de las cumbres de la historia del cine.
“REY DE REYES” (1927)
La última gran película sobre Cristo del cine mudo estuvo a cargo de Cecil B DeMille, maestro indiscutible del género épico. Protagonizada por un H B Warner algo maduro (52 años) para el papel, la cinta se centra en los últimos días de la vida de Jesús. Entre sus mejores escenas destaca la primera aparición de Cristo en la pantalla, la cual ocurre a través de los ojos de una niña ciega sanada por el Nazareno. Algunas secuencias se rodaron en el entonces novedoso sistema Technicolor. “Rey de Reyes” fue el film escogido para inaugurar el Teatro Chino de Grauman, ubicado en Los Ángeles y famoso por las más de doscientas huellas de manos y pies de artistas famosos ubicadas en su exterior.
“GOLGOTA” (1935)
Franco Zeffirelli reconoció en una ocasión la influencia que esta película francesa tuvo en su famoso “Jesús de Nazaret”. Dirigida por Julien Duvivier, fue el primer film sonoro sobre Cristo y sus exteriores se filmaron en Argel. Tiene la particularidad de no centrarse tanto en el propio Jesús (Robert Le Vigan), como en las reacciones de quienes lo acompañan. Escenas como la entrada en Jerusalén o la flagelación son significativas al respecto. El actor Jean Gabin, leyenda del cine galo de la primera mitad del siglo XX, interpretó a Poncio Pilato.
“REY DE REYES” (1961)
Desde finales del cine mudo y durante más de tres décadas, movido por una suerte de respeto reverencial, Hollywood se negó a mostrar el rostro de Jesucristo en la pantalla. “Rey de Reyes”, filmada en España y remake del título homónimo de 1927, finalizó esa tendencia al ponerle a Jesús el rostro de Jeffrey Hunter. Dirigida por Nicholas Ray, la cinta no era ajena al turbulento clima político y social de los tempranos años 60, pues contrastaba la propuesta pacifista de Cristo frente a la opción revolucionaria de Barrabás, caudillo rebelde contra la ocupación romana de Judea. Uno de los guionistas (no acreditado) fue el autor de ciencia ficción Ray Bradbury, quien escribió la narración que recita la voz en off de Orson Welles. Asimismo, destaca la majestuosa partitura a cargo del compositor húngaro Miklos Rosza.
“EL EVANGELIO SEGÚN MATEO” (1964)
En 2014, “L´Osservatore Romano”, diario oficial del Vaticano, calificó a “El evangelio según Mateo” como la mejor película sobre Cristo jamás hecha. Dicha afirmación no deja de tener cierta ironía, ya que la cinta tuvo como director al italiano Pier Paolo Pasolini, ateo, marxista y homosexual. El guion se basa íntegramente en el evangelio homónimo, sin adiciones o supresiones. Se rodó en varias regiones pobres de sur de Italia siguiendo los planteamientos del cine neorrealista (presupuesto modesto, cámara en mano, actores no profesionales, fotografía en blanco y negro), junto a una estética inspirada en el arte medioevo-renacentista y una banda sonora que abarca desde música clásica occidental hasta cantos espirituales afroamericanos. Para interpretar al Nazareno, Pasolini escogió al estudiante y sindicalista español Enrique Irazoqui, pues consideró que su rostro “expresaba fuerza y decisión. Un rostro como el de los cristos de los pintores medievales, un rostro que correspondía a los lugares áridos y pedregosos en que tuvo lugar la predicación”. La Virgen María anciana fue encarnada por la propia madre del director, Susanna.
“LA HISTORIA MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA” (1965)
George Stevens tardó tres años en filmar la que tenía aspiraciones de ser la película definitiva sobre Jesucristo, aunque el tiempo quizás no le haya dado la razón. Para el papel protagonista, Stevens se decantó por un intérprete desconocido en EEUU: el fallecido actor sueco Max Von Sydow, quien a partir de entonces tendría una exitosa carrera en Hollywood (fue el padre Merrin en “El Exorcista” y recientemente participó en “La Guerra de las galaxias: El despertar de la fuerza”). La cinta cuenta con varios cameos de estrellas famosas, entre ellas John Wayne, quien interpreta a un centurión romano y pronuncia una única frase en la escena de la crucifixión. Perfeccionista obsesivo, el director tardó tres semanas en filmar la secuencia del bautismo en el río Colorado, lo que llevó a Charlton Heston (Juan el Bautista) a exclamar: “George, si el Jordán hubiera estado tan frío como el Colorado, el cristianismo nunca hubiera salido adelante”.
“JESUCRISTO SUPERSTAR” (1973)
Basada en el exitoso musical homónimo de Tim Rice y Andrew Lloyd Weber, esta película repleta de canciones míticas tiene la particularidad de contar la historia del Nazareno (Ted Neeley) desde la perspectiva de Judas (Carl Anderson), quien constantemente critica a su maestro por desviarse de los propósitos iniciales de su misión: “cuando todo esto empezó, te llamábamos hombre y no dios”, dice en uno de los más de veinte temas musicales del film, cuya idea principal gira en torno a la fama y sus por lo general trágicas consecuencias. La humanización de Cristo llega a su clímax en la escena final, cuando todos se van y dejan a Jesús solo colgado en la cruz.
“EL MESÍAS” (1975)
Pier María Rossi encarnó a Cristo en el último film del gran director italiano Roberto Rossellini, quien suprimió los milagros y demás hechos sobrenaturales (incluyendo la resurrección) en aras de centrarse en el mensaje de Jesús como predicador y maestro sabio. Tampoco hay grandes multitudes ni espectacularidad escénica, siguiendo la estela de Pasolini.
“JESÚS DE NAZARET” (1978)
El autor británico Anthony Burgess (mejor conocido por su polémica novela “La naranja mecánica”, llevada al cine por Stanley Kubrick) escribió en apenas cuatro semanas el guion de la que quizás sea la producción sobre Jesucristo más conocida por el gran público, gracias a su constante reposición en las pantallas durante la Semana Santa. El sueco Ingmar Bergman fue considerado inicialmente para hacerse cargo de la dirección, labor que terminó en manos de Franco Zeffirelli. Para el rol de Jesús se barajaron los nombres de Dustin Hoffman y Al Pacino antes de decantarse por el británico Robert Powell, quien quedó tan condicionado por este papel que por mucho tiempo no pudo llevar pelo largo y barba simultáneamente, pues la gente en la calle lo seguía como si fuera Cristo. Asimismo, buena parte del poder magnético de su ya célebre mirada reside en el hecho de que Powell casi no parpadea en la película, salvo en las escenas de la crucifixión, por exigencia del propio Zeffirelli.
“LA VIDA DE BRIAN” (1979)
Considerada una de las películas más divertidas de todos los tiempos, este film protagonizado por el grupo de humoristas británicos Monty Python estuvo a punto de no realizarse cuando los productores originales retiraron la financiación por considerar “blasfemo” el guion. Afortunadamente, el ex Beatle George Harrison acudió al rescate y la cinta pudo hacerse. “La vida de Brian” se centra en Brian Cohen, un hombre corriente y dominado por su autoritaria madre que nace al mismo tiempo que Jesús y a lo largo de su vida es confundido con el Mesías y termina incluso muriendo como tal. La película es una sátira contra los fundamentalismos religiosos y políticos y está cargada de momentos hilarantes, como la lapidación del blasfemo, la confusión derivada de “Romani ite domun”, el amigo de Pilato llamado “Biggus Dickus” o la escena final, en la que Brian y varios compañeros mueren crucificados mientras cantan “Always look on the bright side of life”.
“LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE CRISTO” (1988)
“Todo hombre es un hombre-dios, carne y espíritu. Por ello el misterio de Cristo no es el misterio de un culto particular, sino que alcanza a todos los hombres. En cada hombre estalla la lucha entre Dios y el hombre”, escribió el novelista griego Nikos Kazantzakis en su libro “La última tentación de Cristo”, publicado en 1953 y que le valió la excomunión por la iglesia ortodoxa griega y su inclusión en el desaparecido Índice de Libros Prohibidos del Vaticano. Tan provocadora idea (Jesús atormentado por el dilema entre ser el Mesías o un hombre normal junto a María Magdalena) fascinó al sacerdote frustrado convertido en director de cine Martin Scorsese, cuya adaptación a la pantalla estuvo cargada de polémica. El Vaticano calificó a la película de blasfema, se registraron incidentes violentos en algunas salas de cine francesas y la cinta se prohibió en varios países, entre ellos Chile, donde dicho veto llegó incluso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que condenó al Estado chileno por la censura. Willem Dafoe interpretó a Cristo. Harvey Keitel encarnó a Judas y el fallecido cantante David Bowie tuvo un breve papel como Poncio Pilato.
“LA PASIÓN DE CRISTO” (2004)
El propio Mel Gibson contó en cierta ocasión que mientras rezaba en su estudio en busca de inspiración para su próxima película, un libro cayó de su biblioteca: eran las visiones de la beata Ana Catalina Emmerick, una monja y mística alemana del siglo XIX. Gibson, católico tradicionalista, quedó prendado de las gráficas descripciones del suplicio de Jesús relatadas por Emmerick, y tomó buena nota de ellas a la hora de llevar al cine su versión de las últimas doce horas de la vida de Cristo (interpretado por Jim Caviezel). La película generó todo tipo de reacciones, desde los que defendieron su autenticidad a la hora de retratar el sufrimiento y muerte de Jesús hasta los que criticaron su exceso de violencia o su supuesto antisemitismo. El mismo Gibson tuvo un breve cameo en la película: suya es la mano que clava al Nazareno en la cruz, pues, según sus palabras: “fui yo el que lo puso en la cruz. Fueron mis pecados los que lo pusieron allí”. La cinta se rodó en hebreo, latín y arameo, los idiomas hablados en la Palestina del siglo I.
“LOS ÚLTIMOS DÍAS EN EL DESIERTO” (2015)
El director colombiano Rodrigo García Barcha, hijo mayor del escritor y Premio Nobel Gabriel García Márquez, hizo que el actor británico Ewan McGregor desempolvara el traje de Obi wan Kenobi para protagonizar esta mirada intimista sobre un Jesús de Nazaret que llega al final de sus cuarenta días de penitencia el desierto con más dudas que certezas, y acosado por un demonio que tiene su misma apariencia. El encuentro con un hijo y su autoritario padre agudizará su crisis personal. En entrevista con el medio español “El Periódico”, García explicó que su película habla “menos de la fe cristiana que de las relaciones entre padres e hijos (…). Los hijos quieren crecer y ser independientes, y sus padres casi siempre quieren lo mismo. Pero al final uno nunca puede dejar de ser hijo de su padre o padre de su hijo”.
Imagen portada: Shutterstock
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