¿Sabías que la mayoría de los pájaros machos no tienen pene? Descubre otros datos de las aves y de las abejas que te sorprenderán.
El sexo, además de ser necesaria para la existencia de las especies, es una actividad que libera numerosos beneficios físicos, mentales y hasta emocionales. A pesar de las críticas morales, los científicos han investigado acerca de esta práctica tanto en animales, plantas y humanos. Los resultados han sido variados, e incluso, sorprendentes.
Si contáramos los datos curiosos que cada uno sabe respecto al proceso de reproducción, jamás terminaríamos. Por lo que, para añadirle un poco de conocimiento a esa lista, les compartimos diez hechos de la vida sexual de las aves y de las abejas.
De las aves:
• La mayoría de los machos no tienen penes. Cerca del 97% de las especies no desarrollan esa parte del aparato reproductor. De acuerdo con un estudio, este fenómeno se debe a la célula llamada “apoptosis” (o “muerte celular programada”). ¿La razón? Se cree que las hembras prefieren la ausencia del pene, ya que de ese modo “[los machos] son menos capaces de acercarse a las hembras, dejándoles la opción de escoger la mejor opción para reproducirse.”
• Las aves se excitan con un “beso cloacal”. Es el método que utilizan las aves para reproducirse, donde ambos animales implicados rozan sus respectivas cloacas (orificio final del tracto digestivo). Realmente el proceso es breve.
• Los machos hacen un espectáculo para atraer a las hembras. Pueden alardear su plumaje brilloso y colorido, hinchar su pecho o hacer sonidos predominantes; los machos sólo intentan seducir a su futura pareja sexual.
• Los patos tienen penes en forma de sacacorchos. Sorprendentemente, esta forma se adapta a la estructura vaginal de las hembras. Según estudios científicos, esto se ayuda a prevenir la implantación de espermatozoides cuando el sexo no es consensuado.
• Algunas hembras practican el poliamor. Aunque el 90% de las aves tienden a ser monógamas, existen hembras que optan por ser polígamas (tienen más de dos parejas sexuales).
• Los pingüinos tienen un largo periodo de incubación. Las hembras incuban un huevo durante el invierno de la Antártica (mayo o junio), después van a patinar para buscar comida; por mientras, los machos, sin haber comido, incuban los huevos con sus pies, durante 65 a 75 días. De modo que, cuando las madres regresan, regurgitan la comida que colectaron a lo largo de su ausencia y así alimentar a sus crías.
De las abejas:
• Las jóvenes abejas reinas hacen un vuelo de apareamiento, cuando los zánganos están al final de sus vidas. Cuando las abejas están iniciando su proceso de reproducción, una semana salen de la colmena para aparearse con una docena de zánganos; los cuales clavan su endofalo en la reina. Entonces, el macho comete un “suicidio sexual”, ya que muere una vez que inseminó a la hembra.
• Los zánganos no tienen padres. Hay tres tipos de abejas: la reina, las abejas obreras (quienes son hembras) y los zánganos (los cuales son un pequeño porcentaje de la colmena). Hay ocasiones en que la abeja reina pone huevos sin fertilizar, por lo que no tienen padres.
• El regicidio es un hecho en la vida de las abejas. Cuando la fertilidad de la abeja reina empieza a fallar, las abejas obreras matan a la reina en una formación en bola.
• Este es el pene de los zánganos:
Con información de: Ecoosfera | Foto: Abejas pareja / Shbutterstock
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