Dirigida por el todopoderoso Steven Spielberg, basada en la obra homónima de Michael Crichton llegó en 1993; reviviendo casi de forma literal a los dinosaurios; gracias a un despliegue de efectos especiales digitales mezclados con técnicas animatrónicas que desafiaron los ojos de millones de espectadores en el mundo.
Hoy en día, el uso del CGI es muy común en el cine, pero fue en esta película que se demostró el potencial infinito de los gráficos generados por computadora; los protagonistas eran unos animales prehistóricos con un nivel de realismo, que 24 años después aún sorprenden y superan muchas obras hechas en la actualidad.
Puedes ver a continuación un clip con una de sus famosas escenas.
Su sonido contó con Gary Rydstrom de Lucasfilm; quien se enfrentó al reto de crear el universo sonoro de hace 145 millones de años, labor que consistió en buscar material en la naturaleza que diera con el carácter e intensidad de las distintas especies de dinosaurios que aparecen en la película, en especial el Tiranosaurio Rex y el Velociraptor.
Los sonidos de una cría de elefante, un cocodrilo, un alligátor y una ballena fueron grabados, procesados y manipulados digitalmente para crear el sonido del temible Tiranosaurio; varias tomas se utilizaron para ciertos estados de ánimo de este dinosaurio, que luego en el proceso de mezcla y edición terminaron por darle vida.
La criatura que se roba el show es el Velociraptor, más pequeño que el famoso Tiranosaurio, pero con habilidades de caza más sofisticadas; siendo el ataque en grupo su principal fortaleza. Sus particulares sonidos provienen de una morsa, un ganso, una grulla y el delfín; timbres que también fueron manipulados para lograr abarcar el espectro de gruñidos, chasquidos, graznidos o chillidos que escuchamos en toda la película; menos en una escena memorable.
En casi el tramo final, en la escena donde los velociraptores entran en la cocina y “ladran”, se utilizaron las grabaciones de tortugas apareándose en Marine World. Cuenta Rydstrom, que el proceso no fue fácil, pues se debió esperar mucho tiempo para captar el momento exacto.
Si alguna vez has visto a las tortugas buscando disfrutar de un momento de intimidad, sabrás que no se les hace nada fácil, por lo que para ellas resulta en un proceso agotador, todo un acto en el que la tenacidad triunfa luego de muchos intentos fallidos. La sesión de grabación tardó horas, según Rydstrom, por lo que tuvo que esperar justo al momento en que el macho logra su cometido, la tortuga produjo un “ladrido”; y ese fue el sonido que se inmortalizó en la cinta.
Puedes ver aquí un clip de la memorable escena en que los velociraptores se comunican en la cocina. Un sonido que podría percibirse como amenazante, pero que en realidad es el esfuerzo de una tortuga por llegar a puerto mientras se aparea…
Jurassic Park nos regaló varias de las mejores secuencias del cine, una de las bandas sonoras más reconocibles desde la batuta de John Williams, y un encantador conglomerado actoral que llevó a la acción una línea argumental convincente: el logro de la clonación genética a partir de material fósil conservado en ámbar, donde se hallaban preservados mosquitos prehistóricos con la sangre de dinosaurios del período jurásico.
La resurrección de los saurios dibuja la ilusión para el entretenimiento dentro de un parque, pero al final las cosas salen muy mal, trayendo a colación cuestionamientos filosóficos y la teoría del caos en medio de una carrera frenética por la supervivencia.
En definitiva, una obra cinematográfica que logró reunirlo todo en su justa medida.
Con información de Playbuzz / thesoundguys |
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