Cansada de la opresión que vivió con su familia y del rechazo de su marido, Rebecca Lolosoli decidió marcharse y fundar una aldea para mujeres, con el fin de salvar a chicas que necesitan huir de los matrimonios forzados, la mutilación genital o violencia sexual… ¡Conoce su historia y la de Umoja!
Rebecca (n. 1962) aparentaba ser solo otra muchacha del Distrito de Samburu, en Kenia, pero su sentido de filantropía y su amor por las mujeres despertó en ella un afán por mejorar su calidad de vida y la de las demás. Sin tener opciones a los 15 años tuvo su ablación de clítoris, a los 17 fue vendida y a los 18 la casaron con un comerciante. Su dote (sus bienes a ofrecer) fueron 17 vacas.
Una vez casada con Fabiano Lolosoli, se dedicó a la venta de bienes y a servir de apoyo en asociaciones para los derechos de las mujeres. A finales de los 80, fue asaltada en su casa y, para robarle dinero, le pegaron una paliza. Sufrió también abusos por parte de soldados ingleses, que se encontraban asentados en la base militar Archer Post. Su marido se encontraba fuera de casa y, a su llegada, ella le contó lo sucedido, pero él no quiso hacer nada para ayudarla.
Decepcionada, se marchó de casa y fundó entre 1990 y 1991 Umoja, una villa apartada de Samburu, con la ayuda de otras mujeres que también huían del matrimonio forzado, las violaciones, la violencia doméstica y la mutilación genital femenina.
Subsistencia
Rebecca Lolosoli quedó consolidada como la matriarca del grupo; una especie de presidenta o gobernadora. En la actualidad el grupo sigue recibiendo niñas, adolescentes y mujeres que huyen de la violencia; algunas de ellas embarazadas o perseguidas por sus culturas. Estudios y artículos hechos en el 2015 apuntan que, en ese año, el número de habitantes de la aldea rondaba cerca de 50 mujeres y 200 niños.
Las chicas embarazadas que llegan al espacio pueden dar a luz a sus hijos, vivir acompañadas de ellos y subsistir por sí solas, bien por voluntad propia o por huir de las presiones de sus aldeas.
La subsistencia económica de la villa se basa en la cosecha de alimentos como el azúcar y el maíz, asimismo, la fabricación de elementos de joyería y atavíos corporales. Con el reconocimiento de Umoja como espacio de mujeres, el turismo se ha vuelto parte esencial de la economía del pequeño pueblo. Cada año reciben a decenas de turistas que compran artesanías, adornos y prendas.
Los ingresos que reciben las mujeres son invertidos en educación para las niñas. Las integrantes de la aldea también se dedican a ir a espacios aledaños a concientizar a las jóvenes sobre la violencia de género, la ablación genital y la importancia de la independencia.
Reconocimiento internacional y acontecimientos importantes
Lolosoli presidió la Maendeleo Ya Wanawake Organization (MYWO), entre 1995 y 2000, una organización que lucha por la equidad en Kenya. La figura de la matriarca y el importante trabajo que hace la aldea en materia de derechos de la mujer ha llamado la atención de distintas personalidades famosas, como la diseñadora Diane von Fürstenberg, que hizo una colección de ropa inspirándose en el estilo de vida de las mujeres de Umoja.
En 2005, Lolosoli habló en una jornada de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York. Antes de participar en la importante reunión, recibió amenazas de muerte por parte de hombres africanos.
En 2009, Umoja estuvo amenazada por Fabiano, el marido de Rebecca, quien la buscaba armado con un pistola.
En 2010, Lolosoli recibió un Global Leadership Award, por su aporte en la lucha de los derechos de las mujeres. También consiguió, después de una larga batalla legal y un intento de agresión, divorciarse de Fabiano Lolosoli.
En 2011, Lolosoli conoció a la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, en una cumbre de Women in the World.
En 2012, el libro de Vital Voices, escrito por Alyse Nelson The Power of Women Leading Change Around the World fue publicado, una obra que incluye historias sobre la aldea Umoja.
Con información de Wikipedia / Glamour / The Guardian / Mujeres Nómadas / Imagen: Wikimedia
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