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María Corina Machado: La primera venezolana en recibir el Premio Nobel de la Paz que hace historia desde las sombras

María Corina Machado: La primera venezolana en recibir el Premio Nobel de la Paz que hace historia desde las sombras

La líder opositora venezolana recibió el Premio Nobel de la Paz 2025 tras años de lucha y hoy en medio de la clandestinidad. Conoce cómo su historia remueve emociones y resuena en toda América Latina y el mundo.

El momento más emotivo del viernes por la mañana no se vivió en Oslo, sino en algún lugar secreto de Venezuela. «¡Estoy en shock! ¿Qué es esta vaina? ¡No puedo creeer esto!», gritó María Corina Machado al teléfono con Edmundo González, cuando se enteró de que había ganado el Premio Nobel de la Paz 2025. La respuesta del expresidente electo no se hizo esperar: «Esto es un carajazo», usando esa expresión tan venezolana que describe perfectamente la magnitud del momento.​

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Y es que esta mujer de 58 años acaba de escribir una página histórica: se convierte en la primera persona de Venezuela en recibir el Premio Nobel de la Paz. Pero más allá del reconocimiento individual, este galardón representa algo mucho más profundo para toda América Latina.​

Una luchadora forjada en el fuego de la resistencia

María Corina Machado Parisca nació el 7 de octubre de 1967 en Caracas, en el seno de una familia adinerada. Su padre, Enrique Machado Zuloaga, era empresario del sector metalúrgico cuyas empresas fueron posteriormente confiscadas por Hugo Chávez. Su madre, Corina Parisca Pérez, es psicóloga. La mayor de cuatro hermanas estudió ingeniería industrial en la Universidad Católica Andrés Bello, donde fue la primera de su promoción.​

Pero la verdadera formación de Machado no vino de las aulas, sino de la vida. En 1992, cuando apenas tenía 25 años, estableció la Fundación Atenea para ayudar a niños de la calle en Caracas. Diez años después, cofundó Súmate, una organización dedicada a promover elecciones libres y justas. Era solo el comienzo de una vida dedicada a defender la democracia cuando muchos otros optaron por el silencio.

El momento que lo cambió todo

La historia de Machado está marcada por momentos de valentía que otros considerarían temerarios. En 2010 llegó a la Asamblea Nacional como diputada independiente, convirtiéndose en la candidata con más votos en la historia del parlamento venezolano. Pero fue en 2014 cuando su destino tomó un rumbo definitivo.

Después de hablar en la Organización de Estados Americanos para denunciar las violaciones de derechos humanos del régimen de Maduro, fue arbitrariamente expulsada de su puesto de diputada por Diosdado Cabello. En lugar de amedrentarse, Machado decidió que su lucha apenas comenzaba.

La verdad es que desde entonces, esta mujer se ha convertido en lo que el Comité Nobel describe como «uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en tiempos recientes».​

La unificadora de una oposición fragmentada

Aquí es donde la historia de Machado se vuelve realmente fascinante. Durante años, la oposición venezolana parecía un rompecabezas imposible de armar. Pero Machado logró lo que parecía imposible: unir a sectores que antes estaban profundamente divididos.​

En 2023, cuando muchos creían que la oposición venezolana había perdido toda esperanza, Machado se lanzó como precandidata presidencial. A pesar de estar inhabilitada por 15 años por el régimen, ganó las primarias opositoras con más del 90% de los votos. Era el mejor resultado para una mujer en una elección en la historia venezolana.​

Cuando le impidieron participar en las elecciones de 2024, no se rindió. Primero apoyó a Corina Yoris, quien tampoco pudo inscribirse, y luego respaldó a Edmundo González Urrutia. El resultado fue histórico: según las actas recopiladas por la oposición, González ganó las elecciones con una diferencia abrumadora.​ Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral venezolano, controlado por la dictadura, no mostró las actas y proclamó a Nicolás Maduro.

Viviendo en las sombras por la democracia

Desde agosto de 2024, Machado vive en la clandestinidad. «Temo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas de la dictadura de Nicolás Maduro», escribió en una carta al Wall Street Journal. Pero su decisión de quedarse en Venezuela, a pesar de las amenazas, ha inspirado a millones.​

«Cuando los autoritarios toman el poder, es crucial reconocer a los valientes defensores de la libertad que se levantan y resisten», declaró Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Nobel. Y la verdad es que Machado encarna precisamente esa resistencia.

Un premio que trasciende fronteras

Este Nobel no es solo para Venezuela. Es un mensaje poderoso para toda América Latina en un momento en que la democracia está en retroceso a nivel mundial. Para la comunidad latina, especialmente para los millones de venezolanos en el exilio, este premio representa esperanza y legitimidad internacional.​

«Este galardón internacional da visibilidad y legitimidad a la causa venezolana, sirviendo de inspiración a aquellos que luchan contra el populismo y el autoritarismo desde México hasta la Patagonia», señala El Tiempo Latino. El reconocimiento es un eco de las voces de millones que anhelan ver a Venezuela, y por extensión a toda América Latina, vivir bajo la plena vigencia de los derechos y libertades.​

Las reacciones no se hicieron esperar

El impacto del anuncio se sintió inmediatamente en toda la región. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, describió el Nobel como «un mensaje poderoso» en pro de la democracia. Isabel Díaz Ayuso fue la primera en felicitarla: «¡Qué alegría más grande! Venezuela tendrá pronto una presidenta, y es Nobel de la Paz».​

Pero quizás la reacción más emotiva vino del propio Edmundo González: «¡Nuestra querida María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025! Merecidísimo reconocimiento a la larga lucha de una mujer y de todo un pueblo por nuestra libertad y democracia. ¡La primer Nobel de Venezuela!».​

Una mujer que desafió todos los pronósticos

Lo que hace especial a Machado no es solo su valentía, sino su capacidad de mantener viva la esperanza cuando todo parecía perdido. Estudió ingeniería y finanzas, tuvo una breve carrera empresarial, pero eligió dedicar su vida a causas que muchos considerarían perdidas.abcnews.go+1

Es madre de tres hijos y se define como liberal tanto en lo social como en lo económico. Ha expresado su apoyo al matrimonio igualitario, a la marihuana medicinal y a la despenalización del aborto en casos de violación. En lo económico, defiende la privatización de PDVSA y el libre mercado.​

El significado histórico del momento

«La democracia está en retroceso internacionalmente», advirtió el Comité Nobel. En este contexto, el premio a Machado es más que un reconocimiento: es una declaración de principios. «La democracia – entendida como el derecho a expresar libremente la opinión, a votar y a estar representado en un gobierno electivo – es el fundamento de la paz tanto dentro de los países como entre países».​

Y el hecho es que Machado encarna perfectamente esta filosofía. Durante décadas ha demostrado que los instrumentos de la democracia son también los instrumentos de la paz. Su lucha no ha sido violenta, sino cívica. No ha buscado venganza, sino justicia.l

Una historia que continúa

El Comité Nobel espera que Machado pueda viajar a Oslo en diciembre para recibir el premio, aunque reconocen que «hay una situación de seguridad seria que hay que resolver primero». Pero independientemente de si puede asistir a la ceremonia, su mensaje ya ha resonado en todo el mundo.

«Este premio da esperanza a todo un país», declaró Frydnes. Y en verdad, da esperanza a toda una región. Porque en un continente donde los autoritarismos parecen ganar terreno, una mujer venezolana de 58 años, escondida en algún lugar secreto de su país, acaba de demostrar que la lucha por la democracia nunca es en vano.

María Corina Machado no solo se convirtió en la primera Nobel de Venezuela. Se convirtió en un símbolo de que, incluso en los tiempos más oscuros, la llama de la democracia puede seguir ardiendo. Y eso, definitivamente, es un carajazo histórico.

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