La medicina es una rama de la ciencia que se encarga de prevenir, aliviar o curar una enfermedad, sin embargo, existen muchos casos de medicamentos que terminan siendo más contraproducentes que beneficiosos para nuestra salud. Por eso, hoy te queremos mostrar cómo a lo largo de la historia salieron a la luz estos 10 insólitos remedios que, en vez de curar, generaron más enfermedades.
La Parafina
Aunque hoy en día las cirugías estéticas son bastante comunes, y se utilizan silicona, bótox o colágeno para cambiar nuestra cara, lo cierto es que no siempre fue así. En el comienzo de la cirugía estética, a comienzos del siglo XX, se inyectaba parafina para alisar las arrugas. El resultado eran grumos duros y dolorosos, pechos deformados e infecciones graves.
LSD y Éxtasis
A principios del siglo XX, drogas como el éxtasis y el LSD eran utilizados para el tratamiento de muchas enfermedades mentales. Sin embargo, los estudios mostraron que las personas que consumían LSD podían tener ataques de pánico o ansiedad, por lo que personas con esquizofrenia o depresión empeoraban. Mientras tanto, el uso de LSD en personas sanas podía dar brotes psicóticos, en el mejor de los casos puntuales, pero que en ocasiones llegaron a convertirse en crónicos.
Agua Radiactiva
Por el año 1913 eran comunes las publicidades que te decían cómo preparar agua radiactiva en la comodidad de tu hogar. Una vez descubierta la radiación, los médicos le quisieron dar miles de usos diferentes: curar desde la artritis hasta el acné, con efectos secundarios importantes como el cáncer, la fatiga, la pérdida de masa ósea.
Los testículos de cabra
John Brinkley comenzó el siglo XX siendo uno de los médicos más ricos de Estados Unidos, ya que decía que podía curar diversos problemas sexuales como la impotencia o la infertilidad mediante la implantación quirúrgica de los testículos de una cabra en el escroto de un hombre. Entre infecciones y muertes, el que tenía mejor suerte, sólo quedaba impotente.
El arsénico
En la medicina tradicional china, el arsénico es conocido como Pi Shuang, se encuentra en la solución de Fowler, una cura para la malaria y la sífilis; y en la solución de Donovan para la diabetes y la artritis. Incluso se utilizaba como cosmético. Pero como siempre, el veneno no es bueno, aunque en dosis pequeñas causó muchas enfermedades.
Excremento
Utilizado en el Antiguo Egipto como anticonceptivo, el estiércol seco de cocodrilo se introducía en la vagina como método de barrera. En Inglaterra se utilizaba el de pollo para eliminar la calvicie, y en la India es un cura-todo, desde el dolor de garganta hasta el cáncer. Pero las bacterias en el excremento causan un montón de otras enfermedades.
Mercurio
Famoso por ser una cura para la vejez, la sífilis y casi cualquier cosa, se hizo famoso y estuvo circulando por la sangre de gente tan importante como Abraham Lincoln. El problema es que el mercurio se acumula en el torrente sanguíneo y puede causar parálisis, demencia, úlceras, daño neurológico y la muerte.
Tenias
En el 1900 comenzó a hacerse patente la fiebre por adelgazar, por lo que la publicidad de medicamentos para estar más delgado fueron comunes. Por eso, existían píldoras que contenían dentro una tenia, que provocaba vómitos, diarrea y se alimentaba de tus nutrientes. Cuando llegabas al peso deseado, tomabas una pastilla antiparasitaria. Más allá de la locura que es, además la tenia causaba dolores de cabeza, problemas oculares, la meningitis, la epilepsia y la demencia.
Curarse con una virgen
En el siglo XVI se creía que las enfermedades de transmisión sexual se podían curar teniendo relaciones con una virgen. No hace falta decir que esto no sólo no curó a las personas, sino que extendieron la enfermedad.
Polvo de momia
En la Europa Medieval y en Medio Oriente se molían los cadáveres y eran utilizados como medicamentos para diferentes dolencias. Sin embargo, el consumo de este remedio causaba dolor de cabeza, mal aliento y vómitos en el mejor de los casos.
Fuente: Ojo Científico
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