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Rebel Ridge (reseña de película)

Rebel Ridge (reseña de película)

Rebel Ridge, dirigida por Jeremy Saulnier, es un thriller con claras reminiscencias de la violencia rural estadounidense y del deterioro moral que genera la corrupción sistémica. La trama sigue a Terry Richardson (Aaron Pierre), un exmarine que se dirige a Shelby Springs, Louisiana, con la misión de rescatar a su primo Michael (CJ LeBlanc), encarcelado por un delito menor relacionado con drogas. Terry sospecha que algo no anda bien al descubrir la elevada fianza impuesta a Michael, quien previamente había colaborado con la justicia, lo que lo convierte en un objetivo de represalias si vuelve a prisión.

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El viaje de Terry se complica desde el primer momento al ser interceptado por dos policías corruptos (interpretados por Emory Cohen y David Denman), quienes lo despojan del dinero de la fianza y de los fondos de su nuevo negocio. A partir de aquí, comienza una carrera contra el tiempo para recuperar el dinero y salvar a su primo antes de que sea transferido, enfrentándose a un sheriff local (Don Johnson) igualmente corrupto y dispuesto a hacerle la vida imposible. La única persona que parece dispuesta a ayudar es una abogada local (AnnaSophia Robb), pero incluso ella está atrapada en las tensiones de una ciudad donde la justicia es solo una ilusión.

Este relato, que puede parecer una reelaboración de viejas fórmulas donde un héroe solitario enfrenta a un sistema corrupto, se transforma en Rebel Ridge en un retrato cargado de tensión, donde las batallas no solo se libran en el campo físico, sino también en el terreno de la ética. Pierre, quien ya había mostrado su talento en Brother y The Underground Railroad, ofrece aquí una actuación que equilibra la desesperación con la determinación, llevando a su personaje al límite en su búsqueda de justicia.

Rebel Ridge se desarrolla en una América fracturada, donde las personas se han convertido en propiedad a merced de un sistema que no solo es corrupto, sino despiadadamente eficiente. Como lo expresa uno de los personajes, en este mundo, la propiedad no tiene derechos reales, y la brutalidad policial moderna se esconde tras el manto de una fuerza «menos letal». Sin embargo, la película destaca que esas «técnicas de desescalada» solo han empujado a la violencia a la clandestinidad, donde ha crecido aún más descontrolada y peligrosa.

La película de Saulnier es un thriller visceral, cargado de acción y crítica social, que toca temas como el racismo sistémico y la corrupción institucional. En el centro de esta historia está la evolución de la brutalidad policial, no como una serie de excesos individuales, sino como un sistema de opresión estructurado, legalizado y, en muchos casos, defendido por aquellos mismos que deberían ser su contrapeso.

La dirección de Saulnier, quien también escribe y monta la película, se mueve con maestría entre la tensión dramática y la explosión de violencia, logrando un equilibrio que pocos directores consiguen. La paciencia y el control que muestra en la construcción de la narrativa dan como resultado una película que mantiene al espectador al borde de su asiento sin caer en el exceso de las típicas producciones de acción. Rebel Ridge encuentra su clímax en una serie de enfrentamientos tensos, pero el verdadero poder del filme reside en los momentos previos: las amenazas veladas, las negociaciones subterráneas y el juego de poder que antecede a la tormenta final.

Aaron Pierre sobresale en su interpretación de Terry, un hombre atrapado entre la desesperación y la rectitud, determinado a hacer justicia en un lugar donde ésta parece inexistente. El trabajo de Pierre no solo es físico, sino emocional, llevando al espectador a través de las complejidades internas de un personaje que se enfrenta tanto a los villanos externos como a sus propios demonios.

El elenco de apoyo, con actores como Don Johnson y AnnaSophia Robb, añade profundidad a la historia, aunque es el pequeño pero crucial papel de James Cromwell como juez el que ofrece un contraste fascinante con su fluidez moral y su papel dentro de un sistema que perpetúa la desigualdad.

Al igual que en sus trabajos anteriores (Blue Ruin y Hold the Dark), Saulnier sigue explorando la escalada del conflicto y la violencia, tanto en lo personal como en lo sistémico. Aquí, la policía y el ejército no son héroes incuestionables, sino instituciones capaces de resolver problemas solo con fuerza bruta. Rebel Ridge culmina en un caos controlado, un tiroteo final que es tanto emocional como físico, un ajuste de cuentas que satisface pero deja una sensación amarga sobre las verdades que revela.

Rebel Ridge no solo es un thriller que funciona a la perfección en su género, sino que ofrece una reflexión profunda sobre la corrupción, el poder y la moralidad en una América que cada vez se siente más dislocada. Saulnier ha logrado una película que es tanto entretenida como relevante, una combinación que en el cine moderno es cada vez más rara y valiosa.

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