Ian Kevin Curtis fue un cantautor británico nacido en Mánchester, Reino Unido, el 15 de julio de 1956. Fue el cantante y compositor del grupo Joy Division, del cual fue cofundador en 1977 en la ciudad de Mánchester.
Por su legado musical, enfermedad (padecía de epilepsia y un leve grado de agorafobia), voz grave, forma convulsiva de bailar, letras depresivas y suicidas, y su trágico final, está considerado como uno de los principales «Poetas Malditos» de la Historia del Rock.
Desde joven mostró talento como poeta. A pesar de que consiguió ir a The King’s School, Curtis nunca tuvo éxito académico. A medida que se hizo mayor, sus ambiciones y esperanzas se fueron centrando en la literatura, y finalmente culminaron en la música. El 23 de agosto de 1975 se casó con Deborah Woodruffe y cuatro años más tarde tuvieron a su única hija, Natalie.
Curtis conoció a Bernard Sumner y Peter Hook cuando asistían a un concierto de los Sex Pistols. Fue allí donde le comentaron el hecho de que estaban intentando formar una banda, ante lo cual él quiso inmediatamente unirse al proyecto, liderándolo como vocalista y letrista. Entre los tres buscaron un baterista y, tras un largo proceso de selección, Stephen Morris se unió a la agrupación. Por aquel entonces el grupo tenía el nombre de Warsaw.
Mientras actuaba con Joy Division, Curtis desarrolló un estilo de baile muy personal que evocaba los ataques epilépticos que sufría, a veces incluso en el escenario. La similitud era tanta que el público llegaba a dudar si lo que estaba presenciando era parte de la actuación o un verdadero ataque. A veces se desmayaba y tenían que ayudarlo a bajar del escenario, ya que su salud iba empeorando debido al gran número de conciertos que el grupo daba.
Ian era un hombre bastante reflexivo y lo demostraba en sus letras, en canciones como She’s Lost Control (que habla acerca de una chica que fue a pedir empleo al lugar en donde él trabajaba y que sufrió un ataque epiléptico. Días más tarde él se comunicó con la familia de la joven y supo de la muerte de la misma, cosa que le afectó mucho).
Es notable el tono depresivo y seco de las letras de sus composiciones, presente en canciones como Disorder, The day of the lords, Love will tear us apart y más. Estos temas llevaron a los fans, e incluso a su esposa Deborah, a creer que estaba cantando sobre su propia vida. Curtis una vez comentó en una entrevista que escribía sobre «las diferentes formas que la gente tiene para superar ciertos problemas y cómo hacen para adaptarse a ellos».
Su voz de barítono bajo le hacía parecer mucho más entrado en años de los que realmente tenía (23 en el momento de su muerte) e impregnaba de oscuridad las canciones de Joy Division.
Sus influencias principales fueron los escritores William Burroughs y J.G. Ballard (hay dos títulos de canciones que hacen referencia a estos autores, «Interzone» y «Atrocity Exhibition»), y los cantantes ,Iggy Pop y David Bowie.
El último concierto en el que Curtis participó tuvo lugar en el mismo mes en que murió, e incluyó, por única ocasión, la puesta en escena del tema «Ceremony», que más tarde sería versionada por New Order, así como también por Galaxie 500 en su álbum «On Fire». La última canción que Curtis cantó en público fue «Digital».
Los efectos negativos de la epilepsia sobre su salud junto a sus problemas personales (entre ellos el repentino divorcio) fueron algunas de las causas que contribuyeron a llevarlo a quitarse la vida el 18 de mayo de 1980, a la edad de 23 años.
La noche en que murió, pocos días antes que el grupo fuera a iniciar su primera gira en los Estados Unidos, estuvo viendo una de sus películas preferidas, Stroszek, de Werner Herzog, en la que se muestra la vida de un atormentado artista que al final se suicida. Más tarde, finalmente, decidió colgarse en la cocina mientras escuchaba el disco The Idiot de Iggy Pop.
Hoy en día continúan generándose especulaciones sobre cuál fue la verdadera razón para suicidarse, y si contribuyeron a su fatal desenlace las actividades que llevó a cabo aquel día.
Curtis fue incinerado y sus cenizas enterradas en Macclesfield, con la inscripción «Love will tear us apart» en su lápida. Este epitafio, escogido por Deborah Curtis, es el título de la canción más conocida de Joy Division. «Closer», el segundo álbum de Joy Division se lanzó de forma póstuma en 1980, 2 meses después de la muerte del cantante.
El legado musical de Curtis es un tesoro inigualable para la música. Tanto su imagen como su estilo de actuar sobre el escenario han sido imitados por algunos artistas posteriores a él. Bandas como The Cure, U2, The Smiths, Bauhaus, Interpol, White Lies, Editors y SUMO son unas de las muchas influenciadas por el trabajo de Curtis.
Es en este legado y en su influencia, donde Curtis permanecerá vivo como el poeta maldito del rock, el que nunca morirá.
Por Daniela Ormazábal | Culturizando
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