Cada sitio turístico del mundo ofrece a las personas que lo visitan experiencias únicas, unas más atractivas que otras pero en fin todas únicas. Ámsterdam, capital oficial de los Países Bajos, es caracterizada por ser un gran centro histórico de Europa, pero se caracteriza por poseer un espacio turístico de gran interés llamado el Barrio Rojo de Ámsterdam.
El Barrio Rojo está situado en la parte antigua de Ámsterdam, es un barrio central de la ciudad famoso por su historia, su arquitectura, etc., pero sobre todo famoso por la atracción de los turistas hacia lo prohibido. En este barrio la prostitución y la diversidad son completamente legales, es conocido también como “Red Light”.
La data del Barrio Rojo se remonta al siglo XVII, cuando las primeras mujeres se exhibían frente a las ventanas de sus hogares con pequeños focos rojos para atraer la atención de los clientes y de los marinos que desembarcaban de los puertos. Con el pasar de los años se volvió una práctica habitual en la zona.
Toda esta zona turística está llena de tiendas en donde se exponen las prostitutas a través de las vitrinas tal como maniquíes. Además es popular por sus sexshops, sus clásicos burdeles, todo tipo de tienda de condones y una gran multitud de coffee shops. No es necesario tener una edad mínima para asistir a la famosa calle de las muñecas (nombre por el que también es conocida la zona), ni pagar grandes cantidades de dinero para conocerla.
La prostitución es completamente legal en los Países Bajos, por lo que las prostitutas que allí laburan están obligadas a pagar impuestos al estado, tener su seguridad social, y tener al día cualquier proceso legal como cualquier otro trabajador holandés.
Es un espacio que llama la atención de cualquier turista, y un sitio de Ámsterdam que cualquier visitante de la ciudad debe conocer, es un espacio seguro y de grandes experiencias.
Para conocer más al respecto te compartimos algunos datos recopilados por el periodista Toby Sterling, en su reciente visita a «Red Light Secrets» Museum of Prostitution:
-La prostitución en Países Bajos se remonta al siglo XVI, cuando las autoridades se hacían de la vista gorda ante los marineros en busca de mujeres a su llegada al próspero puerto.
-Durante las guerras Napoleónicas, en lugar de condenar el oficio comenzaron a hacerse chequeos médicos a las trabajadoras sexuales para evitar la propagación de enfermedades venéreas entre los soldados.
-El trabajo sexual es legal en Holanda desde el año 2000. La edad mínima para ejercerlo recientemente cambió de 18 años a 21 años. Para verificar que se respete el reglamento, la zona es observada por policías, trabajadores sociales y grupos civiles.
-La legalización se implementó con la intención de combatir la trata de personas y los abusos a los derechos humanos. Sin embargo, el maltrato a chicas explotadas por proxenetas es aún una realidad que ocurre en burdeles underground.
– Ilonka Stakelborough, escort y dirigente de un grupo defensor de trabajadoras sexuales llamado “Geisha Institute” describió las habitaciones donde se llevan a cabo los servicios: “miden 3×2 metros y un aspecto estándar con luces negras. Las camas son bajas y fuertes, se ubican cerca de un lavamanos y un pequeño armario lleno de lubricante, condones, juguetes sexuales y productos de limpieza.”
– Stakelborough precisó que la clientela es amplia, hombres de todos tipos, estados civiles y edades que las visitan a toda hora, incluso en su camino al trabajo por las mañanas. Lo que sí es norma entre todas es que no usan perfume, para no dejar huella en el caso de que el cliente esté comprometido.
-En el corazón del barrio hay una guardería, justo al lado de los ventanales.
-Las mujeres rentan los aparadores en los que pueden llegar a trabajar durante 11 horas, seis días a la semana. Pasan mucho de su tiempo esperando clientes y el que les queda libre visitando estéticas, salones de uñas y tiendas de ropa.
-La paga no es magnífica. Una ventana cuesta alrededor de 200 dólares por medio día. Una sesión estándar de 15 minutos se cobra a 70 dólares. Lo que se llevan a casa antes de los impuestos son alrededor de 150 dólares después de tener seis clientes o 340 al cabo de ocho.
-Finalmente, el 75% de las mujeres provienen de países pobres como Rumania o Bulgaria que si bien están ahí “voluntariamente” porque saben a lo que van, es inevitable preguntarse si tenían otra opción.
El museo «Red Light Secrets» se ubica en un antiguo burdel dentro del Barrio Rojo, que permite a los visitantes conocer la historia, el estado de las prostitutas, ver los cuartos en los que trabajan pero también leer sus confesiones, como una que dice: “Me hace sentir muy sola que mi madre no sepa lo que hago”.
Por María Gabriela Roa / @Gabyroab / Culturizando
Con información de: actitudfem.com / disfrutaamsterdam.com / guioteca.com / wikipedia.com | Foto: Red Light District en Amsterdam / Shutterstock
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