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Las mujeres en el Boom de la literatura latinoamericana

Las mujeres en el Boom de la literatura latinoamericana

Por Pónganse a Leer con Pedro Julio | Hace unos años, Naciones Unidas adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad. El objetivo sostenible nro. 5 es el de lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Esto va de la mano con poner fin a todas las formas de discriminación contra ellas; porque se ha entendido que de esta manera se impulsarán las economías sostenibles y se beneficiará a las sociedades y a la humanidad en su conjunto.
Parece que esto no se entendió en los años del Boom de la literatura Latinoamericana.

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En un arrebato de visibilización, sensibilización y concientización hoy vamos a hablar de las mujeres escritoras que se quedaron silenciadas por el Boom de la literatura Latinoamericana, un montón de mujeres prodigiosas y fascinantes que fueron capaces de escribir autenticas joyas pero que no recibieron el reconocimiento global que sus compañeros masculinos.
Hace unos días me topé con un artículo de Linda María Ordóñez, publicado en mayo de 2020, titulado “Las mujeres que el Boom latinoamericano invisibilizó”, ese articulo me voló la cabeza y me dejó muy pensativo.

En el artículo, la autora cita al escritor peruano Iván Thays que definió al Boom como “un club que no admitía señoras”. Pareciera dura la declaración, pero es simple y llana verdad; en la misma época en la que Vargas Llosa, García Márquez y Cortázar se hacían de un nombre mundial; Clarice Lispector, Rosario Castellanos, Nélida Piñón, o Elena Garro, fueron subestimadas.
Tristemente se asumió que su obra no era tan valiosa como la que era creada por los escritores.

Recordando al Boom Latinoamericano

Vamos a recordar al Boom, aquel Boom al que le dedicamos el episodio 36 de pónganse a leer con Pedro Julio en la 3era temporada. Recuerdo que en ese episodio les dije que íbamos a hablar de las escritoras del Boom.
En aquel episodio les dije que (palabras más, palabras menos) que el Boom Latinoamericano fue un fenómeno editorial y literario que impulsó a la literatura latinoamericana que tuvo sus inicios en las décadas de 1960 y 1970; en el que se produjo el auge de venta de libros como Rayuela de Julio Cortázar, La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez y La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes todos hombres, si nos ponemos puntillosos, el Boom ayudó también a posicionar el género del Realismo Mágico. Que también está dominado por los caballeros, aun y cuando hubo mujeres que fundaron las bases para el género, como la chilena María Luisa Bombal.
La narrativa fue el género literario del Boom, especialmente: la novela, que es una narración extensa en prosa que desarrolla de forma más completa la descripción de los personajes y los espacios geográficos de la narración. Y el cuento, que es una narración breve que desarrolla de forma sintetizada una historia de ficción.
La literatura que se produjo en el marco del Boom tiene unas características muy particulares; por ejemplo:
Vamos a ver, los temas y los personajes de estas obras se corresponden a la realidad latinoamericana. Sufren lo mismo que sufrimos nosotros hoy, los mismos problemas sociales y políticos de nuestras sociedades, los personajes son hombres y mujeres comunes de Latinoamérica.
También, los escritores innovaron, esta gente deconstruyó (al estilo Derrida) desintegraron la forma tradicional de la novela. Es decir, en las novelas del Boom: el tiempo o el narrador se presentan de manera distinta.
Por ejemplo, esta gente hace uso del narrador múltiple, que es una mezcla de los narradores omnisciente y personaje (protagonista y testigo).
Fragmentaron la narración a través de varias perspectivas, crearon tramas atravesadas, desordenadas en el tiempo cronológico; empleo de técnicas cinematográficas, como el “flashback”.
El realismo mágico es fundamental para el éxito del Boom, porque mezcla la realidad y la ficción contado siempre todo desde las voces de América latina, y nuestra voz es distinta a la del resto del mundo, es única y sabrosa, riquísima en matices.


¿Por qué se quedaron por fuera del Boom las mujeres?


En otro artículo muy interesante de Nuria Marrón, titulado “Las mujeres en el ‘boom’ latinoamericano: o invisibles o asistentas”, publicado en abril de 2017, la autora reconoce que el Boom mandó a las tinieblas a autores poco interesados en escribir la gran novela latinoamericana, gente con ambiciones literarias distintas a los grandes nombres asociados al Boom.
Y evidentemente a las mujeres que fueron víctimas del machismo y el canon literario de la época.
Es que si bien, desde la época de Christine de Pizan o Mary Wollstonecraft las mujeres están clamando el reconocimiento de sus derechos, en todas partes del mundo, las mujeres y las niñas no han tenido los mismos derechos y las mismas oportunidades, aunque esa debería ser la norma.
Las mujeres son las principales víctimas de situaciones como la violencia y la discriminación.
Históricamente, las mujeres se han dedicado a realizar tareas domésticas y esto supone que las mujeres tienen menos ingresos y menos tiempo para realizar actividades distintas al estudio o al trabajo.


A ver, que, si a Gabo le hubiera tocado criar a sus hijos y llevar la casa como a Mercedes, no sé yo si hubiera tenido chance de escribir «Cien años de soledad».


Con relación a las oportunidades de estudio de cuarta generación en la época del Boom esto era complejo para las mujeres. Si, me van a decir que las mujeres en los ´60 del siglo pasado acudían a las universidades; ok sí, pero hagamos un ejercicio de memoria, pensemos a que carreras entraban las mujeres.
Súmale que desde que las mujeres empezaron a publicar sus textos, han tenido que soportar que se diga que lo que escriben es “literatura para mujeres”, como si un creador escribiera para un sexo especifico, no creo yo que cuando Mary Beard escribe sus libros de historia clásica de Roma piensa que lo van a leer solo las mujeres porque ella es mujer, cómo si los grandes académicos no le van a echar un ojo a lo que produce esta mujer que es la gloria.
O que Miguel Otero Silva dijo, voy a escribir “Casas muertas”, esa fantástica relación de la crudeza que se vivió en Venezuela con la explotación del petróleo, dijo, esto sólo lo van a leer los hombres.
La literatura no tiene sexo.
Pero volvamos. En aquella época, en la época del Boom, los hombres no fueron los únicos que escribían, escribían las mujeres también y muchas de ellas han sido reivindicadas por el tiempo por la calidad de sus obras y sus estilos brillantes y luminosos.

Estas mujeres también escribieron
Como sabemos el Boom está intrínsecamente asociado al realismo mágico, (ese género literario al que le dedicamos el episodio 37 de este humilde podcast). Las obras del realismo mágico tienen como característica la narración de hechos fantásticos e irracionales en un contexto realista, y estos hechos, son percibidos por el narrador y los personajes de manera muy natural.
También tienen una marcada influencia del psicoanálisis y del movimiento surrealista que hacen hincapié en los sueños y en el inconsciente.
La distorsión en la línea del tiempo del relato, el rechazo a la objetiva realidad y al Romanticismo que predominaba hasta mediados del siglo XIX, la crítica implícita a la política y la elite social de la época y el contexto latinoamericano y el cuestionamiento de la naturaleza de la realidad.

María Luisa Bombal (Chile)
Todas estas características combinadas las encontramos en la obra de la chilena María Luisa Bombal, una de las más importantes narradoras de la época contemporánea.
Bombal nació en junio de 1910 en Viña del Mar, Chile en el seno de una familia acomodada, desde niña sobresalió por su inteligencia y sagacidad. Cuando tenia 18 años se fue a estudiar a la Facultad de Letras de La Sorbonne; cuando volvió a Chile, conoció a Eulogio Sánchez Errázuriz, con Eulogio tuvo un romance tórrido y sórdido también.
Al punto que, en 1941, Bombal fue arrestada por intento de homicidio, luego de haber intentado asesinar a Eulogio.
María Luisa Bombal escribió novelas, cuentos, guiones, crónica poética, pero quizá la obra fundamental de Bombal y por la que es considerada por los críticos actuales como una precursora del realismo mágico es “La amortajada”, que fue publicada en 1938; si, ya sé, no entra en la época del Boom, pero ella siguió escribiendo y esta obra fue crucial para el desarrollo de las características de las obras del Boom.
En “La amortajada”, la protagonista Ana María, acaba de morir; pero en la noche, mientras sigue amortajada encima de la cama, se le entreabren los ojos y, sin que los demás se den cuenta observa todo lo que acontece a su alrededor.
La gente que visita a la muerta, un acto tan latino, que le traen recuerdos de su pasado, y es así, a punto de recuerdos, los suyos y los de los que van a presentar sus respetos que la protagonista hace una valoración de su vida.
Llegando al final, Ana María describe el momento exacto cuando sus seres queridos comienzan a cargar el ataúd donde ella se encuentra. Relata eventos y las conclusiones a las que llega según los movimientos del ataúd. En un momento determinado ve el cielo, quiere ir hacía él, pero siente que la empujan hacía abajo, hacía un hoyo que parece que no tiene fondo.
María Luisa Bombal murió en mayo de 1980, en una casa de reposo. Por culpa de un como hepático masivo, las consecuencias de haberse sumido en el alcohol algunos años de su fenomenal vida.

Elena Garro (México)
María Luisa Bombal ha sido, como Elena Garro y otras autoras clave del boom latinoamericano, silenciada, en el sentido de que sus libros han tendido a no cruzar fronteras y a permanecer en el olvido o descatalogados, esa es la muerte de un escritor.
Elena Garro, también como María Luisa sufrió las desventuras del amor, se caso con un tipo que la hizo pasar momentos realmente horrorosos y hasta minó su autoestima y subestimó su talento.
Garro nació en diciembre de 1916, en la ciudad de Puebla, en México. Estudió letras españolas en la Universidad Autónoma de México, pero no terminó la carrera porque se casó y ya saben ustedes que la vida de una esposa en aquella época y en la actual, aunque nos cause espanto está en la casa. En su época universitaria Garro incursionó en el teatro, también se interesó en la danza.
Cuando se divorció estuvo años viviendo entre España, México y Francia; cuando regreso a su tierra se vinculó con el pensamiento político de Carlos Madrazo y esto la hizo blanco de una campaña de descredito después de la Masacre de Tlatelolco, por su postura de derechas y anticomunista.
En 1964 recibió el premio Xavier Villaurrutia por su novela Los recuerdos del porvenir, una joya en la que narra la historia de los hermanos Moncada durante el episodio de la historia conocido como Guerra Cristera en México.
Garro cultivó la novela, el guion, la dramaturgia, y el periodismo; está considerada por muchos especialistas como una renovadora de la literatura fantástica.
Dentro de su obra se resaltan temas como la marginación de la mujer y la libertad femenina, temáticas que obviamente hacían mucho ruido en la sociedad mexicana de su época.
Uno de sus cuentos en el que Garro da cuenta de la función de las mujeres en la sociedad mexicana es “La culpa es de los tlaxcaltecas”.
En este relato Garro utiliza varios tiempos, el presente en el siglo XX y el pasado en la época de la conquista. El cuento empieza cuando Laura Aldama le cuenta a Nacha, su ama de llaves, sobre su viaje a Guanajuato con su suegra Margarita y porque estuvo ausente durante 10 días de su casa.
En el viaje, el carro en el que van se queda sin gasolina en un puente y Margarita se va a buscar combustible. Cuando Laura se queda sola se escapa a ver a su “primo-marido”, un indio mexica, es decir que Laura viaja en el tiempo. En esta época Laura forma parte de la conquista liderada por Hernán Cortés, contra los mexicas.
Cuando regresa al siglo XX en la Ciudad de México, Laura se siente culpable por vivir dos vidas.
Su marido del siglo XX Pablo, es agresivo y maltratador. Laura sufre en ambas realidades, y la base de su sufrimiento es su sexo, Laura sufre porque como mujer es abusada, maltratada y ninguneada.
Como Laura se ha ido al tiempo de la conquista, Nacha se va de la casa en el siglo XX.
Garro entremezcla los dos tiempos de manera magistral, pero el lector tiene que estar muy atento a lo que lee, porque es fácil confundirse, hay pequeños instantes en los que parece que estamos en las dos épocas a la vez.
El marido de Laura en el cuento guarda cierta relación de similitud con el marido de Garro en la vida real.
Elena Garro falleció en Cuernavaca en agosto de 1998, había escrito:
“Aquí la ilusión se paga con la vida”
Tenía toda la razón.
Por cierto, Elena Garro estaba casada con el premio Nobel de Literatura Octavio Paz.

Rosario Castellanos (México)
Otra escritora mexicana que está considerada junto con Elena, como una de las literatas más importantes del siglo XX es Rosario Castellanos. Castellanos también influyó en la forma de escribir de las generaciones futuras y constituyó un referente en la lucha por la reivindicación de los derechos de la mujer.
Rosario Castellanos nació en la Ciudad de México en 1925, de niña vivió en el estado de Chiapas, de donde procedía su familia. Esto la expuso a la cultura indígena de su país. Castellanos estudió letras Universidad Nacional Autónoma de México; y por esos años se hizo amiga de un grupo de genios como: Jaime Sabines, Ernesto Cardenal y Augusto Monterroso.
Luego viajó a Madrid en dónde estudió estética y estilística.
Al regresar a su tierra, trabajó en el Instituto Indigenista Nacional en Chiapas y en Ciudad de México, se preocupó por las condiciones de vida de los indígenas y de las mujeres en su país. Fue también profesora de filosofía y literatura en la Universidad Autónoma de México, también fue profesora en la Universidad Iberoamericana y en varias universidades estadounidenses como: Wisconsin, Colorado e Indiana.
La obra de Rosario Castellanos es realmente personalísima, es decir, esta mujer se preocupa por transmitir con una absoluta sinceridad su vida interior; parte de sus pensamientos y su lucha constante con el mundo material es la inadaptación del espíritu femenino en un mundo dominado por los hombres; echa mano de la experiencia del psicoanálisis para escribir con una melancolía arrasadora.
Precisamente es lo que hace en la novela Balún Canán, publicada en 1957; una obra con tintes autobiográficos en la que narra los enfrentamientos entre indígenas y terratenientes (blancos), y la convivencia entre ambos grupos durante la reforma agraria que implementó el presidente Lázaro Cárdenas en la segunda mitad de la década de 1930.
La novela arranca con César Argüello que es parte de una de las familias más pudientes de Comitán, en Chiapas, donde vivió Castellanos de niña; Cesar tiene una hacienda y se enfrenta a un problema inédito, resulta que el gobierno promulgó una ley de educación en la que obliga a los hacendados a impartir la instrucción primaria a los niños de sus trabajadores.
Entonces Cesar llama a su sobrino Ernesto como maestro, pero Ernesto no habla el idioma de los indígenas y no se puede comunicar con ellos, porque los niños solo hablan su lengua.
Después del asesinato de un indio fiel y colaborador de Cesar, y el incendio de parte de la hacienda. Ernesto es enviado con una carta para dar parte de la situación al presidente municipal de Ocosingo, pero lo matan en el camino, esto hace que Cesar y un amigo hacendado de la región viajen a la capital del estado para entrevistarse con el gobernador.
Pero mientras está por allá, el pequeño Mario, su hijo enferma y muere repentinamente, la india que cuida al niño dice que lo mataron los brujos de la región.
Cuando la novela llega a su fin, el lector se siente asfixiado, hay una sensación de perturbación y cansancio, es una novela fantástica que logra lo que busca, despertar los sentidos y hacernos parte de la atmosfera del México más indigenista.
Rosario Castellanos siempre estuvo vinculada a la cultura de su país, de hecho, en 1971 es nombrada embajadora en Israel. Una mañana mientras se bañaba sonó el teléfono, Rosario salió de la ducha corriendo a contestar y zas se electrocuto con una descarga eléctrica provocada por una lampara. Murió en agosto de 1974, en Tel-Aviv, donde funcionaba la embajada.

Clarice Lispector (Brasil)
Al igual que Rosario, la escritora brasileña Clarice Lispector fue creadora de mundos y realidades alternativas; uno de sus amigos, el periodista y escritor Paulo Francis, dijo que “ella se convirtió en su misma ficción”.
Es que Lispector tuvo una vida compleja, nació en Ucrania y llegó a Brasil cuando era una bebé, en 1922, con su familia que huyó debido a la persecución de los judíos después de la Revolución rusa de 1917.
Estudio en la Facultad de Derecho de la Universidad Federal de Río de Janeiro (que en aquella época se llamaba Universidad de Brasil), en esa misma época empezó a escribir y logró publicar su primera novela “Cerca del corazón salvaje”, tenía apenas 21 años y se ganó el premio Graça Aranha a la mejor novela publicada en 1943.
Se casó con un diplomático brasileño, al que había conocido en sus años de estudiante de derecho y gracias al trabajo de su marido, vivió en: Italia, Suiza, Inglaterra y Estados Unidos. Cuando se divorció del diplomático volvió a Brasil para dedicarse por entero a la creación literaria.
Según la investigadora en Teorías del Texto y del Discurso en la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Noeli Lisbôa, en las novelas de Lispector prácticamente no hay trama. Ella rompe con la estructura de los géneros literarios, cuestiona el lenguaje, al igual que Bombal lo lleva a límites poco trascendidos, y da cuenta de su incapacidad para expresar la experiencia humana. La innovación de Lispector al mundo literario radica principalmente en este cuestionamiento que hace del lenguaje. También enfrenta la interioridad de los personajes, para ella es muy importante la búsqueda de la trascendencia.
Hay un texto de Lispector, un cuento que se llama “Restos de Carnaval”, en el que la autora logra con maestría el manejo de la polifonía textual, esto significa que cada uno de los personajes expresa su manera de entender la realidad, y esto le permite al lector acceder a diversas cosmovisiones que se presentan.
En el cuento Lispector nos lleva a Recife, la capital del estado de Pernambuco, nos encontramos con una niña que vive con emoción la llegada del carnaval. Va describiendo como se siente con los disfraces, el miedo que le producen los enmascarados y las ganas que tiene de salir a la calle.
Pero es que la mamá de la niña esta enferma, de cama, muy grave. De manera que nadie en la casa tiene cabeza para disfrazar o llevar a la niña a los desfiles. En ese carnaval, una de sus amigas es disfrazada como una rosa por su mamá, y cuando sobra el papel de colores con el que hacían el disfraz de la amiga le confeccionan uno a ella también.
Ese carnaval sentía que seria otra. Le toca aceptar que le vestían con las sobras de otros. En el ambiente se siente la melancolía. El día del desfile le visten. Mientras le arreglaban y maquillaban; la salud de la mamá de la niña empeora, la mandan rápido a buscar un medicamento en la farmacia y ella sale con su disfraz a la calle en medio de la alegría de los otros. Horas después su madre se recupera, pero cuando llega la hora de salir nuevamente, ya completo el atuendo, se siente desesperanzada hasta que un chico de 12 años le devuelve la alegría.
En este cuento, Lispector logra unir y hacer nacer nuevos elementos narrativos, como la búsqueda de una realidad a través del recuerdo por medio de flashback, ella utiliza el recuerdo como el puente cognitivo entre la niñez y la edad adulta, la narradora es la niña que ha crecido y recuerda ese carnaval especifico, cuando tenía 8 años.
Gracias a su estilo único y sus aportes al mundo de la literatura los críticos, estudiosos y especialistas acuñaron el término “Clariceano”, que significa que quiere ser lo que representa, pretende ir más allá de lo que se dice.
Lispector murió en diciembre de 1977, en Rio de Janeiro, víctima de un cáncer de ovario, la enterraron en el cementerio de Cajú. En su tumba el epitafio dice “Dar la mano a alguien siempre fue lo que esperé de la alegría.” Una frase de su libro La pasión según G.H.
Su obra, aunque originalmente fue escrita en portugués ha sido traducida al castellano y bendito sea Dios por eso.

Nélida Piñón (Brasil)
También la obra de Nélida Piñón fue escrita originalmente en portugués, ella como Lispector era brasileña, nació en mayo de 1937 en Vila Isabel un barrio de clase media en la zona norte de Río de Janeiro.
Piñón también, al igual que Lispector era hija de migrantes, en este caso gallegos, y esto se siente en su obra. Nélida estudió en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y su trayectoria incluye logros como por ejemplo haber sido la primera presidenta de la Academia Brasileña de Letras, también se ganó premios como el Premio Internacional Menéndez Pelayo en 2003, el Premio Príncipe de Asturias en 2005 y un doctorado honoris causa por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México en 2007.
Logró publicar más de 20 obras, entre novelas, cuentos, memorias, crónicas y ensayos, precisamente su obra se tiene como un puente entre la literatura de Brasil y de España.
Los temas que abordó están relacionados con la emigración, el pecado, el perdón y las relaciones con Dios. A diferencia de otras autoras, Piñón se negaba a escribir en torno a su intimidad.
Piñón fue la única escritora que quizá alcanzó una fama casi similar a la de sus pares masculinos durante el Boom. Esto gracias en parte a su agente, la “mamá grande” como la llamó Gabo, la mítica Carmen Balcells, que por cierto consideraba que Piñón era la única escritora que era su amiga.
En 1961, publicó su primera novela titulada “Guia-mapa de Gabriel Arcanjo” que podría traducirse como guía mapa del arcángel Gabriel. En esta obra, Piñón dialoga entre la protagonista femenina, Mariella, y el arcángel Gabriel, que debaten sobre su deseo de vivir fuera del dogma cristiano y sobre la relación del hombre con Dios, por medio del pecado y el perdón.
Durante todo el texto Piñón busca la renovación formal de la lengua y lo logra en su obra prolífica.
No me atrevo a ir más lejos con Piñón porque en este momento estoy leyendo el libro y porque para mi ha sido un prodigioso descubrimiento en mi investigación para preparar este episodio, lo que si puedo decir es que esta mujer me está deslumbrando y creo que será una de mis narradoras predilectas.
Piñón falleció en diciembre de 2022 en Lisboa, después de haberse convertido en un símbolo de la literatura brasileña y latinoamericana.

Las mujeres al lado de los escritores del Boom
Las mujeres no solo escribieron, también apoyaron, ya lo vimos con Carmen Balcells a la que le debemos que aquellos escritores latinoamericanos pudieran llegar más lejos, que confió en la calidad de sus obras y les impulsó en sus carreras.
Pero también están las esposas de los escritores, mujeres como Mercedes Barcha o Patricia Llosa; de hecho, María Pilar Serrano, la esposa de José Donoso, escribió una crónica que se titula “El Boom domestico” en la que narra como estas mujeres fueron claves en los procesos creativos de sus maridos.
Recuerda por ejemplo que Mario Vargas Llosa dijo cuando ganó el Nobel de Literatura que Patricia y cito: “resuelve los problemas, administra la economía, pone en orden el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos: defiende mi tiempo”, en contraste con lo que había dicho años antes a propósito de la inteligencia de las mujeres cuando afirmó que «el único intelecto femenino» que respetaba era el de la escritora y traductora argentina Aurora Bernárdez, que por cierto había sido esposa de Julio Cortázar.
García Márquez por su parte, cuando recibió el Nobel no habló de su esposa, Mercedes Barcha, aunque al terminar “el olor de la Guayaba” asegura que la persona más importante que ha conocido es precisamente Merceditas.
Pero, Carmen Balcells, si habló de Mercedes, dijo en una oportunidad que: “Se puede decir cualquier cosa de la Gaba, siempre que se parta de la base de que es perfecta”.
Cada una de estas mujeres enriquecieron a la literatura latinoamericana, alcanzaron la calidad en su escritura y aportaron grandes cuotas a la brillantez de lo que hoy llamamos el Boom de la literatura latinoamericana. Fueron estrellas brillantes en un firmamento que privilegió otros astros, los masculinos.
Aun estamos luchando por derribar las barreras que se erigen entre hombres y mujeres y los muros altísimos que muchas veces impiden que las niñas y jóvenes tengan acceso a oportunidades de creación, queda mucho por hacer para alcanzar el objetivo 5 de la agenda global para el 2030, pero al menos hemos empezado a trabajar para ello. Para que la literatura escrita por mujeres no se tenga como literatura “femenina”, sino como literatura a secas, sin ningún tipo de coletillas.
Gente así hemos llegado al final de este episodio, yo espero con todo mi corazón haberles picado la curiosidad con estas escritoras y que después de escucharme con esta voz chillona se vayan a buscarlas y a leerlas con entusiasmo.
Quizá ya las hayan leído, si es así escríbanme a través de mis redes sociales @pedrocedenoa en Instagram y X (antes Twitter), y coménteme cómo les fue con ellas, qué obras han leído y si están o no de acuerdo conmigo.
Nos escuchamos en el próximo episodio, pero antes les recuerdo la consigna, pónganse a leer.

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