Mary Toft fue una mujer pobre en la Inglaterra de principios de siglo XVIII, que según, tenía la capacidad de »parir conejos» y engañó a los médicos haciendo creer que este suceso era real. Su historia se expandió por toda Inglaterra y llegó a llenar todas las portadas de las publicaciones de aquella época.
Mary Toft fue una mujer inglesa de clase humilde que vivía en Godalming, Surrey.
Para el año 1726, Toft se encontraba embarazada y según sus biografías tuvo un aborto espontaneo luego de que esta, mientras se encontraba en el campo viera un conejo y sostuviera una gran fijación hacia estos animales.
Desde entonces y por más de tres meses, según sus médicos, sintió un deseo constante de comer conejos, pero como era muy pobre, no puedo satisfacer y cumplir este deseo.
«La pobre mujer ha dado a luz tres nuevos conejos, el último duró 23 horas dentro del útero antes de morir. Si usted tiene alguna persona curiosa que quiera venir a verlo con sus propios ojos, parece que tiene otro en su útero, así que puede venir.»
John Howard, cirujano de Guilford, Inglaterra, a Nathaniel St Andre, médico de la corte del rey Jorge I.
Después de esa traumática experiencia vivida por Mary Toft luego de su aborto, y con el apoyo de su marido y del doctor Howard, comenzó a decir que estaba dando a luz conejos.
A pesar de que salían muertos de su vientre, parecían estar saltando dentro de ella, en su estómago, según observó Richard Manningham, quien la examinó y dijo con un convencimiento rotundo:
«Efectivamente había un movimiento en alguna parte del lado derecho de su estómago«.
Sospechas acertadas…
El doctor St Andre vio «nacer» el décimo quinto conejo y volvió el caso público. Pero otro de los doctores reales, Cyriacus Ahlers, no estaba muy convencido ya que notaba a Toft un poco insegura y con poca credibilidad.
Haciendo de las suyas, Ahlers siguió con sus sospechas hasta lograr investigar las partes de los conejos, en estos exámenes encontró algunos detalles bastante sospechosos: los conejos tenían bolitas en sus estómagos que indicaban que habían comido heno y algunas de sus partes parecían haber sido cortadas con cuchillo, cosas totalmente imposibles dentro del vientre de Mary.
«Técnicamente, Mary Toft sí dio a luz conejos. Durante meses partes disecadas fueron introducidas a su cuerpo, ella las mantuvo y horas más tarde su cuerpo las expulsó. Este fue un proceso incómodo y muy real», señala Karen Harvey, quien es profesora de la Universidad de Sheffield y autora de un libro sobre Mary Toft.
Una farsa descubierta
La paciente fue llevada a Londres donde esperó el nacimiento de su décimo octavo conejo, sin embargo uno de los guardias de la casa donde se estaba quedando la supuesta madre reportó que ella le había pedido que le trajera «el conejo más pequeño que encontrara».
Richard Manningham, quien fue uno de los médicos que la examinó estaba furioso, instó a la mujer a que confesara toda la verdad y le dijo que por lo contrario le haría un examen sumamente doloroso para demostrar que era una impostora.
Fue entonces cuando la mujer confesó, diciendo «No seguiré más con esto. Prefiero colgarme«.
En una serie de confesiones llenas de contradicciones y frases cortadas, la mujer dio su versión de los hechos, explicando que tuvo que presenciar un parto horroroso, declaró que había abortado a una cosa monstruosa y que justamente en ese momento vio conejos, generando esa extraña fijación.
Mary Toft, viuda y la impostora del conejo
Además de esto, en algunas declaraciones negaba todo, en otras involucraba a su suegra, y en otras a la esposa de un leñador de la zona en donde abortó.
Como técnicamente fingir un embarazo de conejos no era delito, Toft fue puesta en libertad sin cargo alguno, murió 40 años después de esta gran polémica y en su certificado de defunción en la iglesia quedó registrada como: «Mary Toft, viuda y la impostora del conejo«.
Con información de PlayBuzz
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