Sidonie-Gabrielle Colette, universalmente conocida por su nombre artístico de Colette, fue una novelista, periodista, guionista, libretista y artista de revistas y cabarés nacida en Francia el 28 de enero de 1873.
A los 20 años se trasladó a París con su marido, el novelista Henry Gauthier-Villars, que se había hecho popular con el seudónimo de Willy. Su marido, en beneficio propio, la alentó a escribir la serie ‘Claudine’, que más tarde se hizo famosa; sin embargo, fue con ‘Diálogos de animales’ (1904) que comenzó verdaderamente la carrera de Colette como escritora.
Después de 13 años de desdicha doméstica, se separó de su marido en 1906 y llevó una vida bastante agitada que provocó escándalo. Bailó desnuda en el Moulin Rouge, mantuvo relaciones con la hija de un duque y también con Auguste Hériot, al mismo tiempo que escribía, daba conferencias y actuaba en teatro.
Finalmente, ganó fama literaria con ‘La vagabunda’ (1910). Adquirió celebridad internacional por su novela ‘Gigi’, de 1944, que fue llevada al cine por Vincente Minnelli en 1958.
Murió el 3 de agosto de 1954. Pese a su escandalosa vida, y habiéndosele negado un funeral católico por su condición de atea, la República Francesa le hizo unos funerales de estado, de forma que ha sido la única escritora francesa que ha gozado de tal honor. Está enterrada en el cementerio del Père Lachaise (París).
Frases de Colette
«Cuando se es amado, no se duda de nada. Cuando se ama se duda de todo».
«Los viajes solo son necesarios para las imaginaciones menguadas».
«Solo hacemos bien las cosas que queremos hacer».
«¡Qué maravillosa vida que he tenido! Ojalá me hubiera dado cuenta antes».
«No es algo malo que los niños, ocasionalmente y en forma cortés, pongan en su lugar a sus padres».
«El aburrimiento ayuda a tomar decisiones».
«La ausencia total de humor hace la vida imposible».
«Hay menos maneras de hacer el amor de lo que se dice, pero más de lo que se cree».
«Ninguna tentación puede ser medida jamás por el valor de su objeto».
«Adoro mi pasado. Adoro mi presente. No estoy avergonzada de lo que he tenido, y no estoy triste porque ya no lo tengo».
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