En 1995 en una isla japonesa los buceadores quedaban fascinados y sorprendidos, al ver que en el fondo de las aguas, hermosas figuras circulares se hallaban en la arena, como dibujadas por algún talentoso y simétrico artista. Cuando el misterio sobre su creador se develó, los buceadores y científicos quedarían sorprendidos… ¡Conoce al pez artista!
En 1995, en las profundidades del mar, cerca de la isla japonesa Amami-Oshima, los buzos encontraban extraños, pero hermosos patrones circulares en la arena, tan simétricos como si hubiesen sido hechos por la mano de un artista humano.
Los buzos no hallaron explicación a este fenómeno, que llamaron “los círculos misteriosos”, pues no habían visto nunca antes otra estructura humana o natural que se le pareciera, en cualquier otro lugar del mundo. No fue hasta después de más de 15 años, cuando una investigación aclaró el misterio: en efecto, fue hecho por un artista, solo que no precisamente humano…
Un pequeño tipo de pez globo, de la familia Torquigener era el responsable. Esta criatura marina solo se encontraba en esa zona particular del mar, cerca de la isla japonesa, y no se ha reportado en ninguna otra parte del mundo. Estos peculiares animales cavan por horas en el lecho marino, siguiendo una estructura circular, pero… ¿por qué se esfuerza tanto con su arte?
El pez artista y el arte marino del amor
Si conoces sobre los pavos reales macho y por qué muestra sus coloridas plumas, ya te imaginarás la razón: el pez globo macho busca impresionar a su potencial pareja.
La estructura circular, creada con pequeños valles y colinas cavados en la tierra, generalmente no supera los 2 metros de diámetro. Al crear los círculos siempre nadan en dirección radial (desde el centro de la figura hacia afuera, en línea recta, y viceversa), lo que les permite mantener la asombrosa simetría. Cuando terminan el esqueleto de su arte, la decoran con conchas de molusco y trozos de coral, todo para embellecer su obra.
Una vez ha terminado, el peculiar ritual comienza. La hembra se acerca a la obra, el macho se mueve hacia ella y la hembra se va para luego decidir: si no le gustan lo dibujos, el pez macho no la volverá a ver, pero si la hembra está satisfecha con el arte, regresará y pondrá sus huevos en el lugar, convirtiendo la estructura en su nido; sin embargo, el romance llega hasta aquí, pues la hembra abandona al macho y a los huevos, dejándole a él la responsabilidad de cuidarlos durante seis días…
Durante esos seis días, el inclemente mar arruina el arte, borrándolo de la arena y el macho no trata de arreglarlo. Una vez las crías han nacido, abandona lo que también fue el nicho de amor… Su misión ahora será construir otro nido, en otro lugar, para continuar el ciclo de la vida de esta raza de pez globo.
En la antigüedad los hombres contrataban trovadores y más recientemente llevaban músicos para dar serenatas a las mujeres, pero muy profundo en el océano, independientemente de cómo sea el desenlace, el pequeño pez artista conquista -él mismo- a su pareja haciéndole estos peculiares dibujos…
Con información de Nature / El País
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