Una paradoja, del latín paradoxus (que, a su vez, tiene su origen en la lengua griega), es una figura retórica que consiste en la utilización de expresiones que envuelven una contradicción. Esto quiere decir que, más allá de las condiciones contradictorias, los factores presentados resultan válidos, reales o verosímiles.
Por ejemplo: “Es una persona tan pobre que lo único que tiene es mucho dinero”, “La bondad de sus actos sólo terminó generando un gran mal”, “Para llegar rápido, nada mejor que ir despacio”.
Es importante establecer que existen muchos tipos de paradojas. Así, en concreto, se determinan dos grandes grupos para poder llevar a cabo la clasificación de las mismas. De esta manera, por un lado están las paradojas en función de su veracidad y por otro las que se ordenan en base al área de conocimiento en el que se utilizan o desarrollan.
En el primer gran grupo, nos encontramos con cuatro tipos fundamentales de paradojas:
Antinomias. Son aquellas que dan lugar a un resultado que se contradice a sí mismo.
Condicionales. Este término es el que se emplea para poder definir a todas aquellas paradojas que se usan para dejar patente determinadas suposiciones.
De definición. Tienen la particularidad de que son aquellas paradojas que tienen como pilar fundamental una definición que no es nada clara, todo lo contrario, es completamente ambigua.
Verídicas. Bajo dicha denominación se encuentran las paradojas que parece que dan lugar a un resultado que es absurdo, pero se puede demostrar de manera sencilla que son veraces.
En el segundo gran grupo, en el que se sustenta la clasificación en base a lo que son las áreas de conocimiento en las que se emplean, tenemos que destacar la existencia de los siguientes tipos de paradojas:
Economía. Muchas y variadas son las paradojas que hay en este ámbito: del valor, del ahorro, de Gibson, de Parrondo…
Matemática. Dentro de esta mencionada clasificación tendríamos que subrayar la existencia de otra subagrupación: de lógica, de infinito, de probabilidad…
Física. Entre las más conocidas están la de Bell, la de Young o la de los gemelos.
Las paradojas también son ideas opuestas a la opinión y al sentir habitual de las personas. Las aserciones absurdas que se presentan con apariencias de verdaderas pueden recibir la denominación de paradoja.
Algunas situaciones de la vida resultan paradójicas ante lo absurdo o injusto: “Qué paradoja: trabajó toda la vida para comprarse una casa y, un día después de mudarse, falleció de un paro cardíaco”, “Resulta paradójico que los simpatizantes respalden a un entrenador que ha perdido diez partidos consecutivos”.
Una paradoja muy popular es la frase “Esta oración es falsa”. Si la oración es realmente falsa, el enunciado en sí resulta verdadero (ya que la oración es falsa). En cambio, si la falsedad enunciada es real, la oración nunca puede ser falsa.
Algo similar ocurre con la expresión “Yo siempre miento”. Si la persona en cuestión dice algo, lo lógico sería que sea mentira (porque siempre miente). Pero la misma frase se está auto-negando (si siempre digo mentiras, cuando aseguro que miento, estoy mintiendo: por lo tanto, ¿digo la verdad?).
Fuente: Definicion.de
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