Aunque los signos del maltrato físico son evidentes, este no es el único tipo de violencia que puede afectar a la mujer; está además el maltrato verbal. ¿Sabías que la ciencia ha dado con una forma de identificar ambos tipos de maltrato? Lee acá cómo las hormonas pueden revelar si una mujer sufre de abuso de pareja.
Un análisis de sangre es suficiente para comprobar si una mujer está sufriendo violencia (física o verbal) por parte de su pareja. Este fue el principal descubrimiento de un estudio realizado por investigadoras de la Universidad de Sevilla.
El trabajo revela que cuando una mujer es sometida a una situación de estrés extremo, en su organismo los niveles hormonales varían de manera drástica. Las hormonas en las que se presenta este cambio son el cortisol, la prolactina y la oxitocina.
Método de análisis y resultados
Durante la investigación fueron examinadas mujeres de edad similar, distribuidas en dos grupos. Uno estaba conformado por voluntarias provenientes de las distintas fases de recuperación tras el maltrato, el otro por mujeres con relaciones de pareja sanas.
El análisis detectó un incremento del 16% en los niveles de oxitocina en las mujeres violentadas. La investigadora María R. Pásaro supone que, como la oxitocina está entre las hormonas que refuerzan los lazos de la pareja, este aumento podría explicar por qué las víctimas se resisten a dejar a su agresor.
Estos análisis pueden emplearse para corroborar situaciones en las que se sospeche que exista maltrato. Las conclusiones del estudio también podrían servir para ayudar en la recuperación de mujeres que hayan sido maltratadas por sus parejas.
¿Y qué pasa con el cortisol?
El cortisol, la hormona del estrés, cumple un papel importante en el día a día de las personas. Al amanecer, en condiciones normales, los niveles de cortisol en el cuerpo aumentan, algo que nos mantiene activos durante la jornada. Ya cerca de la noche la curva del cortisol desciende, para permitir el reposo.
Pero un estudio realizado en la Universidad de Oregon (E.E. U. U.) demostró que las mujeres que sufren de violencia física por parte de sus parejas pueden desarrollar un desbalance en sus niveles de cortisol. En el caso de estas víctimas, la hormona del estrés cumple un ciclo algo distinto del convencional.
En las mujeres agraviadas, la curva del cortisol decrece de manera más lenta a lo largo de la jornada, y tiene un pico de aumento cerca del mediodía. Esta falla podría deberse a un mal funcionamiento del hipotálamo.
Los investigadores advierten que el mantenimiento de un nivel irregular de cortisol en el cuerpo, por períodos prolongados de tiempo, puede producir depresión, trastornos de sueño, hipertensión, fallas en el sistema inmunológico, entre otros padecimientos.
Con información de: Lamenteesmaravillosa / Muyinteresante / Oregonlive / Imagen de portada: Shutterstock
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