Aunque la llegada del primer ser terrestre al espacio fue todo un acontecimiento para la ciencia, la oscura verdad detrás de esta expedición -dirigida por la URSS– se mantuvo en la sombra por mucho tiempo. Conoce aquí la trágica historia de Laika, la primera perrita astronauta.
Jruschov anuncia la expedición
En 1957, debido al éxito obtenido con la misión que puso en órbita al satélite Sputnik 1, Nikita Jruschov –entonces el líder principal de la Unión Soviética– anunció que se realizaría otro lanzamiento un mes más tarde. Pero en esta ocasión con una nave tripulada.
La expedición tendría como objetivo celebrar los 40 años transcurridos desde la Revolución Rusa.
Como para aquel entonces no se tenía claro si los seres humanos podían soportar las condiciones del viaje para el espacio, el tripulante seleccionado sería un animal. Resultó ser una pequeña perrita llamada Laika.
Captura y entrenamiento
La perrita callejera de 6 kilos fue capturada en Moscú. Al tratarse de una mestiza que vivía en la intemperie, los científicos suponían que el animal había soportado condiciones extremas que lo hacían apto para enfrentarse a la dureza del espacio exterior.
El entrenamiento para el viaje no fue nada fácil. Por ejemplo, Laika fue colocada en espacios reducidos por varias horas, para que pudiera acostumbrarse a las pequeñas dimensiones del cohete en el que viajaría al espacio.
La construcción de la nave
Debido a que los científicos espaciales se encontraban trabajando en otro proyecto para el momento en el que Jruschov anunció la expedición, los expertos tuvieron poco tiempo para perfeccionar la nave de Laika.
En menos de un mes, los ingenieros desarrollaron la cápsula Sputnik-2. Esta estaba equipada con dispensadores de agua, alimento en forma de gelatina y arneses especiales, para evitar que Laika flotara descontroladamente ya en el espacio.
Laika despegó el 3 de noviembre de 1957, en una cápsula que tenía el tamaño de una lavadora. Aunque se creyó por mucho tiempo que había muerto luego de cinco meses orbitando en el espacio, la verdad es que la perrita falleció a las seis horas del despegue.
Debido a que los mecánicos no habían tenido tiempo de desarrollar por completo el sistema de enfriamiento de cápsula espacial, la temperatura en el interior de la nave se recalentó mucho.
La presión del ambiente y el calor excesivo afectaron gravemente el corazón de Laika, provocándole un paro cardíaco.
La oscura verdad
Tristemente nunca existió la posibilidad de que Laika sobreviviera a la misión, ya que su cápsula no fue diseñada para ser recuperable.
A pesar de esto, la predicción soviética era que en los días siguientes al despegue la perrita volvería al planeta a bordo de su nave, «equipada con un paracaídas».
Más tarde el gobierno difundió una versión sobre la muerte de Laika que lo libraba de críticas futuras. Según el Gobierno de Rusia, la perrita había fallecido por eutanasia.
Fue necesario esperar hasta el 2002 para saber qué le había ocurrido en realidad al primer animal astronauta. Esta es la trágica historia de Laika.
Con información de: BBC / El Heraldo / Wikipedia / Imagen de portada:
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