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¿Cómo funciona la anestesia?

¿Cómo funciona la anestesia?

Si te han operado alguna vez, tal vez recuerdes cómo iniciaste un conteo hacia atrás. Diez, nueve, ocho… Hasta que despiertas en una habitación totalmente diferente, ya que la cirugía fue todo un éxito. La anestesia es un punto clave en la medicina, ya que significa realizar procedimientos médicos que pueden salvar vidas y sin ningún tipo de molestia para el paciente. ¿Cómo se descubrió la anestesia? ¿Acaso ya hay un concepto claro de cómo funciona, o todavía sigue siendo un misterio? ¡Quédate hasta el final para conocer todos los detalles!

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¿Qué es la anestesia?

La anestesia es un tratamiento médico que evita que los pacientes sientan dolor durante ciertos procedimientos. Estos procedimientos pueden ir desde una cirugía hasta tratamientos dentales. Para que una anestesia se logre, se emplea un anestésico, el cual puede ser administrado por medio de inyecciones, inhalaciones, etc.

La doctora Edna Ma, anestesióloga, aclara que la anestesia se basa en tres componentes principales que se pueden utilizar individualmente o juntos. Estos componentes son:

  • Amnesia: es temporal y puede incluir pérdida del conocimiento.
  • Relajación muscular.
  • Analgesia: reducción o eliminación del dolor.

Anestesia general

La anestesia general es la que hace que los pacientes se mantengan inconscientes y, por lo tanto, no puedan moverse. Es apta para que los cirujanos puedan realizar procedimientos quirúrgicos que toman mucho tiempo. De tal modo, la anestesia general es la que se maneja en cirugías como las de corazón abierto y en los trasplantes de órganos.

Una anestesia general puede administrarse ya sea por vía intravenosa o a través de un gas que se inhala.

Anestesia regional y local

A diferencia de la anestesia general, en la anestesia regional y local el paciente se mantiene consciente durante el procedimiento, pero sin percibir dolor.

Los anestésicos regionales se ocupan de zonas un poco más amplias, tales como una pierna o un brazo. Este tipo de anestesia se emplea, por ejemplo, en una cesárea o en las cirugías de mano.

Los anestésicos locales son un tanto más específicos con respecto a la zona. Como afecta una pequeña parte del cuerpo, su uso se orienta hacia la odontología y las cirugías de ojos.

Aunque el uso de la anestesia en cirugías mayores es algo más que claro, el hecho es que se puede administrar en procedimientos no invasivos que, según ciertos casos, podrían resultar incómodos. Un ejemplo concreto es el de obtener imágenes por resonancia magnética en un paciente con claustrofobia – Imagen: Pixabay.-

El descubrimiento de la anestesia

Todo comenzó a finales de diciembre de 1844, cuando Gardner Colton llegó a Hartford, una pequeña ciudad entre Boston y Nueva York. Colton optó por dar una conferencia en la que mostró los efectos de un gas bien particular: el óxido nitroso, popularmente conocido como el gas de la risa.

Los asistentes de la conferencia, al inhalar este gas, no paraban de reír y se movían con torpeza. Una persona se golpeó la pierna luego de inhalar el gas, y un dentista local también presente llamado Horace Wells le preguntó si se había hecho daño; la persona que se había golpeado la pierna afirmó no haber sentido nada.

Era como una especie de revelación para Horace Wells: podría significar la realización de extracciones sin dolor. En efecto, el 11 de diciembre de 1844 se produjo la primera intervención indolora registrada; se trató de la extracción de una muela – Imagen: Wikipedia.-

Horace Wells realizó con éxito diversas extracciones sin dolor en varios pacientes, y todo con ayuda del óxido nitroso. Con tal satisfacción, Wells le comunicó sus observaciones a un antiguo aprendiz llamado William Morton. Ambos obtuvieron la oportunidad de hacer una demostración en el anfiteatro del Hospital General de Massachusetts, pero la intervención se convirtió en un fracaso.

Wells regresó a Hartford frustrado, pero Morton siguió con los experimentos usando otro gas: el éter. Esto dio como resultado la exitosa presentación del 16 de octubre de 1846, en la que se mostró la extracción de un tumor del cuello de un paciente; se recordaría ese día como el de la invención de la anestesia.

Aunque para ambos personajes, Horace Wells y William Morton, no hubo un final agradable. 

El Congreso no le concedió a Morton ninguna recompensa por el descubrimiento, y por ello William optó por patentar un brebaje que nadie pagó.

Horace Wells recibió la peor parte, ya que sufrió una fuerte depresión luego de su fracaso en 1845. Su continuación con los experimentos anestésicos lo llevó a emplear cloroformo, sustancia de la que se volvió adicto. Finalmente, se suicidó en 1848.

La anestesia en el cuerpo humano

El asunto de la anestesia en el cuerpo humano es algo curioso porque, a pesar de haber pasado 170 años, todavía no existe una explicación completa sobre ello. En pocas palabras: aún se mantiene un misterio.

Actualmente, los científicos pueden estudiar cómo los medicamentos afectan moléculas específicas en las células. La mayoría de investigadores coincide en que los medicamentos se dirigen a las proteínas de las membranas alrededor de las células nerviosas.

La anestesia por inhalación se complementa con anestesia intravenosa, desarrollada en la década de 1870. Entre los agentes intravenosos comunes se encuentran opioides como el fentanilo (que reducen el dolor) y sedantes como el propofol (que inducen la inconsciencia).

El propofol es uno de los medicamentos más comunes que se utilizan para la anestesia general – Imagen: Pixabay.-

Un estudio de 2018 se enfocó en el propofol para averiguar los mecanismos que se encuentran en juego. La investigación detectó que este tipo de anestesia restringe el movimiento de un tipo de proteína de una forma que inhibe la comunicación entre neuronas. No obstante, los autores del estudio explican que aún queda mucho por aprender.

Otro asunto a tomar en cuenta es que se utilizan diversos tipos de medicamentos anestésicos entre sí, los cuales tienen estructuras moleculares bastante diferentes. Es posible que un solo medicamento no sea necesario para un procedimiento determinado. La doctora Ma comenta lo siguiente: «Un fármaco como el propofol puede inducir la pérdida del conocimiento, pero no tiene efectos analgésicos».

«Eso es lo que ha desconcertado a los investigadores durante mucho tiempo, porque los fármacos anestésicos (gases o vapores o fármacos intravenosos), con tipos de estructuras completamente diferentes, parecen crear este estado final que parece idéntico», explicó Paul Myles, investigador de anestesia perteneciente al Hospital Alfred y a la Universidad Monash (ambas sedes ubicadas en Australia).

El papel del anestesiólogo

Aunque pueden ser posibles las complicaciones con la anestesia, son raras. «La anestesia moderna es extremadamente segura», enfatiza la doctora Ma. «La tasa de mortalidad general es de aproximadamente 0.03, o 3 muertes por cada 10.000 cirugías o procedimientos que involucran anestesia».

De todos modos hay riesgos, como con cualquier procedimiento médico. Para reducirlos al mínimo, se recurre a la presencia del anestesiólogo para vigilar de cerca a los pacientes inconscientes y ajustar la cantidad de anestesia que reciben.

Los anestesiólogos usan dispositivos electrónicos muy avanzados que muestran constantemente la función cardíaca, los niveles de oxígeno en la sangre, el ritmo respiratorio y la presión arterial. Por consiguiente, estos dispositivos han mejorado la seguridad de la anestesia general.

Con información de: National Institute of General Medical Sciences | National Geographic | TED | St. George’s University | ScienceAlert

Imagen de portada: Shutterstock

 

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