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La verdadera historia del Santo Sudario

La verdadera historia del Santo Sudario

El sudario es de lino y sus medidas son 4x 1,10 m. La figura que se advierte en él mide 1,80 m. Tiene las manos cruzadas sobre el pubis y presenta heridas como las que, se dice, Jesús sufrió en la Pasión. Desde una etapa muy temprana se presumió que era una pintura; los estudios científicos para confirmar su autenticidad se iniciaron a partir del siglo XIX.
Entre las más polémicas reliquias de la cristiandad se cuenta el Santo Sudario de Turín, llamado también Sábana Santa o Síndone –palabra de raíces hindúes para referirse a un fino paño que envuelve el cuerpo-.
Su historia comenzó en 1357, cuando la viuda del noble francés Geoffroy de Charnay donó a la iglesia de Liery, en Troyes, Francia, esta tela en la que se advierte la figura de un hombre a quien se identificó como Jesús de Nazaret.
De acuerdo con las escrituras, tras el Descendimiento, José de Arimatea envolvió el cuerpo de Cristo en una mortaja, cuando lo recibió del procurador romano Poncio Pilatos. Así lo relata Marcos (15:45-47) “Informado por el centurión, Pilatos dio el cuerpo a José, el cual habiendo comprado una sábana, lo bajó, lo envolvió en el sudario, lo depositó en el sepulcro tallado en la roca, y arrimó una loza a la puerta del sepulcro”.
La pregunta que sale al paso es ¿dónde estuvo el sudario durante los siglos anteriores a su aparición medieval?

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Cuenta la leyenda que Abgar, rey de Edesa (actual Urfa, Turquía), lo conservó desde el siglo I, pues al tocarlo se alivió de la lepra, y que después estuvo en poder de los cristianos de Constantinopla. Fue presuntamente el templario Geoffroy de Charnay quien lo llevó a Francia; el sudario cobró fama en ese país y fue objeto de veneración popular aunque la iglesia se negó a confirmar su autenticidad.
Por las guerras que sacudieron a Europa llegó finalmente a la Catedral de San Juan Bautista, en Turín donde actualmente se encuentra.
En 1970 se estudió la composición de la tela y resultó posible identificarla con textiles de la época y la región de Jesús. En 1978 la Santa Sede solicitó a personal de la NASA realizar un estudio científico que concluyó: “No es producto de un artista[…] se trata de un gran misterio”.
La autenticidad se vio refutada de manera definitiva a través del procedimiento de datación con radiocarbono realizado por un equipo conjunto de la universidad de Oxford y Arizona, cuyos resultados se publicaron en el número 337 de la revista Nature.
Su resumen lo dice todo: “Se dataron muestras muy pequeñas del sudario de Turín mediante la técnica de espectrometría de masas. Los resultados ofrecen evidencias concluyentes de que el sudario de Turín es medieval”.
Hasta la fecha la iglesia no se ha pronunciado al respecto y muchos fieles, con la certeza que da la fe, siguen convencidos de su autenticidad.
Sin embargo, en 2005 el Dr. Ray Rogers, experto en química y socio retirado del Laboratorio Científico de Los Álamos, postuló que la muestra cortada del Sudario de Turín en 1988 habría sido tomada de un área del lienzo que habría sido retejida durante la Edad Media.
En dicha área retejida se habría mezclado (de manera muy sutil –imperceptible a la vista-) algodón medieval con lino antiguo, comprometiendo de esta manera la prueba de datación. Sin embargo, la restauración realizada al sudario en 2002 no encontró evidencia de dichos remiendos.
Desde entonces, numerosas investigaciones han presentado diversos argumentos tanto para demostrar su autenticidad como para explicar cómo fue falsificada la imagen. Hasta el momento, la técnica con la que se impregnó el cuerpo visible en el Santo Sudario no ha podido ser explicada por la ciencia de manera concluyente. De modo que el sudario sigue siendo controvertido.

24/04/2011
Fuentes: Revista Muy Interesante / Wikipedia

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