Se puede decir que la información más antigua sobre una alergia viene desde el 3000 a.C., en la que el faraón Menes murió debido a una picadura de avispa junto a una creciente complicación. Pasarían siglos para que el término alergia llegara al mundo, planteado por Clemens von Pirquet en 1906, en Austria.
En la actualidad, las alergias tienen más reconocimiento. ¿Cómo actúan?, ¿por qué ocurren?, ¿te gustaría conocer una de las alergias más extrañas?
El sistema inmune como una balanza
La tercera ley de la termodinámica de Newton dice lo siguiente: “A cada acción, corresponde una reacción opuesta, en igual intensidad pero en sentido opuesto”.
Aunque este enunciado tiene que ver con el área de la física, el sistema inmune también tiene una relación con ello, ya que cumple su función al pie de la letra: lograr una respuesta necesaria en contra de un estímulo. Ese estímulo puede variar en su presentación, desde virus hasta bacterias.
No obstante, este sistema inmune puede llevar encima un desequilibrio, desencadenando dos tipos de enfermedades: inmunodeficiencia o hipersensibilidad; son los dos polos opuestos de una balanza. La inmunodeficiencia tiene que ver cuando la respuesta del sistema inmune no es proporcional sino escasa, mientras que la hipersensibilidad consiste en que la respuesta resulte más bien exagerada.
Existen cuatro tipos de hipersensibilidad, siendo las reacciones alérgicas parte de uno de ellos; no todas las hipersensibilidades tienen que ver con alergias.
Cuando el cuerpo entra en contacto por primera vez con el alérgeno, se producen anticuerpos IgE; este proceso se llama sensibilización. Posteriormente, cuando la persona se expone de nuevo al alérgeno, los síntomas se harán visibles debido a la liberación de sustancias en el organismo como la histamina.
Lo que es con sus síntomas
De tal modo, las alergias son reacciones a sustancias que resultan inofensivas para un grupo mayor de personas; las sustancias son conocidas como alérgenos. Entre los alérgenos más conocidos están los siguientes: el polen, algunas mascotas, comidas, etc.
El conjunto de síntomas se agrupa de la siguiente manera: picor, erupción, ojos llorosos, problemas respiratorios, etc. Los síntomas pueden aparecer de inmediato, en unas horas o incluso en días.
El síntoma depende de la zona que entró en contacto directo con el alérgeno. Por ejemplo, si se trata de un alimento, el efecto será con picazón e hinchazón a nivel de la boca y de la lengua. Asimismo, hay casos en los que algunas alergias ocasionan una reacción anafiláctica, es decir, aquella que requiere emergencia médica y que pone en peligro a la vida.
Motivos de herencia y de ambiente
La tendencia a las alergias suele ser de familia, por lo que aquí entra el término de “atopia”, que es la predisposición a tener alergias con el tiempo con base en la herencia. Factores ambientales también participan para que una persona desarrolle una alergia, como en el caso de los asmáticos y su exposición a entornos contaminantes en el aire.
Así como muchas otras cosas en la medicina, los factores genéticos y ambientales se combinan para dar como resultado a ciertas situaciones de alergia.
¿Cuál es la diferencia entre una alergia y una intolerancia?
Son dos términos que parecen ser similares, pero tienen sus diferencias.
En primer lugar, las alergias tienen que ver con un tema inmunológico, en el que se toma como amenaza a una sustancia en especial. No obstante, la intolerancia no se relaciona con una reacción inmunológica, sino con un problema digestivo en el que el alimento no puede ser digerido y, por ende, ocasiona síntomas característicos como vómitos, dolores abdominales, diarrea, etc.
Una de las alergias más raras: la alergia al semen
Las alergias más comunes del mundo se relacionan ya sea con el polen o con las comidas. Sin embargo, también como muchas otras cosas en la medicina, hay casos excepcionales que llaman mucho la atención. Tal es el caso de la alergia al semen, que es más frecuente en edades entre 23 y 35 años.
De acuerdo a las investigaciones reportadas, esta alergia al semen se debe a la proteína PSA, la cual es segregada por la próstata y se ubica en el semen. De tal modo, la mujer tendrá esa alergia en cualquier momento que entre en contacto con el líquido seminal; no se presenta al momento de usar el preservativo.
Como dato curioso, la proteína PSA tiene similitud con una proteína que se encuentra en los perros y que provoca la alergia hacia ellos. Por consiguiente, no es para nada raro notar una relación entre una alergia a los perros y al semen con base en esa proteína; lo más impresionante es que esa proteína canina solo se encuentra en los machos.
Una interrogante sobre este tema es si se puede, en algún momento, concebir en medio de esta alergia. La respuesta es sí, con ayuda de la reproducción asistida.
Con información de: PubMed | Medigraphic | MAPFRE | ScienceDirect | SciELO | Revista Galenus
Imagen de portada: Shutterstock
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