El mundo cinematográfico vive momentos emocionantes con la reciente producción Emilia Pérez, dirigida por el visionario francés Jacques Audiard. Esta película, que desafía los géneros y despliega un despliegue visual único, se sumerge en la identidad, la transformación y la libertad a través de una historia centrada en cuatro mujeres en México. En el epicentro de este drama se encuentra Emilia Pérez (Karla Sofía Gascón), una poderosa líder de cartel que desea vivir como su verdadero yo y que acude a Rita (Zoe Saldaña) en busca de ayuda. Con un reparto latino estelar que incluye a Selena Gómez y Edgar Ramírez, el filme ya ha causado revuelo en Cannes, donde se alzó con el Premio del Jurado y sus cuatro actrices principales compartieron el galardón a la Mejor Actriz. En un encuentro reciente, conversé con Gómez y Ramírez sobre su experiencia en esta inusual y cautivadora historia.
En el transcurso de la charla, Edgar Ramírez y Selena Gómez reflexionaron sobre la relación de sus personajes. Uno de los aspectos más cautivadores de su conexión es cómo Jacques Audiard decidió mostrarnos solo fragmentos de su historia de amor. Le pregunté sobre el porqué de esta decisión, que deja entrever una historia de fondo pero no permite conocerla por completo.
“Eso me encanta”, respondió Ramírez. Gómez agregó: “Creo que podría haber una historia. Jacques nos permitió explorar y jugar con nuestra química, lo cual fue realmente especial. Nos dio la libertad de interpretar lo que ese amor significa para cada uno de nosotros, y creo que eso se siente en pantalla. Para mi personaje, es como si estuviera buscando una segunda oportunidad para encontrar el amor, incluso si es caótico”.
La libertad que Audiard les brindó fue clave para ellos. Ramírez explicó: “Jacques nos dio espacio para explorar sentimientos que surgieran espontáneamente en el momento. Eso creó un ambiente donde ambos pudimos construir un vínculo verdadero y sentir una historia de amor, en medio de toda la intensidad que rodea la película”.
Audiard también se valió de un enfoque sumamente íntimo y realista para capturar la complejidad de sus personajes. En una de las escenas más impactantes, los personajes de Ramírez y Gómez se embarcan en una secuencia que refleja su amor en un contexto de caos y violencia. Selena confesó que fue una escena desafiante de rodar, pues fue la primera que filmaron juntos.
“Recuerdo que, al iniciar la escena, simplemente nos miramos y dijimos ‘Vamos a por ello’,” compartió Gómez. “Esa fue una de las primeras escenas y nos obligó a conocernos rápidamente y sentirnos cómodos. Edgar y yo tuvimos que encontrar esa confianza y crear nuestro propio espacio seguro en una escena intensa”.
Ramírez añadió: “Fue un proceso de mucha comunicación y apoyo. Sabíamos que sería un rodaje intenso, pero ambos teníamos una relación de respeto y confianza que nos ayudó a enfrentarlo. Es una película que habita una ‘realidad aumentada’, y tener esa conexión especial entre nuestros personajes dentro de ese entorno caótico resultó en un contraste fascinante.”
Emilia Pérez se mueve entre el caos del mundo del crimen y la búsqueda de libertad de sus personajes, explorando temas de amor, identidad y redención. La relación entre los personajes de Ramírez y Gómez evoca una intensidad que se percibe casi como una ópera trágica. Ramírez comparó el amor de su personaje por Jesse, el rol de Gómez, con el de una tragedia, mencionando que el final de la película se asemeja a una ópera.
“Hay algo en este amor que va más allá de lo físico y se convierte en una especie de delirio pasional”, comentó. “Es un romance como el de Romeo y Julieta, donde los personajes son arrastrados por sus emociones y hacen locuras en nombre del amor. Creo que todos pueden relacionarse con ese sentimiento, con esa disposición a enfrentar cualquier cosa por alguien a quien amas”.
Esta intensidad romántica en medio de la violencia resalta aún más gracias a la interacción cuidadosa entre Gómez y Ramírez. “Cuando se rueda una historia así, el director tiene que construir un entorno en el que los actores puedan explorar emociones sin miedo,” dijo Ramírez. “Jacques nos guió a través de estos contrastes, mostrando cómo nuestros personajes encuentran consuelo mutuo en medio de un mundo caótico.”
En cuanto al trabajo con Jacques Audiard, tanto Gómez como Ramírez expresaron su admiración y respeto por el director. Para Gómez, esta fue su primera colaboración con Audiard, y describió la experiencia como un sueño: “Para mí, fue un honor que Jacques confiara en mí para interpretar este personaje. Es un genio en su campo, y fue realmente especial poder trabajar bajo su dirección”.
Ramírez, por su parte, expresó una conexión profunda con el cine francés, destacando que su carrera internacional comenzó con el filme Carlos de Olivier Assayas, que le abrió las puertas en la industria. “Siempre he tenido un gran respeto por el cine francés y una conexión especial con sus directores. Jacques es uno de los directores más importantes de su generación, y haber trabajado finalmente con él fue una experiencia enriquecedora”.
El entusiasmo de Ramírez y Gómez por esta película no solo se basa en el guion y en el director, sino en la transformación personal y profesional que representa. Esta historia, como el mismo Ramírez señala, “permite desafiar las etiquetas y explorar facetas del amor y la identidad que son universales”. Ambos actores sintieron que la película representa una rara oportunidad de hacer algo verdaderamente innovador y honesto dentro del género dramático.
Para Gómez, Emilia Pérez es un proyecto que le permitió conectarse con su herencia latina de una forma más profunda y representarla en la pantalla. “Este es uno de esos proyectos que realmente me tocaron”, mencionó. “Sentí que esta historia, estos personajes y el mensaje de Jacques, me dieron la oportunidad de ser auténtica”.
Emilia Pérez se perfila como una película que, más allá de su atractivo visual y su historia de amor única, aborda temas universales con una perspectiva fresca y auténtica. Esta película es un recordatorio de que el amor puede ser tanto una fuente de consuelo como de caos, y que nuestras relaciones, al igual que los personajes de Ramírez y Gómez, pueden hallar paz en medio de la tormenta.
La relación entre los personajes de Gómez y Ramírez, dirigida con maestría por Audiard, captura la esencia de una conexión genuina que sobrevive al entorno violento y caótico en el que viven. Es un tipo de amor que, aunque efímero, es tan fuerte que perdura, y el público, al igual que los actores, no podrá evitarlo.
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