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Horrores Humanos: Comunismo, terror y koolaid con cianuro en 'La Secta del Templo del Pueblo'

Horrores Humanos: Comunismo, terror y koolaid con cianuro en ‘La Secta del Templo del Pueblo’

“El gran edificio central estaba rodeado de colores brillantes. Parecía un aparcamiento lleno de autos. Cuando el avión descendió, los autos resultaron ser cuerpos. Montones y montones de cuerpos –cientos de cuerpos- llevando vestidos rojos, camisetas azules, blusas verdes, pantalones rosas, ropita infantil moteada.

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Parejas con sus brazos enlazados, niños abrazando a sus padres. Nada se movía. La ropa mojada colgaba de los tendederos.

Los campos habían sido arados hace poco. Las bananeras y las vides estaban floreciendo. Pero nada se movía.”

Esta fue la espeluznante descripción que Donald Neff , reportero de la Revista TIME, daría a su llegada a Jonestown, en Guyana; aquella colonia formada por los seguidores del “People’s Temple” (Templo del Pueblo), una secta religiosa de poco más de 900 miembros, protagonistas del “suicidio masivo” más grande registrado y sin duda, uno de los horrores humanos más escalofriantes de la historia, 913 fallecidos, entre ellos 276 niños.

El Templo del Pueblo: en busca del paraíso comunista

El Templo del Pueblo fue una organización religiosa fundada en los Estados Unidos en el año 1955 por el reverendo James Warren Jones (Jim Jones), bajo la denominación de iglesia cristiana pentecostal, pero que con el pasar de los años, modificó sus creencias religiosas hasta llegar a sostener una mezcla de comunismo y cristianismo, con una doctrina ecléctica que integraba la oposición al racismo, la deificación de su líder, la organización de una comunidad marxista autónoma y la efectiva prohibición de la deserción dentro de dicho culto, es decir, si decidiste formar parte del Templo de Pueblo, ya no había marcha atrás.

En 1963, el Templo del Pueblo empezó a abrazar oficialmente la idea de crear una comunidad agraria autosuficiente y aislada del resto de la sociedad, convocando a todos sus creyentes a unirse a este esfuerzo y salir de la zona de Indianápolis. El punto elegido por Jim Jones para la nueva sede del Templo del Pueblo fue la localidad de Ukiah, en California, desde 1965, cuando ya la mitad de la congregación estaba formada por personas de raza negra. A partir de esa fecha, Jim Jones manifestó su abierta ruptura con la Biblia cristiana y denunció a los Estados Unidos y al capitalismo como el Anticristo, proclamando que sólo el comunismo era la doctrina que aseguraría la salvación de sus feligreses.

Hacia 1971 y 1972 el Templo del Pueblo se trasladó a Los Ángeles y San Francisco, al advertir Jim Jones que su base de afiliados era muy reducida en la zona agrícola de Ukiah. Esta mudanza permitió acceder a una mayor comunidad negra residente en la zona, alcanzando hasta 3,000 adherentes a mediados de la década de 1970. No obstante que el pastor Jim Jones era la máxima autoridad del Templo del Pueblo, las decisiones importantes eran asesoradas y ejecutadas por una directiva y una junta de planeamiento, formada principalmente por feligreses de raza blanca. Esta élite directiva permitió que el Templo del Pueblo alcanzara mayores conexiones con las autoridades locales de San Francisco, obteniendo la congregación el control de hospicios y programas de ayuda a los pobres y drogadictos.

En esta etapa, los feligreses del Templo del Pueblo ya habían abrazado por completo la vida comunal, formando una comunidad físicamente separada del resto de la sociedad, que insistía en regir la vida de sus feligreses en todos los detalles y asumiendo por completo la educación de los niños existentes en el grupo, apartándolos de las escuelas.

Durante esta tema comenzaron algunos intentos de deserciones y acusaciones contra la “organización” por extorsiones, maltratos o explotación de sus seguidores. En 1977 Jim Jones, determinado alejarse de las miradas de la prensa tras denuncias de falta de pago de impuestos al gobierno federal de Estados Unidos y de brutales golpizas a feligreses que cuestionaban sus órdenes, decide mudarse de los Estados Unidos. JOnesnecesitaba de un lugar alejado donde poder llevar a cabo sus creencias sin ser perturbado, y es entonces cuando elige como destino, Guyana.

La vida en Jonestown, la comunidad del horror

Los miembros del grupo siguieron a Jim Jones desde Estados Unidos hasta la selva de Guyana, donde, según la doctrina de salvación de su líder, se edificaría en realidad un paraíso en la Tierra, lejos de Estados Unidos y de la sociedad capitalista. Allí Jones compró al gobierno de Guyana una amplia propiedad rural, allí edificó una comunidad llamada Jonestown, donde recibió a sus 900 seguidores.

Se considera que Jones eligió Guyana debido a ser un país de habla inglesa (facilitando las comunicaciones), con una población mayoritariamente de raza negra (lo cual excluía toda discriminación hacia sus seguidores negros), y con un gobierno seguidor de doctrinas socialistas (que por lo tanto no impediría operar al comunista Templo del Pueblo).

Muchos de los miembros del Templo del Pueblo creían que Guyana sería, como Jones prometió, un paraíso. En cambio, todos los miembros (incluyendo a los niños) terminaron criando animales y comida para el «Proyecto agrícola del Templo del Pueblo» seis días a la semana, desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, cuando era común que la temperatura estuviese a 38 °C.

Según algunos testimonios, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres mientras que Jones comía carne y otros alimentos refrigerados separado de los otros. Problemas médicos tales como diarrea severa y fiebres altas fueron padecidas por la mitad de la comunidad en febrero de 1978. Otros ex integrantes de la organización declararon que los miembros recibían comida distinta o de inferior calidad a la que recibía Jones.

Los miembros que tenían problemas de conducta eran encerrados en una caja de madera de medidas 2.5 x 1 m. Los que intentaban escapar eran drogados al punto de la incapacitación. Guardias armados patrullaban el pueblo día y noche para asegurarse de que las órdenes de Jones fuesen seguidas.

Los niños, entregados al cuidado comunal, se referían a Jones como «Papá» y solo se les permitía ver a sus padres brevemente durante la noche. Jones también era llamado «Padre» por los adultos.

La gente de los alrededores, incluyendo un oficial de policía, relataron historias de horror sobre duras palizas y un «hoyo de tortura», un pozo en donde Jones hacía que tiraran a los niños que no se comportaban, en la mitad de la noche. Jones asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo habitando el fondo del pozo, cuando lo que había en el fondo era un hombre contratado por Jones quien tiraba y doblaba las piernas de los niños mientras ellos descendían al pozo.

Se dice que los niños mayores eran amarrados desnudos, y que eran electrocutados en los genitales. Los oficiales de Guyana habían intentado investigar esta declaraciones pero se les prohibió entrar en la comunidad.

Jones, quien hacía tiempo que había creado una atmósfera de miedo y permanente amenaza externa, empezó a fomentar entre sus adeptos una sensación del «fin de mundo» sosteniendo que el Apocalipsis era un evento cercano y que el Anticristo estaba encarnado en el capitalismo que ansiaba destruir la congregación.

Las temidas “Noches Blancas”

Con sus facultades mentales deterioradas, Jones empezó entonces a arengar sobre «traidores», enemigos lejanos que querían destruir su sueño y amenazas de invasión desde «el exterior». Al borde de la paranoia, una o dos veces por mes impulsaba a sus adeptos a realizar, como «pruebas de lealtad», simulacros de suicidios masivos, que incluían la ingesta de falsas pociones de veneno. Jones llamaba «noches blancas» a esos ensayos.

En una declaración jurada, Deborah Layton –sobreviviente- escribió que durante una de esas noches, se le dijo a la gente que morirían, forzándolos a tomar jarabe sin endulzar que pensaban tenía veneno. Los pocos que vacilaron en tomarse el líquido fueron obligados a tomárselo.

La investigación de Leo Ryan

El 14 de noviembre de 1978, el congresista estadounidense Leo Ryan, viajó a la ciudad de Georgetown, localizada a 240 kms de Jonestown, acompañado de una delegación del Congreso, periodistas y algunos disidentes de la secta, para comprobar si eran ciertas las acusaciones de fraude, lavado de cerebro, encarcelación y tráfico de drogas y armas, entre otras.

El 17 de noviembre, Ryan y su asistente lograron entrevistarse con varios integrantes del grupo comunitario. La visita se desarrolló en un clima cordial.

A la mañana siguiente antes de que Ryan regresara, el ambiente cambió. Algunos residentes le pidieron con desespero abandonar la colonia con él. Esto desencadenó la furia de algunos de los miembros más fanáticos e incondicionales, mientras que Jones lo considero una traición imperdonable.

Alrededor de las 3:00 p.m., Ryan y 14 desertores de la comunidad, entre ellos, Larry Layton fueron llevados a la pista de aterrizaje de Kaituma, el poblado más cercano a la comunidad de Jonestown. Una vez dentro del avión, Larry Layton disparó contra los ocupantes, hiriendo a varios. Posteriormente, miembros de la comunidad que habían escoltado el carro de Ryan, dispararon contra el avión, asesinando al congresista, a tres periodistas, a uno de los desertores e hiriendo a otros nueve. Luego de acribillar el cuerpo del congresista, le dispararon en la cara. Los supervivientes del ataque huyeron a campos próximos.

El “suicidio revolucionario” orquestado por Jones

Al mismo tiempo, el horror ya tenía lugar en la colonia. Jim Jones convocó a toda la congregación en Asamblea para anunciar que el momento del “suicido revolucionario” había llegado. Mientras se preparaba la letal poción, Jones presionaba a sus fieles para que la bebieran y les hablaba de los terribles castigos que sufrirían aquellos que intentasen huir.

Estos momentos están grabados en la llamada “Cinta de la muerte (Death Tape)”, uno de los documentos sonoros más perturbadores del siglo XX.

Poco a poco, todos los miembros del Templo del Pueblo fueron tomando el veneno. Odell Rhodes, una superviviente de la masacre, vio como la gente, sedada después de tomar el veneno (que contenía tranquilizantes), se dejaba caer en cualquier lugar esperando la muerte, que no tardaba más de cinco minutos en llegar. Las familias morían juntas, abrazadas durante ese último ritual sobre la Tierra.

Según el documental Índice de Maldad realizado por Discovery Channel, se asegura que no fue un suicidio, sino un homicidio masivo, ya que fue Jim Jones quien obligó a su pueblo a beber e inyectar cianuro, empezando por los niños -quienes no cometerían un “suicidio” como tal, ya que se les obligó a tomar el letal veneno mezclado con alguna bebida-, los bebés fueron inyectados al igual que los ancianos.

James decía que «la muerte sólo era el tránsito a otro nivel» y «esto no es un suicidio, sino un acto revolucionario».

Jones fue encontrado muerto entre otros dos cuerpos. La muerte fue causada por una herida de bala en la cabeza infligida por él mismo.

Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.

@daormazabal para @Culturizando
Fuentes: Jonestown: The Life and Death of Peoples Temple | «Culto de la muerte: la pesadilla de Jonestown» Revista Time | Wikipedia

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