Estados Unidos ha sido la cuna de muchos de los asesinos seriales más famosos y mediáticos de la historia. Samuel Little es quien más víctimas posee con 50 identificadas, aunque él afirma haber matado a 93 personas.
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Una vida ligada al crimen
Samuel Little nació el 7 de junio de 1940 en Georgia, Estados Unidos. Toda su vida estuvo ligada al crimen y las calles. Desde los 16 años tuvo encuentros con la ley y fue arrestado por secuestro, robo a mano armada e incluso violación, pero siempre lograba salir de prisión. Sus delitos tuvieron lugar en alrededor de 12 estados, pero las entidades policíacas lo veían como un vagabundo y nunca le prestaron mayor atención.
En 2012 fue detenido en un albergue para indigentes situado en Kentucky. En California se le buscaba por crímenes relacionados a drogas y pidieron su extradición; cuando su ADN ingresó en la base de datos, coincidió con el que estuvo presente en el asesinato de tres mujeres entre 1987 y 1989.
El ADN de Little fue entregado al Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI) y se le relacionó con un asesinato en Texas. Sufrió otra extradición, esta vez al estado sureño.
Allí, James Holland, un detective identificado por The Washington Post, logró ganarse su confianza para así interrogarlo sobre su pasado delictivo. El convicto confesó haber matado a 93 personas entre 1970 y 2005.
Samuel Little: asesino en serie
Gary Ridgway había sido el mayor asesino en serie en la historia de Estados Unidos. En las décadas de los 80 y 90, el “asesino de Green River» presume haber matado a más de 80 personas y cuenta con 49 víctimas identificadas.
Samuel Little ofreció declaraciones en donde confesó haber asesinado a 93 personas. El FBI ha confirmado que posee historial delictivo en 24 estados y cuenta con 50 víctimas identificadas, situándose como el mayor asesino en serie que ha tenido la nación norteamericana.
La mayoría de sus víctimas fueron mujeres en situación de calle, pobres o drogadictas. Little posee carisma y gracias a ello pudo acercarse a las personas. Sus métodos para matar tampoco fueron muy sanguinarios, siendo la estrangulación su favorito, pero en la mayoría de los casos, las muertes no parecían haber sido un homicidio.
“El método de matar de Little no siempre dejó signos evidentes de que la muerte fue un homicidio. Sin puñaladas ni heridas de bala, muchas de estas muertes no se clasificaron como homicidios, sino que se atribuyeron a sobredosis de drogas, accidentes o causas naturales”, comunica un informe del Programa de Captura de Criminales Violentos del FBI.
El homicida no muestra remordimiento alguno por sus actos, todo lo contrario, se muestra orgulloso por ellos. El FBI ha publicado una serie de entrevistas en las cuales Little narra con mucho detalle varios de sus asesinatos. “Da miedo la claridad que tiene sobre ciertas cosas después de todo este tiempo. Recuerda nombres y caras”, expresó Michael Mongelluzzo, detective del condado Marion.
Little también ha hecho retratos de sus víctimas, los cuales han sido publicados para ayudar a que las 43 personas que restan en su lista de homicidios sean identificadas. El asesino está condenado a cadena perpetua sin libertad condicional, pero todo indica que, para él, no hubo nada malo en sus actos. “Dios me hizo de esta manera, entonces ¿por qué debería pedir perdón? Dios sabía todo lo que hacía”, concluyó ante The New York Times.
Con información de BBC / El País / Foto: Wikimedia
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Autor:
Luis Mejías
