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¿Qué es más efectivo para reducir el consumo de agua, la concienciación o un incremento de las tarifas?

¿Qué es más efectivo para reducir el consumo de agua, la concienciación o un incremento de las tarifas?

Es fundamental reducir el consumo de agua en las ciudades en un contexto de creciente escasez. Para lograrlo pueden aplicarse incentivos económicos o medidas no económicas basadas en factores ambientales, sociales o legales.

Abrir el grifo de agua en nuestros hogares y obtener agua potable ilimitada es un acto cotidiano para la mayoría de las personas en países desarrollados. Así, cada ciudadano europeo consume en promedio 128 litros de agua al día.

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Sin embargo, esta acción habitual no lo es tanto en muchos lugares producto de la menor disponibilidad de agua asociada a múltiples factores como el cambio climático, el crecimiento poblacional o la urbanización. Si nos referimos al conjunto del planeta, se estima que en 2050 más de 2 000 millones de personas en el mundo enfrentarán problemas asociados a la escasez de agua.

En este contexto, el consumo responsable de agua en los hogares es cada día más necesario.

¿Cómo reducir el consumo de agua en los hogares?

A nivel general, las medidas para reducir el consumo de agua en los hogares se clasifican en dos tipos:

  1. Medidas o políticas económicas que se basan en la premisa de que los incentivos económicos motivan a las personas a reducir su consumo de agua. Entre estas medidas se incluye el incremento en las tarifas de agua o el cambio de la tarifa a una estructura de bloques crecientes en la que, a mayor consumo de agua, se incrementa el precio por metro cúbico del agua de forma progresiva.

  2. Medidas no económicas por las que las personas reducen su consumo de agua motivadas fundamentalmente por factores ambientales, sociales o legales. Incluyen una amplia variedad de medidas como la concienciación ambiental, la implementación de dispositivos de ahorro de agua y el uso de incentivos no económicos o nudges.

Cómo cuantificar la efectividad de las medidas

Teniendo en cuenta que hay muchas opciones para para reducir el consumo de agua en los hogares, parece conveniente evaluar la efectividad de cada medida antes de su implantación.

Si a eso le añadimos que la inteligencia artificial, el big data y la internet de las cosas (IoT) forman parte de la gestión inteligente del agua, podemos utilizar una herramienta de la inteligencia artificial para intentar determinar qué tipo de medida es más eficaz para reducir el consumo de agua en los hogares.

Los modelos basados en agentes (ABM, por sus siglas en inglés), como herramienta basada en la inteligencia artificial, permiten simular el comportamiento de las personas (agentes) en distintos ambientes teniendo en cuenta sus valores.

Comparación de la efectividad de las tarifas vs. nudges

A través de uno de estos modelos, hemos comparado la efectividad, en términos de reducción del consumo de agua, de implementar cuatro tipos de tarifas en bloques crecientes y de un incentivo no económico que consistía en informar a cada usuario del consumo promedio de agua de sus vecinos en comparación al suyo.

Los resultados de nuestro estudio han sido publicados en un artículo en la revista Sustainable Cities and Society. Las simulaciones realizadas evidenciaron que el uso de un nudge –informar del consumo medio diario de agua per cápita para diferentes tipos de vivienda en la factura del agua que recibe cada hogar– es más efectivo que la implantación de una tarifa en bloques crecientes.

Entre otras razones, observamos una relación positiva entre hogares con elevado consumo de agua y altos ingresos donde las medidas de tipo económico no logran el objetivo de reducir el consumo de agua. Por el contrario, la concienciación ambiental desempeña un rol esencial en la reducción del agua en los hogares.

Gestión integrada de la oferta y demanda

Si bien los resultados de este estudio evidenciaron que la implantación de un incentivo no económico basado en la concienciación ambiental puede ser más efectiva que los cambios tarifarios, las reducciones en el consumo de agua estimadas son moderadas (máximo de 15,6 % respecto al actual consumo de agua).

Considerando, además, que el sector urbano consume aproximadamente el 20 % del total del agua, todo apunta a que, en áreas con graves problemas de escasez hídrica, la adopción de medidas para reducir el consumo de agua en los hogares puede no ser suficiente.

Por tanto, es necesario realizar una gestión integrada de recursos hídricos donde se combinen medidas para reducir la demanda de agua con medidas de oferta. Para incrementar la disponibilidad de agua –para agricultura, industria y hogares– podríamos o bien reutilizar agua residual tratada, o bien desalinizar agua de mar.

María Molinos Senante, Investigadora postdoctoral Instituto de Procesos Sostenibles, Universidad de Valladolid

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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