Biblioteca Culturizando | La humanidad siempre ha lidiado con la lucha entre el bien y el mal, para asumirla como dos polos opuestos. En ‘El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde’, una de las mayores obras de la literatura victoriana, se explora cómo estas fuerzas no son un blanco y negro, sino una escala de grises.
Ficha Técnica
Título original: Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde – El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde
Autor: Robert Louis Stevenson
Año de publicación: 1886
Género: Novela gótica – Policial – Ciencia ficción
Sinopsis de ‘El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde’
Gabriel John Utterson es un abogado y amigo del respetado médico Henry Jekyll. Un día, el jurista revisa el testamento de su camarada y se encuentra con que todas sus pertenencias pasarían a propiedad de un misántropo llamado Edward Hyde. Intrigado por ello, Utterson decide investigar cuál es la extraña relación entre el doctor Jekyll y el señor Hyde.
La dualidad humana
El bien y el mal, los polos opuestos que conforman la lucha más antigua de la historia. Un protagonista contra la fuerza antagónica. Un blanco y negro que, a simple vista, no dan lugar a la escala de grises; está el bien y el mal, no hay punto medio.
Pese a que la concepción humana estaba fundamentada en la existencia de esos dos polos, lo cierto es que no existe el bien y el mal, sino la dualidad de ambos que, según la perspectiva, pueden alejarse de la ambigüedad y caer en lo correcto o lo incorrecto.
La obra nos presenta la contraposición entre el doctor Jekyll, un hombre honrado y correcto, y el señor Hyde, un misántropo capaz de asesinar. ¿Cómo es posible que dos hombres tan distintos se relacionen? Porque son la misma persona.
Los seres humanos poseen una dualidad innata entre el bien y el mal, en donde todo es cuestión de la perspectiva y entender las motivaciones de los actos para catalogar las acciones como correctas o incorrectas; forma parte de la naturaleza del ser.
En la novela, se muestra a Edward Hyde como el monstruo, cuando en realidad, ese peso recae en Henry Jekyll. Al querer ir en contra de la naturaleza y dejar de lado esa malicia innata, el doctor creó a un ser lleno de odio y repulsión, capaz de asesinar por mero goce.
Al creerse Dios y pensar que podía manipular la vida y la esencia humana, Henry Jekyll se transformó -de manera literal- en el monstruo de la historia. Todo es consecuencia de sus actos y la negatividad a aceptar ese amor por lo prohibido, lo malo e incorrecto, que no necesariamente lo convierte en un ser oscuro, sino que forma parte de la escala de grises que conforman la humanidad.
¿Quién fue Robert Louis Stevenson?
En Edimburgo, Escocia, el 13 de noviembre de 1950, nació Robert Louis Stevenson. El joven estudió Ingeniería y Leyes con la intención de continuar con el legado familiar, pero a los 15 años empezó a redactar artículos para varias revistas a manera de colaboración. Durante esta etapa conoció a escritores como Henry James y William Ernest Henley, quienes lo inspiraron a adentrarse dentro del mundo literario.
Stevenson escribió un total de 13 novelas, siete libros de cuentos, seis relatos, seis recopilaciones de poesía y 21 libros de no ficción. Sus obras más destacadas fueron La flecha negra, La isla del tesoro y El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, las cuales han contado con una enorme cantidad de adaptaciones en teatro, cine y TV.
El escritor, desde muy joven y a causa del mal clima escocés, mantuvo a lo largo de su vida una variedad de problemas de salud, sobre todo respiratorios. Enfermedades como la tuberculosis estuvieron presentes desde la infancia y lo obligaron a viajar de manera constante en busca de una mejor calidad de vida. Debido a sus complicaciones de salud, murió el 3 de diciembre de 1894 en Samoa.
Fragmentos destacados
- “Me vi obligado a reflexionar profunda e inveteradamente sobre esa dura ley de la vida, que radica en el fondo de todas las religiones, y es una de las más abundantes fuentes de congoja. Y aunque aquella duplicidad fuese tan profunda, yo no era un hipócrita de ninguna manera; mis dos facetas eran completamente sinceras; no era en mayor medida yo mismo cuando dejaba a un lado cualquier restricción y me sumía en el deshonor, que cuando me esforzaba, a la luz del día, para profundizar en el conocimiento o el alivio de las penas y los sufrimientos”.
- “Cada día que pasaba, y en ambos lados de mi mente, el moral y el intelectual, me fui acercando más a aquella verdad por cuyo conocimiento parcial fui condenado a tan aterrador naufragio: que el hombre no es uno realmente, sino dos”.
- “Aprendí a reconocer la completa y primitiva dualidad del hombre. Me di cuenta de que, de las dos naturalezas que luchaban en el campo de batalla de mi conciencia, aun cuando podía decirse con razón que yo era cualquiera de las dos, ello se debía únicamente a que era radicalmente ambas”.
Con información de EcuRed / El estante literario / Resumiendolo
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