En el fondo de la obra de la escritora francesa está el deseo de dar voz a los silenciados, especialmente a las mujeres.
Annie Ernaux, autora de la memoria personal y colectiva, cuya obra mezcla finamente la literatura autobiográfica y las observaciones sociológicas, ha sido galardonada con el Premio Nobel de Literatura el 6 de octubre de 2022.
Ernaux publicó su primera novela, Les armoires vides (Los armarios vacíos), en 1974. En ella, la autora relata de forma ficticia su aborto ilegal en 1964, en un momento en el que, siendo aún estudiante, se aleja poco a poco de su entorno original: una familia obrera de Normandía, con padres primero obreros y luego comerciantes. A pesar de haber transcurrido 25 años desde la publicación de El segundo sexo de Simone de Beauvoir, la sociedad francesa seguía plena de juicios morales e hipocresía sobre los derechos reproductivos de las mujeres. Con Los armarios vacíos, Ernaux mostró a las muchas mujeres de clase trabajadora que tenían que recurrir a los abortos clandestinos, arriesgando sus vidas.
Con un estilo muy sobrio (que ella misma califica de “escritura plana”), Annie Ernaux da la imagen de una escritora intransigente y honesta. En los años ochenta y noventa, se dio a conocer con obras autobiográficas como La place (La plaza), en la que relata la vida de su padre. Actualmente sus textos se enseñan ampliamente en escuelas y universidades francesas.
Mujer y sociedad
Por su ambicioso contenido y su original forma narrativa, Les années (Los años) fue recibida con elogios casi unánimes en el momento de su publicación. El libro se sitúa en la confluencia de la autobiografía, la sociología y la memoria colectiva, utilizando los pronombres “ella” o “nosotros” en lugar de “yo” para subrayar los profundos cambios socioculturales de los que fue testigo la escritora desde su infancia en los años 40 hasta el final del siglo XX.
Para marcar el inevitable paso del tiempo, Los años utiliza dichos, canciones, anuncios, objetos icónicos, acontecimientos históricos y anécdotas personales. El libro cuenta la historia del lugar cambiante de las mujeres en la sociedad francesa y su lucha por la libertad y la independencia sexual.
Los medios de comunicación franceses reaccionaron con menos entusiasmo a la publicación de L’événement (El acontecimiento), en 2000, que aborda el aborto y sus consecuencias antes de su legalización en 1975. Algunos críticos se sintieron claramente incómodos con el tema y el estilo crudo de su escritura.
Con este libro, Annie Ernaux quiso levantar el silencio sobre lo que significan en la práctica las leyes del aborto, que hasta el momento sólo se expresaban tácitamente:
“Aunque muchas novelas mencionaban un aborto, no daban detalles de cómo ocurría exactamente. Había una elipsis entre el momento en que la chica descubría que estaba embarazada y el momento en que ya no lo estaba”.
El acontecimiento rompe ese silencio: con precisión pero sin patetismo, Ernaux detalla el ambiente conservador de la Francia de los años 60, los juicios morales, y su propia desesperación, su soledad mientras buscaba una solución en una época en la que la propia palabra aborto “no tenía cabida en el lenguaje”. Describe las horribles condiciones en las que estuvo a punto de morir: tras encontrar finalmente a una persona que le practicara un aborto clandestino, a Ernaux le insertaron una sonda y le dijeron que le provocarían el aborto en pocos días. Esto ocurrió en su residencia de estudiantes y fue trasladada al hospital con una hemorragia.
El acontecimiento no es sólo la historia de esta experiencia personal, física y psicológicamente traumática. También trata del significado de dicho acontecimiento. Annie Ernaux explora las reacciones de los hombres que la rodean, en el contexto de su época y condición social.
Los estudiantes de su entorno se muestran fascinados por su “estado” de embarazo, y algunos incluso intentan aprovechar que “el daño ya está hecho” para intentar acostarse con ella. En el hospital, Ernaux es humillada por un joven médico que le dice “no soy fontanero”, antes de ceder cuando se da cuenta de que es una estudiante.
Hoy en día, El acontecimiento se considera un libro de referencia sobre el tema del aborto. El texto se cita o menciona a menudo en los debates sobre las leyes del aborto o los derechos de la mujer.
La escritura y el mal gusto
Annie Ernaux admitió en el libro :
“Es posible que ese relato provoque irritación, o repulsión, o que se le acuse de mal gusto. Haber experimentado algo, sea lo que sea, le da a una el derecho inalienable de escribir sobre ello. No hay una verdad menor. Y si no relato esa experiencia, estoy contribuyendo a oscurecer la realidad de las mujeres y a ponerme del lado de la dominación masculina del mundo”.
De hecho, la autora ha escrito sobre muchos temas que rara vez se tocan en la literatura tradicional, como el sexo, la enfermedad, el envejecimiento del cuerpo, la demencia y el alcoholismo, siempre de forma muy directa. Esto está muy lejos de la tradición proustiana: a Ernaux sólo le interesan los recuerdos como prueba de que los acontecimientos han ocurrido.
Para Annie Ernaux, el acto de escribir le permite hacer visible y sensible la experiencia vivida, especialmente la de las mujeres, y sobre todo, no dar nunca por sentados sus derechos.
En el fondo del trabajo de Annie Ernaux está el deseo de dar voz a los silenciados. En una reciente entrevista, habla de su apoyo al movimiento #MeToo, pero también de su afinidad con los movimientos de los chalecos amarillos, que considera una manifestación de profundas injusticias sociales y un desprecio de las élites por la clase trabajadora y los desempleados.
Cuando Simone Veil falleció en 2017, aparecieron por las calles de París muchas inscripciones de “Gracias Simone”, saludando el papel que desempeñó en la aprobación de las leyes del aborto en Francia. Del mismo modo, muchas lectoras, y lectores, escriben a Annie Ernaux para darle las gracias, reconociendo la importancia de sus escritos feministas en sus vidas. Su lugar en el club de los grandes escritores franceses reconocidos internacionalmente no es inmerecido.
Elise Hugueny-Léger, Senior Lecturer, School of Modern Languages, University of St Andrews
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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