Un golpe de Estado es la toma del poder político, de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigente con anterioridad.
El golpe de Estado constituye una violación y falta de reconocimiento hacia la legitimidad constitucional ya que atenta contra las reglamentaciones legales de llegada y permanencia en el poder. Es posible distinguir entre dos grandes tipos de golpes de Estado: el golpe institucional es aquel que tiene lugar cuando llegan al poder ciertos integrantes del propio partido en funciones, mientras que el golpe de carácter militar es concretado por las fuerzas armadas. En las últimas décadas se ha sumado la noción de golpe de mercado para hacer referencia a los cambios institucionales que tienen lugar por la presión de grupos económicos en condiciones de desestabilizar la economía
El uso de «golpe de Estado» proviene de la traducción del francés «coup d’État». El concepto golpe de Estado comenzó a ser empleado en Francia en el siglo XVII, para referirse a una serie de medidas violentas y repentinas tomadas por el Rey, sin respetar la legislación ni las normas morales, generalmente para deshacerse de sus enemigos, cuando el Rey mismo consideraba que eran necesarias para mantener la seguridad del Estado o el bien común. En este sentido original, el concepto era muy similar a lo que se denomina en la actualidad «autogolpe», es decir el desplazamiento de ciertas autoridades del Estado, por parte de la autoridad suprema.
El término se fue ampliando a lo largo del siglo XIX para significar la acción violenta de un componente del Estado, por ejemplo, las fuerzas armadas, con el fin de desplazar a la cabeza del mismo. El concepto se superpuso entonces, y a la vez se diferenció, del de «revolución», caracterizado sobre todo por estar principalmente organizado por civiles ajenos al Estado.
Ya en el siglo XX, en 1930 apareció el libro Tecnica del colpo di Stato (Técnica del Golpe de Estado) de Curzio Malaparte, que impondría el uso generalizado del concepto, básicamente en su acepción moderna, a partir del análisis crítico de las acciones del fascismo y el nazismo. Malaparte aplica el concepto del golpe de Estado no sólo a una operación ejecutada por integrantes del Estado, sino también por poderes civiles, que -mediante la desestabilización del gobierno a través de acciones orientadas a generar caos social- provocan su caída y acceden al poder.
Para Malaparte, la diferencia sustancial del concepto de golpe de Estado con los de «guerra civil» y «revolución» es esencialmente el uso de la sorpresa y la escasa duración relativa de las operaciones, reduciendo «al mínimo el tamaño y la intensidad de la confrontación armada».
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