Si eres de los que les gustan las cosas frías, seguramente esto te ha pasado al menos una vez en la vida. Estás comiéndote tu helado favorito y luego de llevarte rápidamente una gran cantidad a la boca, automáticamente sientes cómo el frío te sube a la cabeza, te aturde y la única reacción es: ¡Ahhhhh se me congeló el cerebro!
INTERESANTE
A este fenómeno de le denomina como “cerebro congelado”, pero no es más que un dolor de cabeza temporal que puede durar cinco minutos según la doctora de Harvard, Robb Nicholson. También se le puede llamar “cefalea del helado o cefalea por estímulos fríos”.
Su nombre científico es esfenopalatino ganglioneuralgia, y no había sido estudiado sino hasta el 2012.
Para ello el investigador en cardiología, Jorge Serrador realizó un experimento con 13 personas a las que hizo ingerir agua muy fría. A su vez, monitoreó mediante un doppler transcraneal las reacciones de los participantes.
Este estudio dio como resultado que al momento de sentir el frío, se dilata una arteria cerebral y el flujo sanguíneo aumenta en fuerza y rapidez, lo que activa el nervio trigémino y este envía señales de dolor a la cabeza.
Es decir que mientras más rápido comas o bebas algo frío, más probabilidades tienes de que tu cerebro se congele. Es el cambio repentino lo que hace que se accionen estos canales.
Nicholson afirma que esta situación ocurre justo cuando la sustancia fría toca el paladar o la parte trasera de la garganta.
Según estas investigaciones un tercio de la población, luego de ingerir rápido algo a esa temperatura, presenta esta condición, además resaltan que es más común en personas que sufren de dolores de cabeza y migrañas frecuentes.
Tres consejos para descongelar o evitar que se congele tu cerebro:
• Tratar que lo que se ingiera no toque solo el paladar, sino que pueda esparcirse por toda la boca.
• Colocar rápidamente la lengua o un pulgar en el paladar por unos segundos.
• Tomar una bebida a temperatura ambiente.
Con información de: vix / lavanguardia / wikihow | Foto: Niña comiendo helado / Shutterstock
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Autor:
Pialet Narváez
