Detrás de cámaras, estos directores ya tenían el control absoluto. Pero, ¿por qué quedarse ahí? Algunos decidieron dar un paso al frente y colarse en sus propias historias, a veces en un guiño travieso, otras como auténticos protagonistas. Aquí te contamos quiénes son y cómo lograron dejar su huella, tanto dirigiendo como actuando.
1.- Alfred Hitchcock: el mago del cameo y el suspense
Hablar de Alfred Hitchcock es pensar en suspense, pero también en ese juego de “¿dónde está el director?” que tanto divertía a los cinéfilos. Hitchcock apareció en cuarenta de sus películas, casi como si fuera un reto personal. Al principio, sus cameos eran tan discretos que algunos espectadores se perdían la trama por estar pendientes de encontrarlo. Al notar esto, Hitchcock empezó a aparecer en los primeros minutos, como diciendo “aquí estoy, ahora sí, sigan con la historia”.

2. Woody Allen: cuando el director se convierte en el alma de la película
Woody Allen no solo dirige, escribe y compone música; a veces, simplemente no puede resistirse a ser el protagonista. En Annie Hall y Manhattan, Allen se pone en el centro de la acción, rodeado de talentos como Diane Keaton y Meryl Streep. Y es que, para Allen, su humor y sus obsesiones son casi imposibles de delegar. Aunque Manhattan solo se llevó nominaciones al Oscar y no la estatuilla, la película dejó huella por su estilo y su honestidad brutal.

3. Quentin Tarantino: el cameo que nunca pasa desapercibido
Si eres fan de Tarantino, seguro que te has divertido tratando de pescarlo en sus películas. Ya sea como Mr. Brown en Reservoir Dogs, el incómodo Jimmy de Pulp Fiction o el extravagante Frankie en Django Unchained, Tarantino siempre encuentra la forma de colarse, aunque sea solo unos minutos. Sus apariciones son como una firma secreta, un guiño cómplice para los que están atentos.

4. Clint Eastwood: el vaquero que manda en ambos lados
Clint Eastwood es de esos directores que parecen estar hechos para el doble rol. En Gran Torino, Million Dollar Baby y Los puentes de Madison, Eastwood no solo dirige con mano firme, sino que también se mete en la piel de personajes intensos, llenos de matices y cicatrices. Hay algo magnético en verlo dirigir y actuar a la vez; es como si el set entero girara a su alrededor.

5. Martin Scorsese: un cameo que deja huella
Martin Scorsese no suele buscar el protagonismo, pero cuando aparece, lo hace a lo grande. En Taxi Driver, se sube al taxi de Robert De Niro y, en apenas unos minutos, deja una impresión inquietante. Lo curioso es que este cameo fue casi accidental: un actor falló y Scorsese decidió tomar el volante. El resultado es una escena tensa, casi incómoda, que suma una capa más de locura a la película.

Imagen: Shutterstock
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