Salvar al planeta se ha convertido en la misión principal de muchas personas, algunos reciclan, otros hacen campañas, otros crean conciencia y otros le hacen el amor al planeta. De esto se trata este nuevo movimiento ecológico que a lo largo de los años se ha convertido en una nueva orientación sexual.
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La ecosexualidad fue un corriente creada en el 2008, por Elizabeth Stephens y Annie Sprinkle del grupo Pony Express. Este comenzó siendo un movimiento artístico que trataba de venerar al planeta Tierra como fuente principal de fertilidad, sin embargo, a lo largo de los años se ha convertido en una orientación sexual en donde los participantes afirman que su misión es hacerle el amor al planeta a través de sus sentidos.
En el año 2010 sus creadoras sacaron un manifiesto de la ecosexualidad en donde explicaban de forma clara cuáles eran sus misiones con el ecosistema. En el mismo expresan lo siguiente: “Hacemos el amor con la Tierra. Somos acuófilos, terrófilos, pirófilos y aerófilos. Abrazamos sin pudor los árboles, masajeamos la tierra con nuestros pies, hablamos eróticamente con las plantas».
Los ecosexuales afirman que «con el fin de crear una relación más mutualista y sostenible con la Tierra, colaboran con la naturaleza», además subrayan que la ecosexualidad es una identidad y un compromiso con la tierra, a la que pretenden «amar, honrar y cuidar hasta la muerte». Detendremos la violación, el abuso y el envenenamiento de la Tierra», aseguran todos los que siguen este movimiento.
Otro de los pilares de esta práctica ecológica y al mismo tiempo sexual, es el nudismo, este les permite entrar en mayor contacto con la naturaleza, revuelcan su cuerpo en la tierra, se visten con hojas de árboles y besan las plantas que puedan.
Actualmente esta práctica se ha vuelto muy popular gracias a la Ecosexual Bathhouse, una instalación artística situada en el jardín botánico Victoria de Melbourne (Australia), dentro de este espacio se puede interactuar sexualmente con los objetos, gemir con ellos, frotarse con margaritas o césped y después limpiarse en una sauna «sin sentirse culpable».
Este movimiento año tras año se ha vuelto más popular y pudiera convertirse en la nueva manera de salvar al mundo.
Por María Gabriela Roa | @gabyroab | Culturizando
Con información de: Actualidad.rt.com | Infobae.com
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Autor:
María Gabriela Roa
