En la madrugada del 17 de junio de 1972, Frank Wills, guardia de seguridad del Complejo de edificios Watergate, advirtió que alguien había penetrado en el edificio violando los controles de entrada.
Wills llamó a la policía tras detectar a los intrusos y minutos después, cinco hombres fueron arrestados dentro de la oficina del Comité Nacional del Partido Demócrata, la sede del principal partido de la oposición.
Los cinco hombres eran Virgilio González, Bernard Baker, James W. McCord, Jr., Eugenio Rolando Martínez y Frank Sturgis. Todos eran miembros de la Operación 40 de la CIA. Su líder, James McCord, era el Director de seguridad del comité para la reelección de Nixon, además de ser empleado del FBI y de la CIA, donde era el encargado de la seguridad física del Cuartel General en Langley; los otros cuatro hombres eran agentes de la CIA. Los cinco fueron acusados de intento de robo y de haber intentado intervenir las comunicaciones.
Poco después se descubrió que los cinco asaltantes fueron contratados y pagados de manera secreta por Howard Hunt y Gordon Liddy, dos hombres vinculados al «Comité de Reeleccción del Presidente», el equipo de militantes del Partido Republicano creado por Richard Nixon para sostener su campaña reeleccionista en los comicios de noviembre de 1972.
Este fue el escándalo de Watergate, a 50 años después de este suceso, te traemos los datos más importantes de manera cronológica, para conozcas los detalles de este hecho histórico.
• El 15 de setiembre de 1972 los siete sospechosos (los asaltantes más Hunt y Liddy) fueron imputados por conspiración, robo y violación de las leyes federales sobre intervención de las comunicaciones, abriéndose un proceso judicial dirigido por el juez John J. Sirica. Los acusados fueron juzgados y condenados en enero de 1973, aunque la investigación continuó al haber indicios de más culpables.
• Los siete hombres habían trabajado directa o indirectamente para el Comité de Reelección del Presidente, y mucha gente, incluyendo el propio juez Sirica, sospechaban que la conspiración alcanzaba a miembros de esferas más altas del gobierno.
• En marzo de 1973, James McCord envió una carta al juez John Sirica expresando que estaba siendo presionado políticamente para que se auto-declarará culpable; en la carta McCord implicó en el caso a varios oficiales del gobierno, incluyendo al ex Procurador Fiscal John Mitchell. Su carta convirtió el asunto en un escándalo político sin precedentes.
• Dos periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, investigaron para desenredar una compleja maraña cuyos hilos apuntaban a la Casa Blanca a través del Comité para la Reelección del Presidente (CRP) de Richard Nixon.
• Los periodistas recibieron la ayuda anónima de un informador que se hizo llamar Deep Throat (Garganta Profunda) cuya identidad no fue revelada hasta treinta y tres años después del escándalo. Esta fuente reveló a Bernstein y Woodward que el espionaje telefónico contra el Partido Demócrata era una actividad planificada por los principales asesores el presidente Richard Nixon, H.R. Haldeman y John Ehrlichman, y además era un hecho conocido y aprobado por el propio Nixon.
• Bob Woodward jamás contó su relación con la inteligencia naval y menos con las sociedades secretas de la Universidad de Yale donde era miembro destacado. No obstante, esas fuentes le permitieron acceder a datos sobre prominentes asesores de la administración Nixon y conocer que el Comité de Reelección Presidencial de hecho practicaba un espionaje telefónico ilegal con la protección y connivencia de Nixon y sus asesores.
• En calidad de periodistas de investigación, Bernstein y Woodward utilizaron con frecuencia el teléfono y no vacilaron en contactar con centenares de interlocutores, desde secretarias hasta estudiantes, para contrastar sus fuentes con la información dada por Garganta Profunda. Conscientes de la importancia del caso Watergate, consiguieron sacarlo a la luz pública.
• Se encargó de investigarlo la justicia estadounidense y posteriormente una comisión de investigación senatorial que fue retransmitida por la televisión estadounidense en mayo de 1973. Esta comisión interrogó a una serie de consejeros presidenciales sobre el origen de la orden para el espionaje telefónico al Partido Demócrata, donde algunos consejeros como John Dean trataron de rechazar toda implicación en el espionaje alegando que en recientes entrevistas el presidente Nixon les hacía «preguntas sesgadas» para que sus asesores dieran respuestas que exculparan a Nixon de toda responsabilidad.
• El miembro del comité senatorial Donald Sanders confirmó la existencia de esas cintas grabadas (y de todo un sistema de grabación) el 13 de julio de 1973 tras una audiencia al general retirado Alexander Butterfield, otro ayudante de Nixon. La investigación determinó que otros funcionarios de confianza de Nixon también deberían conocer de estas escuchas ilegales, incluyendo en las pesquisas a Charles Colson, Jeb Magruder, y John Mitchell, hombres del Partido Republicano dedicados a dirigir la campaña de reelección de Richard Nixon.
• Al conocerse la existencia de un sistema de grabación y espionaje de conversaciones dentro de la Casa Blanca, la comisión del Senado reclamó la entrega de las cintas de grabación registradas por la propia oficina presidencial (el Despacho Oval) de la Casa Blanca, pero el presidente Nixon se negó a ello alegando la inmunidad presidencial que se extendía a sus comunicaciones. La comisión del Senado reclamó entonces que esta inmunidad no podría invocarse para ocultar actos delictivos cometidos por el presidente o sus asesores.
• El viernes 19 de octubre de 1973 el propio Richard Nixon pidió al procurador especial del caso, Archibald Cox, que un senador del Partido Republicano (llamado John C. Stennis) revisara y transcribiera las cintas para entregar un resumen a los investigadores. Cuando Cox rechazó este pedido esa misma tarde, Nixon ordenó al Fiscal general de los Estados Unidos, Elliot Richardson, destituir a Cox en la noche del sábado 20 de octubre.
• Richardson renunció de inmediato en protesta, considerando que se trataba de un abuso de autoridad. El fiscal general adjunto, William Ruckelshaus, también renunció para no verse obligado a cumplir esa imprevista orden de Nixon, a la cual Rickelshaus también rechazaba como ilegal. Minutos después, esa misma noche, el presidente Nixon contactó con el Procurador General de los Estados Unidos, Robert Bork, para que destituyera a Cox. Bork accedió a cumplir esta orden. Este acto fue conocido como la «masacre del sábado por la noche» (Saturday Night Massacre en inglés) por la prensa de EEUU, al sorprenderse que la presión presidencial causara la vacancia de tres altos cargos en una sola noche.
• Las noticias de estos ceses causaron gran enojo en el Senado al ser conocidas el lunes 22 de octubre, en tanto mostraban un grave abuso de poder por parte de un Presidente de los Estados Unidos, pues se entorpecía maliciosamente una investigación del Senado y se ordenaba el cese arbitrario de un funcionario judicial.
• Ya el 29 de setiembre de 1973 la secretaria personal de Nixon, Rose Marie Woods, confesó a la comisión senatorial que había grabado conversaciones de Nixon con H.R. Haldeman, pero no fue sino hasta inicios de noviembre que el nuevo procurador, Leon Jaworski, consiguió las cintas. Cuando el 14 de noviembre de 1973 las cintas pudieron ser escuchadas en audiencia por el comité senatorial y por el juez John Sirica, se detectó un vacío de 18 minutos y treinta segundos.
• De inmediato Sirica ordenó que un panel de expertos evaluase esa cinta incompleta el 21 de noviembre de 1973, concluyendo los expertos que el vacío detectado se debía a un borrado de la cinta y no a un defecto técnico de la grabación o de la propia cinta. La comprobación del borrado de la cinta causó nueva controversia, y la secretaria Rose Marie Woods alegó que ella era culpable del borrado debido a un accidente el 1 de octubre de 1973, por el cual contestaba el teléfono en su despacho y a la vez transcribía el contenido de la cinta.
• Woods sostuvo que por estar distraída pisó un pedal que borraba cintas de grabación (lo cual era posible con los dispositivos de grabación magnética existentes en esos años) pero la posición de Woods para hacer esto implicaba que la secretaria estirase su brazo izquierdo para contestar el teléfono y a la vez estirase su pierna izquierda para apretar el pedal de borrado, pues ambos aparatos estaba muy alejados entre sí. Este hecho hizo dudar al juez Sirica de la versión de Woods sobre un borrado «accidental» y más bien aumentó las sospechas públicas de un borrado intencional. El contenido de esos 18 minutos y medio es desconocido hasta la actualidad.
• La comisión llegó a la conclusión de que varios asesores y consejeros de Richard Nixon eran culpables directos de los hechos acaecidos en el Edificio Watergate. Finalmente se reveló (y se difundió por la prensa) que Nixon había mentido con el fin de ocultar su participación en el escándalo. Asimismo, el Presidente había intentado sustraer a la investigación las cintas magnéticas que contenían las grabaciones de todas las conversaciones que tuvieron lugar en el Despacho Oval. Las cintas escuchadas por la comisión y el Juez Sirica resultaban comprometedoras pues mostraban que Richard Nixon estaba, al menos, enterado de los espionajes telefónicos e insistía en pagar sobornos a los acusados de irrumpir en el Hotel Watergate para así evitar chantajes hacia sus consejeros o asesores.
• Nixon abandona la Casa Blanca tras su dimisión, el 9 de agosto de 1974.
• El 1 de marzo de 1974 el jurado del proceso entregó al juez John Sirica una lista de siete funcionarios y asistentes del presidente Nixon que deberían ser acusados por el espionaje telefónico en el Edificio Watergate: H.R. Haldeman, John Ehrlichman, John Mitchell, Charles Colson, Gordon C. Strachan, Robert Mardian y Kenneth Parkinson, llamados por la prensa «los Siete de Watergate». En la lista de acusados se incluía secretamente al propio presidente Nixon, junto con John Dean y Jeb Magruder.
• Las investigaciones llevadas a cabo por el FBI y después por el Comité de Watergate en el Senado, el House Judiciary Committee y la prensa revelaron que este robo fue sólo una de las múltiples actividades ilegales autorizadas y ejecutadas por el equipo de Nixon. También revelaron el enorme alcance de los crímenes y abusos, que incluían fraude en la campaña, espionaje político y sabotaje, intrusiones ilegales, auditorías de impuestos falsas, escuchas ilegales a gran escala, y un fondo secreto en México para pagar a quienes realizaban estas operaciones. Este fondo también se usó para comprar el silencio de los cinco hombres que fueron imputados por el robo del 17 de junio.
• Tras defenderse de las acusaciones, la posición de Richard Nixon se debilitó muchísimo cuando al empezar el proceso contra los Siete de Watergate la Cámara de Representantes inició un proceso de enjuiciamiento contra él el 27 de julio de 1974, por la acusación de obstrucción a la justicia, dos días después se aprobó acusarlo por abuso de poder y el 30 de julio se agregó la acusación de desacato al Congreso.
• Ante esta situación, Nixon presentó su dimisión mediante un mensaje televisado en la tarde del 8 de agosto de 1974 antes de terminar el proceso, abandonando sus funciones como Presidente de EEUU y saliendo de la Casa Blanca con su familia en la mañana del día siguiente.
• Su vicepresidente, Gerald Ford le sucedió inmediatamente y asumió el poder al mediodía del 9 de agosto. Su primera acción oficial fue indultar a Nixon, con lo que se detuvo todo procedimiento judicial contra él.
• Durante años, el público especuló y discutió acerca de la identidad del confidente que ofreció a Bob Woodward acceso a información privilegiada y fue vital para la cobertura que hizo el Washington Post sobre el caso. De hecho Woodward se negó en todo momento a dar datos sobre este informante y el propio Garganta Profunda cuidó mucho su anonimato, fijando a lo largo del escándalo que la entrega de información se daría sólo cuando él mismo lo considerase preciso (y nunca por pedido de Woodward).
• La verdadera identidad fue revelada finalmente por la revista estadounidense Vanity Fair, de la edición del 14 de junio de 2005 y cuyo contenido se dio a conocer el 31 de mayo como adelanto. Se trataba de W. Mark Felt, el antiguo director adjunto del FBI bajo la presidencia de Nixon. A la edad de 91 años, deseó «liberar su conciencia». El periódico Washington Post confirmó la noticia horas después.
• Mark Felt como agente del FBI trabajó largamente con Bob Woodward en labores de inteligencia. Después de que fue «licenciado» de sus actividades, Felt le daba datos de inteligencia desde dentro del FBI aprovechando su vasta red de contactos que accedían a información secreta sobre actividades de espionaje.
• Felt era todavía funcionario del FBI durante el escándalo Watergate y no sería sino hasta tres décadas después que sería identificado como «Garganta Profunda», apodo que recibió para mantener su anonimato, nombre que estaba inspirado en una popular película pornográfica de los 70’s.
• El 18 de diciembre de 2008, murió el artífice de uno de los escándalos más importantes por los que atravesó Estados Unidos como consecuencia de un fallo cardíaco congestivo.
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