Desde su estreno en 1972, ‘El padrino’ de Francis Ford Coppola se ha consolidado como una de las producciones más importantes en la historia del cine. ¡Te invitamos a conocer cómo Gordon Willis introdujo el tenebrismo en el cine contemporáneo!
El padrino, el poder tras las tinieblas
El padrino (1972) comienza con una de las escenas más memorables e icónicas dentro de la historia del cine. Una imagen cercana, en primer plano, nos presenta el rostro de Bonasera, un viejo inmigrante italiano que ha acudido ante Don Vito Corleone, también conocido como «El padrino», para pedir justicia.
En la medida en que la escena avanza, la imagen, iluminada cenitalmente -desde arriba-, comienza a distanciarse, otorgando a la audiencia cada vez más información de quién es el personaje que habla, cuáles son sus necesidades, su expresión corporal, y muy importante, el entorno que lo rodea. Don Vito Corleone, incluso en el día de la boda de su hija, Connie, ha decidido aceptar las visitas concernientes a sus negocios cotidianos, aunque muchas de ellas realmente radican en «favores». Mientras Bonasera pide ayuda para ajusticiar a los criminales que han abusado de su hija, Don Vito escucha atentamente mientras acaricia a un gato.
No obstante, en la imagen inicial de la película, la genialidad no se encuentra en los diálogos, ni en las excepcionales caracterizaciones por parte de los actores, sino en el brillante empleo de una técnica de fotografía que, para la fecha, correspondía a un cambio radical del paradigma que se sostenía, sobre la forma de iluminar una escena en un set de rodaje. En esta primera escena, así como en buena parte del filme, el uso de luces y sombras, selectivamente, contemplarían un fin narrativo casi tan importante como la construcción del guion en sí mismo.
Mientras que Bonasera es iluminado desde una perspectiva cenital, lo cual se nos presenta, de inmediato, como un personaje vulnerable, carente de poder y de pasivo accionar; Don Corleone es visto, literalmente, desde las sombras, subexpuesto y con una mirada que, simplemente, no podemos descifrar.
Es el enigma tras la oscuridad lo que, precisamente, produce el efecto de enigma, misterio y poder. Este último, en particular, es apreciado únicamente a través de las tinieblas, en contraposición a otras imágenes de la cinta donde, mientras más luz exista en la escena, más inocencia y bondad serán los temas de los personajes que la ocupen.
¿Qué significan las luces y sombras en la fotografía de El padrino?
En la década de los 70, cuando casi todas las películas eran filmadas por medio de una fotografía plenamente iluminada, en función de evitar las sombras a toda costa, el director de fotografía Gordon Willis decidió filmar una cinta en la más absoluta de las penumbras.
Y es que, junto a la arriesgada visión del, para entonces joven y ambicioso cineasta, Francis Ford Coppola, el uso de luces y sombras con fines narrativos, permitía exteriorizar los sentimientos y emociones de los personajes, otorgándoles a cada uno de ellos un carácter único en la cinta.
Gracias a que personajes como Santino y Kay son iluminados plenamente -dando a conocer que ambos son figuras expuestas, demasiado honestas y, en ciertos momentos, inocentes y vulnerables-, es posible concluir que, en el código de El padrino, la luz es directamente proporcional a la distancia que se tiene con respecto a los negocios de la familia Corleone, y con ello, la ambición, la venganza y la complejidad de sus miembros.
En consecuencia, el empleo de sombras y oscuridad dentro de la imagen, nos sugiere un entendimiento de lo que sucede, en vista de que, una vez más, todos los negocios que conducen al poder transcurren en las tinieblas.
Asimismo, la iluminación lateral se compone a partir de la premisa de pertenecer, pero no del todo, a la atmósfera de la familia Corleone. Un claro ejemplo de ello es Tom Hagen, el abogado consigliere, e hijo adoptivo de Don Vito. Para Tom, la iluminación casi siempre está contemplada para resaltar la mitad de su rostro, y así, tal y como la naturaleza de su personaje, evocar el hecho de que, a pesar de que forma parte de la familia, nunca será del todo un Corleone.
No obstante, si bien al inicio de la cinta Don Vito Corleone es quien se lleva la mayor parte de las sombras, este característico rasgo será heredado por su hijo, Michael, quien, al final de la película, abrazará el poder en una figura incluso más oscura y tenebrista que la de su padre.
Con información de: 35 mm / The Take / IMDb
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