En todas las películas, siempre hay una canción que resalta. Sea una orquesta o un tema pop, las bandas sonoras se encargan de hacer que la experiencia del cine se vuelva un cóctel multisensorial perfecto.
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Desde que los hermanos Lumière llevaron a un pianista a la primera presentación de una película en 1895, las bandas sonoras han estados presentes en la mayoría de cortos, medios y largometrajes. Incluso, antes de que añadieran las voces.
Con la digitalización, ya no es imprescindible tener a una orquesta dentro de un estudio para darle ese toque de emoción a las películas. Utilizando programas de producción musical, es más accesible obtener todos los sonidos necesarios para crear la atmósfera necesaria para el éxito.
El primer film score enteramente electrónico fue el de Forbidden Planet (1956), hecho por Bebe y Louis Barros, quienes consiguieron el trabajo luego de conversar con Dore Schary, un productor ejecutivo de MGM.
Ellos no solo escribieron las piezas de guía, sino también muchos de los efectos de sonido.
Trainspotting
El proceso de creación de una banda sonora se compone de varios pasos. No solo hay que escribir las partituras para el momento cumbre, o trabajar la canción que saldrá en los tráilers. Llega a un punto tan minucioso como la realización de efectos de sonido o voces no orgánicas.
Pero el momento más importante de esta tarea se llama spotting.
Durante el spotting, el director o productor, ambos inclusive, compositor y editor se unen en la postproducción para ubicar específicamente las composiciones con las escenas, y puede realizarse de dos formas:
- La primera es la forma convencional, donde el compositor entra en el proceso creativo durante la postproducción y se encarga de armonizar las escenas o de recolectar las canciones y sonidos que se utilizarán en la película.
- La otra forma consiste en que el video se edite para que exista armonía con la música. En casos como la trilogía de documentales experimentales Qatsi (Koyaanisqatsi [1982], Powaqqatsi [1988]y Naqoyqatsi [2002]) del director Godfrey Reggiom, las escenas fueron editadas para correr sobre la música compuesta por Phillip Glass.
En otros casos, la música se compone antes del proceso de producción, partiendo únicamente de la lectura de los guiones. El score de Inception, compuesto por Hans Zimmer, y el de Brokeback Mountain, compuesto por Gustavo Santaolalla, son claros ejemplos de esta técnica.
Luego de que todo es creado y ubicado, comienza el proceso de syncing, donde, a través de procesos técnica, se añade meticulosamente la pista de audio al video.
Pero no solo la tecnología es responsable de los avances creativos en cuanto a las bandas sonoras. Hace falta una gran mente con una visión vanguardista para lograr hacer un soundtrack perfecto.
La naranja mecánica
En el año 1971, uno de los hitos del cine distópico salió a la luz de manos de Stanley Kubrick. La adaptación cinematográfica de la obra de Anthony Burgess, La naranja mecánica, no solo cumple con su papel de tratar temas morales y psicológicos en el auge de una sociedad abrumada por la decadencia, sino también de representar el estado psicológico del protagonista.
Con sus 15 temas, nos muestra la montaña rusa emocional de Alex DeLarge, interpretado por Malcolm McDowell. Desde la tranquilidad de su cenit de control, sobre la sociedad, sobre los drugos y sobre terceros, va en una espiral cuesta abajo hasta el clímax psicológico mientras se le aplica la técnica de Ludovico. Al final, se convierte en un alma libre, saltando desnudo sobre las nubes mientras en el fondo se reproduce el cuarto movimiento de la novena sinfonía del viejo Ludwig van.
«March from A Clockwork Orange», que fue inspirada en el movimiento vocal de la novena sinfonía de Beethoven, fue la primera grabación que utiliza el vocoder para las voces. Y, la interpretación de las obras corrió a través de un sintetizador Moog.
La compositora, Wendy Carlos, graduada en física y música en la Universidad de Brown, no solo colaboró con Kubrick en esta ocasión, también fue compositora de la banda sonora original de El resplandor.
Blade Runner
Aunque el hito de la ciencia ficción, Blade Runner, fue estrenado en 1982, la banda sonora original fue accesible en formato individual en 1994. Pero, esto no significa que perdiese vigencia.
El compositor griego, Vangelis (Evángelos Odysséas Papathanassíou), fue el responsable de crear la atmósfera desolada y estremecedora para la película de Ridley Scott. Utilizó sintetizadores de Yamaha y Roland para recrear la estética cyberpunk. El objetivo final, fue ambientar las calles, edificios, situaciones y emociones de Los Ángeles en el lejano futuro de 2019.
Inolvidables parajes emocionales, como la irónica relación entre Rick Deckard, el implacable cazador de replicantes interpretado por Harrison Ford y Rachael, la suspicaz replicante interpretada por Sean Young, se ven reflejados en el tema «Love Theme». La existencial despedida del replicante Roy Batty, interpretado por Rutger Hauer, existe sobre su propia instrumental en la inolvidable «Tears in Rain».
El mismo año de estreno de la película, salió al mercado una versión orquestal de la banda sonora. Sin embargo, tanto Ridley Scott, como Vangelis se desligaron de esta propuesta, debido a que no representaba el futurismo que explotaba la película. Muchas discusiones entre el director, el compositor y la compañía productora retrasaron la salida al mercado de la versión original.
En 1994, se presentó la primera versión con la banda original interpretada con sintetizadores, y desde entonces la música de Blade Runner no ha dejado de dar nuevas vueltas en las vitrinas que esperan reflejar algún día a los autos voladores de la corporación Tyrell.
Con información de: BBC News, Independent, Wikipedia, NME, Nemo Studios / Foto: Shutterstock
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Autor:
José Félix Rivas
