Nacer prematuramente podría asociarse con cambios importantes en cómo el corazón se forma y funciona durante la adultez, apuntaron los autores del estudio.
Los investigadores dieron seguimiento a 102 bebés prematuros desde su nacimiento hasta la veintena, y los compararon con 132 personas que nacieron a término completo. Hallaron que la cámara inferior derecha del corazón en los adultos jóvenes que habían nacido prematuramente era más pequeña y más pesada, tenía unas paredes más gruesas y una capacidad reducida de bombeo.
Cuanto más prematuro había sido el nacimiento, mayor era el efecto sobre el tamaño y la función del ventrículo derecho, según el estudio, que aparece en la edición del 12 de agosto de la revista Circulation.
«Hasta el 10 por ciento de los adultos jóvenes de hoy en día nacieron prematuramente, y algunos presentan un perfil de riesgo cardiovascular alterado y más alto en la adultez», comentó en un comunicado de prensa de la revista el líder del estudio, Paul Leeson, cardiólogo del Centro de Investigación Cardiovascular Clínica de la Universidad de Oxford, en Inglaterra.
«Deseábamos comprender por qué ocurre esto, para poder identificar al pequeño grupo de pacientes nacidos prematuramente que podrían necesitar asesoría del proveedor de atención de salud sobre este riesgo cardiovascular», señaló. «Los cambios que hallamos en el ventrículo derecho son bastante distintivos e interesantes».
El estudio halló una asociación entre nacer prematuramente y diferencias en el tamaño y la función del corazón en la adultez, pero no estableció causalidad.
«Intentamos investigar más profundamente sobre qué es distinto en los corazones de los nacidos de forma prematura», apuntó en el comunicado de prensa el primer autor del estudio, Adam Lewandowski. «Las explicaciones científicas potenciales del motivo de que sus corazones sean distintos son fascinantes, y nuestro estudio se suma a la creciente comprensión de cómo el nacimiento prematuro conforma la futura salud cardiaca».
Una experta dijo que el estudio ilumina el tema.
El hallazgo «nos dio información importante sobre la estructura y la función de los corazones de esos pacientes, pero lo que está por verse es el impacto de estos hallazgos sobre la salud general y el riesgo cardiovascular», planteó la Dra. Denise Hayes, cardióloga pediátrica del Centro Médico Pediátrico Steven & Alexandra Cohen en New Hyde Park, Nueva York.
«Más investigación en este campo nos permitirá optimizar la atención de nuestros pacientes en el periodo neonatal y hasta la adultez avanzada», añadió Hayes.
Una investigación anterior del grupo de Leeson observó diferencias similares aunque ligeramente más pequeñas en una cámara distinta del corazón, el ventrículo izquierdo, en las personas nacidas prematuramente.
Aunque los cambios en el ventrículo derecho podrían aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca y muerte cardiovascular, los investigadores aseguraron a las personas nacidas prematuramente que no hubo evidencia de esos problemas en los jóvenes del estudio.
Otro experto apuntó a la manera en que los investigadores usaron el modelo computarizado para extraer información valiosa sobre cómo el corazón de alguien que nazca prematuramente podría estructurarse de forma distinta.
El estudio «es un magnífico ejemplo sobre cómo los modelos computarizados pueden ayudar a identificar y analizar el riesgo de un individuo», explicó Don Morris, vicepresidente de desarrollo científico de productos y tecnología de Archimedes Inc., una subsidiaria de Kaiser Permanente. «Los modelos matemáticos que usaron los datos de estudios de gran tamaño establecieron una conexión entre la estructura del ventrículo derecho y el riesgo de enfermedad cardiaca, lo que a su vez llevó a este estudio de la relación entre el nacimiento prematuro y la estructura del corazón».
«Esta información se puede usar hoy en día para ayudar a identificar mejor a las personas en riesgo, de forma que se les pueda tratar de manera proactiva, por ejemplo, mediante una monitorización y un control cuidadosos de la presión arterial y del colesterol», aseguró Morris. «En última instancia, una mejor comprensión de las causas de estos cambios en el corazón podría conducir a mejoras en el tratamiento neonatal».
Fuente: HealthDay, traducido por Hispanicare
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