Una triste historia de la que muchos somos testigos constantemente es que nuestro Mac ha dejado de ser tan veloz como lo era antes. Y realmente es un problema común, pues, con el uso diario, el sistema acumula archivos que no necesita y el espacio del disco comienza a llenarse de archivos misteriosos.
Por suerte, no hace falta romperse demasiado la cabeza para devolverle la fluidez que tanto le ha caracterizado. Sin embargo, para no poner en riesgo nuestros datos importantes ni la estabilidad del sistema, se debe hacer de forma segura.
Los restos de aplicaciones son el problema oculto
Uno de los principales responsables de la falta de velocidad de los Mac son los archivos que las aplicaciones dejan atrás. Si arrastra un programa hasta la papelera, parece ser la solución definitiva; la realidad es otra, pues este método casi siempre deja archivos residuales, archivos de preferencias que guardan una configuración, datos de soporte e incluso agentes de inicio que pueden seguir ejecutándose en segundo plano. Después de decenas de aplicaciones instaladas y eliminadas, con el tiempo, estos restos se suman y consumen un valioso espacio.
Esto es especialmente fundamental con softwares complejos, como los controladores para periféricos. Un buen ejemplo son los drivers de DisplayLink, que algunos usuarios instalan para monitores externos. Sin embargo, esto necesita un método particular para erradicar los archivos de raíz, por lo que lo mejor será consultar la guía completa sobre cómo realizar una desinstalación profunda.
La acumulación diaria
Diariamente, el Mac también genera basura. Cada vez que usamos algún programa o navegamos por internet, se guardan archivos temporales conocidos como caché. Si bien estos archivos están destinados a ayudar a que las webs y aplicaciones carguen más rápido, su acumulación excesiva puede causar el efecto contrario.
Podemos acceder a la caché de usuario a través de Finder. En el menú superior, selecciona Ir y luego Ir a la carpeta…; allí debemos escribir ~/Library/Caches y presionar Enter.
De inmediato se verán decenas de carpetas, pero aquí se debe hacer una aclaración: podemos borrar los archivos dentro de estas carpetas, pero nunca eliminar las carpetas en sí.
Un truco sencillo del que nadie habla
Si bien el escritorio ordenado puede parecer simplemente una cuestión estética, la realidad es otra, ya que un escritorio lleno de archivos puede ralentizar tu Mac.
Este sistema operativo en particular trata cada ícono del escritorio como una ventana individual, por lo que cada uno consume recursos de memoria que podrían aprovecharse en otras tareas. Por lo tanto, mantener un escritorio despejado es una buena forma de ganar algo de rendimiento.
Una buena idea es usar la función de Pilas de macOS, para la cual solo tendremos que hacer clic derecho en el escritorio y seleccionar Usar pilas; con esto, la computadora agrupará todos los archivos por tipo, despejando el escritorio al instante.
Archivos grandes y olvidados
A veces el problema no es la basura pequeña, sino unos cuantos archivos gigantes que hemos olvidado en alguna carpeta, como en la carpeta de Descargas, por ejemplo. Con frecuencia aquí tendremos un cementerio de instaladores, documentos PDF de un solo uso y archivos ZIP que ya no necesitamos.
Sin embargo, macOS incluye una herramienta muy útil para esta tarea que podemos encontrar yendo al menú Apple, Acerca de este Mac, y luego a Almacenamiento y Gestionar. Aquí podremos ver una categoría de archivos grandes, lo cual facilitará la revisión. Para más detalles sobre su uso, siempre puedes consultar la información oficial de Soporte de Apple.
Sin duda, mantener nuestro Mac limpio es una tarea más sencilla de lo que parece. Y la clave de la fluidez es la limpieza periódica y segura del equipo.
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