En el año 2011, el capitalista de riesgo y cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, dio su opinión acerca de cómo las redes sociales son fácilmente comparables con los siete pecados capitales, pues cada una de ellas posee las características casi exactas que el infierno de Dante describe en sus versos. Te mostramos los 7 pecados capitales y las redes sociales, ¿cuál es tu pecado favorito?
En la actualidad, es muy difícil conocer a una persona que no esté registrada en alguna red social. Sea cual sea la razón, todos tenemos esos cinco, diez o hasta cuarenta minutos al día para dedicar toda la atención a nuestra preciada comunidad virtual.
El empresario y cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman hace referencia a la influencia que han creado estas aplicaciones en la vida del ser humano, al punto de transformar la manera en la que las cosas se realizan. Es importante mencionar que en el momento donde fueron publicados estos pensamientos, Silicon Valley, la meca de la innovación tecnológica de los Estados Unidos, se encontraba en pleno apogeo con el lanzamiento de cientos de aplicativos semanales.
Es así como llegamos a la comparación, un interesante reflejo que según varios medios, no está tan equivocado del todo:
- Facebook y la vanidad
En los antiguos escritos, la vanidad es considerada el pecado original, el más severo y el que concluye el peor de los castigos. Para Hoffman, Facebook representa este pecado, pues dibuja una creencia desenfrenada de superioridad, de poder juzgar a otros a través de imágenes y comentarios, al tiempo de que otros se vanaglorian de sus triunfos y su grandeza (la cual casi nunca es tan perfecta como aparentan).
- Instagram y la gula
Aunque al leer la palabra gula la asociamos con comida, el verdadero significado va mucho más allá, se refiere al exceso y a la exageración de la realidad en todos sus aspectos. En el caso de Instagram, podemos hacer memoria del mito griego de Tántalo, un hijo de Zeus y la oceánide Pluto, que fue condenado al inframundo, intentando por siempre alcanzar la fruta para comer y agua para beber. Lo mismo sucede en la famosa red de los likes, pues estando tan cerca, nunca alcanzamos esa vida fotográfica que nos hace soñar y desear lo que no podemos tener (el viaje perfecto, el cuerpo soñado y hasta la comida más apetitosa).
- Twitter y la ira
Es normal molestarse, no estar de acuerdo con una opinión, pero no hay otro lugar como Twitter para encontrarse con algo mucho más fuerte que una respuesta. Una de las redes más populares de los últimos 10 años es también conocida por su gran cantidad de odio, pues es muy sencillo sentirse ofendido gracias a la publicación de otro, para luego terminar en una serie de comentarios cargados de ira.
- Tinder y la lujuria
Si bien las redes de emparejamiento no son específicamente diseñadas para tratar temas como el sexo, el público asocia aplicaciones como Tinder a una salida fácil para conseguir una compañía física más que sentimental. De esta forma, Hoffman se refiere al infierno de Dante y declara que el castigo ideal para los usuarios sería dar siempre hacia la derecha pero nunca conseguir un match.
- LinkedIn y la codicia
Para esta comparación, el empresario utiliza una traducción que cita “vi multitudes a cada lado de mí; sus aullidos eran fuertes, mientras que con pesas sobre ruedas, usaban sus cofres para empujar”, esto para hacer mención de esa cara digital que posee nuestro perfil en LinkedIn. Según esto, la red y el pecado se conectan por el afán de obtener cada vez más, de no estar conformes con la cantidad de contactos que se obtienen a través de la red.
- Pinterest y la envidia
Muy poca gente habla de Pinterest, una comunidad fotográfica que muchas veces es utilizada como inspiración para ropa, diseño y arte. Sin embargo, también este uso puede llegar a convertirse en envidia, o al menos así lo dice Hoffman cuando menciona al olvido que la gente desarrolla hacia lo que ya posee, por querer tener algo que vio a través de una pantalla.
- Netflix y la pereza
Inicialmente el lugar de la pereza lo ocupaba Zynga, empresa de videojuegos famosa a nivel mundial, pero para hablar de la pereza es Netflix la que se lleva el título. Aunque no es realmente una red social, la comunidad virtual utiliza este medio para expresarse y comunicarse, es por ello que Hoffman se refiere a Netflix como una extensión de la flojera, una enfermedad que nos obliga a no hacer nada más que dar play y mirar sin parar.
¿Y para ti, crees que eres víctima de algún pecado capital?
Foto: Shutterstock
--
--