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Horrores Humanos: Ed Gein, el verdadero Norman Bates

Horrores Humanos: Ed Gein, el verdadero Norman Bates

El momento clave de Psicosis, de Alfred Hitchcock, probablemente es cuando nos enteramos de que la madre de Norman Bates está muerta y momificada y nos damos cuenta que, el amable Norman, es realmente es un loco psicópata, y el responsable de los asesinatos.

Bien, lo que encontró la policia el 17 de noviembre de 1957, en una granja desvencijada, ubicada en Plainfield, Wisconsin, (EEUU) hace parecer a la obra maestra de Hitchcock como una pelicula de Disney (¡y de las nuevas! ya que en las viejas siempre mataban a la mamá de alguien).

INTERESANTE

El responsable de este horror, y propietario de está vivienda, era el tranquilo y amanerado Eddie Gein.

Nacido el 27 de agosto de 1906, en La Crosse, Wisconsin, Edward Theodore Gein, era el segundo de dos hijos, su padre George Gein, era un alcohólico, prácticamente inútil, mientras que su madre Augusta, era el principal sosten del hogar.

Augusta, una fanática religiosa con carácter furibundo, maltrataba a su esposo George, a quien condsideraba una “criatura inútil”, incapaz de mantener un trabajo.

Con mucho esfuerzo, Augusta ahorró el dinero suficiente para comprar una granja en las afueras y así alejar a sus hijos del pecado de la ciudad.

Una vez mudados a Plainfield, los dos muchachos Gein eran habitualmente maltratados por su madre, quien consideraba que estos iban a seguir los pasos de su padre.

Su hermano mayor Henry, a pesar de haber tenido la misma crianza que Eddie, se convirtió en un trabajador incansable, y era muy respetado en la comunidad, Eddie por la otra parte, cada vez era más apegado a su madre, a quien idolatraba, y la consideraba la mejor persona del planeta.

En 1940, muere George Gein, y ambos Henry y Eddie, salieron a buscar trabajo para poder mantener la granja. Henry hacia trabajos en otras granjas, mientras que Ed, se dedicaba a cuidar niños en las cercanías.

Como niñero Eddie disfrutaba mucho con los pequeños, ya que al haber sido criado prácticamente sin ningún vínculo emocional hacia ninguna persona que no fuese su madre, Ed carecía de inteligencia emocional.

Con el pasar del tiempo, Henry, quien era el más estable de la familia, comenzó a discutir habitualmente con su madre, esto horrorizaba a Ed, quien la consideraba una deidad.

Es por esto que la muerte prematura de Henry en 1944, tiene un halo de misterio.

Ese día Henry y Ed, estaban apagando un pequeño fuego cerca de su granja, cada uno siguió una ruta distinta y una vez sofocado el incendio Henry desapareció. Esto fue lo que el apacible Ed, le dijo a la policía. Sin embargo una vez armada la partida de busqueda, Ed los guió directamente al cadáver de su hermano.

La policía inmediatamente descartó el asesinato, considerando que Eddie era incapaz de hacerle daño a otro ser humano, mucho menos a su hermano.

Eddie por fin era feliz, ya que quedó con su único y verdadero amor, su madre Augusta. Aunque la felicidad de Eddie duró muy poco ya que en diciembre de 1945, su madre muere de un ataque.

Eddie se encontró, por primera vez en su vida solo; solo y sin ningún tipo de ataduras morales.

El comienzo de la locura

El gran placer de Eddie (aparte de lo obvio), era la lectura, era un lector ávido. Sus temas favoritos eran los libros de anatomía, los obituarios, los Nazis y las historias de los cazacabezas de los mares del sur. Mientras realizaba sus trabajos como niñero, le contaba a los niños muchas historias sobre estos.

Poco a poco comenzó a obsesionarse con las tumbas, y através de su habitual lectura de obituarios que se enteró de la muerte reciente de una mujer de las cercanías.

Como Eddie nunca había visto una mujer desnuda y mucho menos estar con una, decidió dar un paseo por el cementerio y exhumar el cadaver de la reciente fallecida.

Sus visitas al cementerio comenzaron a hacerse habituales y a su vez su colección de partes de cadaveres comenzó a crecer.

Veran, Ed estaba obsesionado con el poder que tenían las mujeres sobre los hombres, así que constantemente fantaseaba con ser mujer. Por eso Gein le quitaba la piel a los cadáveres (¿recuerdan el filme El Silencio de los Inocientes?) y la usaba como ropa, tambien le gustaba ponerse los genitales femeninos encima.

Extrañas desapariciones

Entre 1945 y 1957, aumentaron los casos de personas desaparecidas en Wisconsin, 4 casos en especifico tenían a las autoridades desconcertadas.

El primero: Georgia Weckler de solo 8 años, desapareció de su escuela el 1 de mayo de 1947. Se realizó una busqueda intensiva que no llevó a nada. Su caso solo fue reabierto una vez atrapado Gein.

El Segundo: Evelyn Hartley, de 15 años, que desapareció 6 años después, mientras cuidaba unos niños en el La Crosse. Solo se encontraron objetos pertenecientes a ella cubiertos de sangre en una autopista cercana.

El Tercero: En 1952 Victor Travis y Ray Burgess, pararón en un bar mientras se dirigían a cazar venados. Nunca se volvió a saber de ellos ni del automovil que conducían.

El Cuarto: Mary Hogan, la dueña de una taberna, desapareció de su negocio en diciembre de 1954.
De estos 4 casos el único comun denominador, es que ocurrieron en Plainfield, Wisconsin.

El descubrimiento

El 17 de noviembre de 1957, el Sheriff Arthur Schley, siguiendo una serie de pistas sobre la desaparición de la encargada de una ferretería llamada Bernice Worden, se dirigió a la Granja de Gein, quien había sido el último cliente antes de su desaparición.

Al entrar en la casa, Schley y su ayudante, se encontraron con una imagen perturbadora, la casa era un desorden total, llena de alimentos en descomposición, con un olor repugnante.

Mientras el Sheriff se adentraba a la casa, iban apareciendo mas señales de que algo no estaba bien allí. Al llegar a la cocina, mientras revisaba con su linterna, algo rozó su manga. Resutó ser un cadaver que colgaba de sus extremidades, decapitado y destripado. Una imagen bastante común para un pueblo acostumbrado a la cacería de venados, pero al acercarse se percató, que no era un venado sino la infortunada señora Worden, madre de su ayudante Frank Worden.

Resulta que el descubrimiento de Beatrice Worden, era solo un abrebocas macabro. Habían entrado en la granja de la muerte.

Memorabilia Macabra

Sobre el mostrador había un extraño bol hecho con la parte superior de un craneo; todas las pantallas de las lamparas y la cesta de la basura, estaban hechas con piel humana, había una silla forrada también con piel humana, un cinturón hecho con pezones, una cabeza, cuatro narices y un sillón humano y para el final les aguardaba algo peor: Un traje hecho exclusivamente de piel humana y una colección de nueve mascaras de piel humanas con su cabellos.

La única habitación de la casa que parecía normal era una sellada con tablones en la puerta y perfectamente ordenada… la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945, doce años antes, la habitación había estado cerrada con clavos como un sepulcro. Ed explicó a la policía, después de su detención, que después de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con él durante más de un año, hablándole mientras se adormecía. Dijo que había sido en esa época cuando desarrolló su fascinación por la anatomía. Le fascinaban los reportajes sobre la operación de cambio de sexo y se planteó en convertirse él mismo en mujer.

El no-juicio y el final de un prisionero modelo

Gein declaró que tan sólo recordaba, muy confusamente, haber matado a Bernice Worden, y que los demás restos humanos que se habían hallado en la granja pertenecían a nueve cadáveres que había sacado del cementerio. Explicó que en los últimos años sentía de vez en cuando la necesidad de profanar tumbas, y que en algunas ocasiones incluso conocía a las víctimas en vida y se enteraba de sus muertes leyendo los periódicos. Luego, en la noche del entierro, se dirigía al cementerio, sacaba el cadáver y rellenaba de nuevo la tumba (eso lo pudo comprobar la policía más tarde, cuando al exhumar las tumbas, algunas de las que Gein había dicho, se encontraban vacías).

Muchos de los objetos domésticos y muebles que se descubrieron a raíz del arresto de Gein, procedían de las profanaciones de tumbas. Unas veces arrastraba cadáveres enteros hasta su casa, otras cortaba las partes más interesantes y se las llevaba como recuerdo.

Los médicos del hospital Central del Estado decidieron que el Gein no estaba capacitado para ir a un juicio.

Fue internado hasta 1968, cuando después de un juicio que duró una semana, se le declaró culpable de dos asesinatos: el de Mary Hogan y el de Beatrice Worden. Pero al aducirse su locura, es de nuevo internado.

El caso de Ed Gein es, desde un punto de vista médico, uno de los más complejos de la criminología. Voyerismo, fetichismo, travestismo y puede que necrofilia, integraban su personalidad.

Sin embargo, a medida que se iba conociendo su verdadera historia se hizo evidente que esas perversiones eran meras manifestaciones de una psicosis profunda, un trastorno mental que tenía sus raíces en la relación anormal con la madre.

Cuando los psiquiatras comenzaron a considerar las posibles razones de su comportamiento patológico, supusieron que se trataba de un caso de «Complejo de Edipo», que Gein estaba enamorado de su madre y que a raíz de su muerte se obsesionó en buscar a alguien que la sustituyera, pues se encontraron extraordinario parecido entre sus víctimas y su madre. De niño, buscaba el amor de su madre de manera obsesiva, que le era negado una y otra vez, fue así como en su mente se desarrolló una nueva personalidad, un Ed que odiaba a la mujer.

Gein murió por insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984, tras décadas de reclusión en una unidad psiquiátrica, donde curiosamente resultó ser un «paciente modelo». En la actualidad, sus restos se encuentran en el cementerio de Plainfield, al lado de los de su madre…

Espera pronto una nueva entrega con otro de los @HorroresHumanos, que nunca deben ser olvidados, para así jamás ser repetidos.

@elchevequebb para @Culturizando   Tweet

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